Londres, Inglaterra
PETRÓLEO: ESCALADA SIN LÍMITE
La Nación, Buenos Aires
Juana Libedinsky
Petróleo: escalada sin límite
Impulsado por la inestabilidad de los países productores y por una fuerte demanda global, el barril de crudo ya pasó la barrera de los 60 dólares y hay quienes auguran que también pasará la de los 100
En el estreno británico de "El día después de mañana" -un eco-thriller sobre lo que ocurriría si continuase el calentamiento mundial, y en el cual el heroico científico interpretado por Dennis Quaid debe luchar contra los múltiples desastres ambientales que los efectos de Hollywood pueden brindar-, un auto llamó particularmente la atención. Era el auto en el que había llegado el secretario de medio ambiente Elliot Morley, un Toyota Prius que reduce el consumo de petróleo al moverse también con electricidad. Morley explicó que la flota del gobierno de Su Majestad está siendo renovada con motores más "verdes", lo cual sonó bastante sensato a los oídos de los ciudadanos que la mantienen con sus impuestos. Después de todo, a comienzos de este año, analistas del banco de inversión Goldman Sachs predijeron que el precio del barril de crudo, que ya pasó la barrera de los 60 dólares, bien podría llegar a superar los 100.
La noticia, dada a conocer en marzo, cuando se producía un nuevo pico en el precio del petróleo, señalaba que podríamos estar en las primeras fases de una "superescalada" -que llevaría el barril a los U$S 105- producida por una fuerte demanda global combinada con inestabilidad potencial en los países productores. Según Goldman Sachs, la tendencia se mantendría hasta que, debido al menor consumo resultante de los escalofriantes precios, se vuelva a contar con un "colchón" de capacidad inactiva.
"El momento en el que podíamos contar con petróleo barato y gas natural aún más barato está claramente terminando", confirmó en febrero último Dave O´Reilly, el presidente de Chevron Texaco, a cientos de petroleros reunidos en una conferencia en Houston. Un mes después Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, coincidía alegremente: "El mundo debería olvidarse del petróleo barato".
¿Es realmente así? ¿O se trata básicamente de una burbuja especulativa que podría pincharse sin previo aviso?
"Todo es posible. El problema es que hay gente muy inteligente argumentando de ambos lados", señaló Jerry Taylor, director del área de recursos naturales del instituto Cato, un prestigioso think tank con sede en Washington.
Para empezar, las razones que explican el precio actual del petróleo vienen tanto del lado de la oferta como de la demanda, según explica Vijay V. Vaitheeswaran, especialista en energía de la revista The Economist. Del lado de la oferta, está la manipulación de las cuotas por parte de la OPEP, sumada a la falta de petróleo en el mercado nacional americano (las refinerías de EE.UU. no logran, desde hace más de un año, ir al ritmo del aumento de la demanda local) y un contexto internacional que no ayuda: hay un costo extra en cada barril, derivado de la incertidumbre respecto a Irak, los ataques terroristas, la inestabilidad en Nigeria y Venezuela y la condena a Mijail Jodorkovski, ex jefe del gigante petrolero ruso Yukos, cuyo grupo fue prácticamente desmantelado y cuyos activos más importantes pasaron a manos de una sociedad pública cercana al Kremlin.
Todo esto coincide con un boom en la demanda. El consumo mundial de petróleo aumentó el año último un 3,4 por ciento en vez del habitual 1 a 2 por ciento (se considera que China es responsable de casi un tercio de ese crecimiento). Tentados ante este panorama, nuevos inversores de Wall Street entraron en el negocio, muchos de manera especulativa.
Pero además, por primera vez, no queda capacidad ociosa de producción. "Esto empuja el alza en los precios y da a la OPEP un mayor monopolio para subir los precios a voluntad. La OPEP a su vez no está invirtiendo lo suficiente en nuevas plantas de extracción, y acentúa la tendencia alcista", resumió Amy Jaffe, directora asociada del programa de energía de la Universidad de Rice.
Según Jaffe, aun así se necesitaría una gran interrupción en la oferta de petróleo de Medio Oriente para que el precio del petróleo superara los cien dólares. "La oferta y la demanda no apuntan a una tendencia definitiva hacia los cien dólares pero, hasta ahora, el mercado fue afortunado en que no se vivió una situación como la de 2002, cuando una huelga en Venezuela sacó abruptamente una gran cantidad de petróleo del mercado. Si pasase algo así el año próximo, los precios del petróleo se volverían extremadamente inestables", señaló a LA NACIÓN.
