Mientras preparan las valijas para viajar a Toronto, los empresarios y funcionarios mineros argentinos aguardan los resultados de la tradicional encuesta del Fraser Institute, que mide como ningún otro el humor del sector. Hace una década, la entidad tuvo una deferencia para con la Argentina, al desagregar por provincias el sondeo.
El cambio de gobierno mejoró los índices generales por los buenos augurios que trajo Mauricio Macri después de que en pleno estreno borró de un plumazo el cepo cambiario y las retenciones a las exportaciones. Parece hace un siglo cuando Alfonso Prat Gay dijo “lo hicimos y vieron que no pasó nada”. No en aquel momento, pero las tormentas vinieron después y hoy la economía nacional repta entre inflaciones y recesiones, mientras la política mira a las urnas por delante y los inversores sueñan despiertos con Cristina, su peor pesadilla.
Entre la última encuesta y ésta no han pasado grandes cosas en la minería argentina, pero en un escenario escueto toda suma se nota. Como la entrada en fase comercial de Cerro Moro (Yamana) en Santa Cruz, la suma notable de reservas en Cerro Negro (Goldcorp) en la misma provincia, la construcción de Lindero (Fortuna Silver) en Salta y el reformateo de Veladero, que comenzó con el just in time de los chinos y sigue con el pressing de Mark Bistrow para multiplicar la productividad y llegar a las 500.000 oz este año.
El firmamento de minas argentinas, afuera del litio, tiene también su galaxia de minas en declinación y cierre. Esta semana ganaron la prensa las santacruceñas Lomada de Leiva y Cap Oeste, de Patagonia Gold, la primera agotada, la segunda todavía con un target valioso. La compañía aún está evaluando el desarrollo del recurso subterráneo de alto grado que contiene aproximadamente 300.000 oz de AuEq a 20 gr/ton de oro que aún no decidió factibilizar. La empresa liderada por Carlos Miguens Bemberg, reconoció Héctor Laplace, líder de AOMA, ha sido prolija en explicar el inexorable proceso que impactará en empleos y impuestos. “No nos enteramos por los diarios, como en otras mineras”, dijo el veterano líder sindical
Aunque no quieren hacer olas, ésta y otras mineras que operan en la Argentina tienen bien presente que las reinstauradas retenciones, en septiembre pasado, ha roto equilibrios lábiles para alargar la vida o cerrar minas y proyectos. O buscarle nuevos dueños, como ha dicho ahora Cerro Vanguardia bajo la batuta recortadora del ex Barrick, Kelvin Dushnisky.
En San Juan lo saben, Gualcamayo, ahora en manos de la colombiana Mineros, y la cada día más desactivada Casposo, que heredó Austral Gold del magnate argentino Eduardo Elsztain.
La tabla de vloración de las provincias argentinas en el Fraser, finalmente, no debería ofrecer demasiadas sorpresas. Hay territorios consolidados como propicios, y otros como Chubut y Mendoza, donde pese a los intentos por rehabilitar al sector, la decepción continúa. Otros, como Río Negro, son hoy un acertijo envuelto en las justas electorales de los próximos meses.
Argentina, volviendo a su marketing público y privado en la Prospectors and Developpers Association o Canada (PDAC 2019) será contendor directo de Chile en la promoción del cobre y el litio.
En el metal rojo es como David vs. Goliat, más aún después del cierre de la fase abierta en Alumbrera y el impasse impuesto por Glencore al avance underground. La gran mina quedó en el centro de las miradas porque su represa de relaves es la más grande del país. Catamarca y la minera convocaron a explicar que un Brumadinho, por tratarse de un dique más seco y una geografía más árida, no es posible, ni en esa ni en ninguna mina de la Argentina.
El desastre de Minas Gerais le está costando carísimo a Vale y es un presente griego para la minería mundial y es una reminiscencia inevitable en estos días, como se vivió en Perú y en Chile con los recientes fenómenos de El Niño que obligaron a paralizar faenas y a declarar emergencias desde los organismos estatales.
El derrame brasilero ha sido envión para la anti minería que está viralizando por las redes un duro texto de conocidos críticos que enjuicia “los cuatro mitos” benéficos de la actividad. Hace una década larga, con motivo de otros debates y publicaciones, la minería argentina rebatió este tipo de argumentos y en los próximos días CAEM, cámaras provinciales y GEMERA estarían por reproducir un material de ese tipo, apto para todo público.
Esta será la última participación de Argentina en PDAC durante el reinado, el primero o el último, del macrismo en el poder y de algunos gobernoadores de diverso signo. El acápite minero de Cambiemos comenzó con el peronista Daniel Meilán, que hoy volvió a su oficio de promover al país entre japoneses y chinos. Y termina con el raro experimento de una estructura más tecnócrata liderada por Carolina Sánchez y Mariano Lamothe en la cual el Consejo Federal Minero (COFEMIN) tiene menos protagonismo.
La Secretaría de Política Minera modelo 2018/19 quiere despedirse con un par de goles más. A la anunciada transparencia de información catastral, que está por verse cuanto de cierta es dado el arraigado folklore de manipular información y propiedades mineras en las provincias, en los próximos meses intentará sumarle, una normativa sobre Cuencas Hídricas y Minería. Una regulación que en caso de madurar podría ser alternativa a la Ley de Glaciares que ha empantanado y devaluado un rosario de proyectos metalíferos.
La minería, tal como subrayaron dos informaciones recientes desde Canadá, no la tiene fácil. El auge del cannabis como succionador de capitales y el escándalo de SNC Lavalin son sólo dos muestras de que arrancar minerales de la corteza terrestre es lo de menos. Antes, durante y después, esta no es una industria fácil. Menos aún adonde todavía es más potencia que acto.
* Director de Mining Press