LA PRIMERA MUJER QUE PRESIDIRÁ CHILE
(Diario Los Andes, Mendoza)
Finalmente culminó el proceso electoral chileno con la consagración, en segunda vuelta, de la señora Michelle Bachelet, para el cargo de presidente de aquel país. Todo un acontecimiento histórico si se tiene en cuenta el rasgo predominantemente patriarcal de aquella sociedad y de todas las de Sudamérica.
Debe destacarse que la nueva presidenta es socialista, médica pediatra, profundamente humanista y ha dado pruebas de poseer un pragmatismo histórico raramente presente en los personajes que protagonizan episodios tan dolorosos y difíciles de superar. La presidenta electa derrotó al candidato derechista Sebastián Piñera por 53,49% de los votos contra 46,51%, un resultado no sólo aceptable sino que puede considerarse excelente para el futuro de Chile, porque señala una polarización que deberá convertirse en equilibrio. De manera que se puede adelantar que el futuro gobierno chileno seguirá los pasos de sus predecesores y tratará de evitar roces y enfrentamientos internos demasiado frontales, a favor de una convivencia que la sociedad chilena considera indispensable.
Como un símbolo de esta actitud, Michelle Bachelet dijo que ella es “la presidenta de todos los ciudadanos chilenos”. Claro que habrá que ver qué intenciones guiarán a la oposición en esta nueva etapa de la vida política chilena. El actual presidente, Ricardo Lagos, dijo que su sucesora “ganó por su inteligencia y por su amor a Chile”. Una definición que ojalá se confirme para bien de Chile y de toda Latinoamérica.
La importancia del resultado de esta elección para la Argentina quedó demostrada por el nivel de los representantes que el presidente Néstor Kirchner envió para presentar sus saludos: el embajador Carlos Abihaggle y el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada. También estuvo el ex presidente argentino Raúl Alfonsín, el presidente del Mercosur y ex vicepresidente, Carlos “Chacho” Alvarez, el gobernador sanjuanino José Luis Gioja y los legisladores nacionales Hermes Binner de Santa Fe, Marita Perceval y Alfredo Cornejo, de Mendoza y otras personalidades.
Alfonsín dijo en la oportunidad: “Hemos tenido excelentes relaciones con Chile durante la presidencia de Lagos y Bachelet representa la continuidad en ese sentido”. Y agregó sobre las democracias de la región que “se dio primero un proceso de democratización y ahora se da la aparición de nacionalismos serios, defensivos -no agresivos- que pretenden resguardar nuestras economías frente a imposiciones que vienen del mundo desarrollado para recuperar la capacidad de decisión nacional”.
Es muy importante para la Argentina, y especialmente para Mendoza, la continuidad de las políticas chilenas, más allá de algunas reservas que es imposible no señalar pero que se trata de políticas que tienen relación con lo que cada país considera su interés prioritario. Un ejemplo de esto son las posturas diferentes, aunque no totalmente opuestas de Chile y de la Argentina sobre el Mercosur y el futuro de la integración de Latinoamérica.
Mendoza vibra con los procesos políticos chilenos y no podría ser de otra manera porque todo lo que ocurre en Chile nos toca muy de cerca, por los lazos culturales, económicos y sociales que nos unen, la elevada cantidad de chilenos y de argentinos descendientes de estos que viven en nuestra provincia y de mendocinos que tienen relaciones comerciales, laborales y familiares en el país trasandino.
El ex vicepresidente de la Nación, Carlos “Chacho” Álvarez, se mostró cautamente optimista, quizás por su posición en el Mercosur: “Esta elección significa el fin de un ciclo en el que confrontaron el pinochetismo, con sus variantes de derecha, con la Concertación. Lo que aquí se llamó la transición. Con Bachelet, Chile se acercará más a Sudamérica”; aunque tuvo que admitir lo relativo al comercio y a los bloques económicos regionales y el ALCA, Chile “seguirá fuera del bloque por su política de libre mercado”.
Es saludable que aquel país persiga sus propios fines, pero debe existir un mínimo de concertación y de interés mutuo de los países de la región que no conspire contra emprendimientos que se están consolidando muy difícilmente y contra la presión de Estados Unidos, como el mercado común.
La presidenta electa, Michelle Bachelet, sobre la relación entre Chile y Argentina, en su primera conferencia de prensa con corresponsales extranjeros, dijo que tal relación es estratégica: “Lo conversé con la delegación argentina el domingo a la noche. Para mí la relación con la Argentina es estratégica y lo ha sido para Chile” y recordó que en sus anteriores gestiones como ministra de Salud y también de Defensa, tuvo en cuenta esa visión. Bachelet dijo enfáticamente que “el destino de Chile está muy unido al de la Argentina”.
Seguramente que, más allá de lógicas diferencias, Chile y la Argentina continuarán entendiéndose, porque su relación realmente es estratégica y trasciende los intereses sectoriales y temporales.