Para Vaitheeswaran, sin embargo, existe un solo acontecimiento que podría llevar el precio del barril a los 100 U$S: "Un ataque terrorista en Arabia Saudita. Y ni siquiera en Riyad, sino que tendría que ser, simultáneamente, en la mayor parte de sus pozos petroleros. Lo que ocurra en cualquier otro lado, sea Irak o incluso Estados Unidos, no tiene ese poder, porque la base del petróleo es saudí. ¡Estados Unidos hasta pasó por el 11 de septiembre de 2001 sin que el petróleo llegase a los 100 U$s!"
Steve Hanke, catedrático de la Universidad Johns Hopkins, incluso asegura que, si no hay una catástrofe, la tendencia alcista bien podría dar, en breve, un giro de 180 grados. "Uno de los factores importantes que determinan el precio actual es que no sólo se compra petróleo para el uso inmediato sino para guardar en stock, lo que se llama demanda estratégica. En este momento se está llegando al límite del espacio físico donde guardar esa demanda estratégica y ese exceso de petróleo que volverá al mercado ejercerá presión hacia abajo en los precios", señaló. Vaitheeswaran también explicó que es difícil que China mantenga el nivel de consumo de petróleo del último año, lo cual aflojaría la demanda.
"Los precios del petróleo están fuertemente relacionados con el crecimiento económico, por lo que el negocio del petróleo es cíclico", resumió Jaffe. Y Hanke fue con los tapones de punta: "Lo de los cien dólares es la típica predicción espectacular que sale de Wall Street; tan fidedigna como si hubiese sido hecha por una adivina con bola de cristal", señaló.
El día después de mañana
¿Pero qué si la adivina estaba en lo correcto y los cien dólares de la bola se convierten en realidad en 2006? ¿Estará el mundo preparado? ¿Existen alternativas reales al petróleo?
"El FMI ha trabajado un escenario en el cual el precio del petróleo llegaba a 80 dólares por barril para el año próximo, calculando que reduciría el crecimiento mundial anual en algo así como un 0,5 por ciento. Esto es significativo, pero no sería desestabilizador. Si el precio del petróleo continúa creciendo, el impacto dependerá del grado en el que las alternativas estén listas para ser usadas y de si nos podemos volver más eficientes en el uso de la energía", señaló Linda Yueh, de la London School of Economics.
El problema, justamente, es que "la mayor parte de las alternativas toman tiempo para estar realmente disponibles masivamente, y todas ellas tienen alguna desventaja", agregó Chris Hope, catedrático de la Universidad de Cambridge. "El carbón trae más polución y puede ser peligroso de extraer, como vimos en China recientemente; la energía nuclear toma por lo menos una década de construcción y tiene riesgos de proliferación y contaminación por sus desechos; la mayor parte de las fuentes de energía renovable son de baja intensidad e intermitentes. Así que diría que en este momento no estamos en absoluto bien preparados para lidiar con un aumento sostenido en el precio del petróleo o una interrupción en su oferta. Y el tamaño y la distribución de las reservas en el mundo hacen que cualquiera de estos escenarios tenga más posibilidades de convertirse en realidad año tras año".
Más optimista, Jaffe estima que las nuevas tecnologías pondrán un techo sobre el precio del petróleo. Pero el proceso llevará tiempo, advierte. "El parque automotriz norteamericano o brasilero no puede reformarse en un instante. Va a tomar varios años antes de que el impacto de las nuevas tecnologías en el desarrollo de los automóviles disminuya la demanda de petróleo de una manera significativa".
¿Y qué pasaría si directamente se eliminara, o al menos redujera, la cantidad de autos? Por ejemplo, con la combinación de un planeamiento urbano eficiente de excelente transporte público combinado con multas a quienes ingresen en la ciudad con vehículo propio, como ocurre ahora en Londres con el "congestion charge" del centro.
Pocos creen que, en términos mundiales, ese tipo de soluciones pueda significar una diferencia. "Hay una regla de hierro: a medida que una población se enriquece, aumenta su demanda de autos", señala Taylor. La prueba, sugiere, es China: el primer símbolo de estatus que buscan quienes aumentan sus ingresos es el vehículo propio, a pesar del costo y de la mala infraestructura para usarlo.
De cualquier manera, muchos señalan que la edad de piedra no terminó por falta de piedra y que algo similar inevitablemente ocurrirá en la era del oro negro. "Esto es un mercado: si la OPEC persiste en mantener los precios a los niveles actuales o más altos aún, la era del petróleo se acabará muchísimo antes de que nos podamos quedar sin petróleo", concluyó Jaffe.
Hasta entonces, quedan varios problemas por resolver, algunos bastante menos complicados que otros. Por ejemplo, se supo que al ver el flamante auto de su secretario de Medio Ambiente, Tony Blair también quiso uno para él. Pero no pudo ser. Los "autos verdes" de la flota gubernamental británica? todavía no vienen con vidrios antibalas.