DANIEL BOSQUE*
El ex Super Julio tiene razón. La movida mediática y judicial que ahora lo puso en la picota por los fraudes de Río Turbio tienen que ver estrictamente con el calendario electoral. De no mediar las urnas, dificilmente estos archivos ampliamente documentados por la SIGEN habrían visto la luz e inquietado a fiscales, jueces, legisladores y al PEN.
"Chocolate por la noticia" se decían ayer los actores de la minería, la energía y la política argentina que conocen de sobra las irregularidades que denunció ante los tribunales el actual interventor Omar Zeidán en los albores del gobierno de Macri.
Pero como la aldea es global, a las mismas horas en que crecía el acoso a De Vido y su equipo, llegó desde España la noticia del concurso de acreedores de la complicada Isolux Corsán, constructora que viene dando disgustos a la política ibérica, al punto que Podemos y otras fuerzas no han dudado de tildarla como la Odebrecht que la península exportó al mundo
El rol protagónico y excluyente de esta empresa como contratista de las obras de la usina a pie de mina que triplicó su presupuesto sin ver la conclusión, es el mejor salvoconducto de De Vido para que no progresen sus desafueros o para qué en ese caso, los juicios vayan a las calendas griegas. Isolux, de bajo perfil y buena vigencia, no ha decaído en sus conexiones y contratos en la Argentina, como lo demuestra su inventario actual: reactor CAREM, Paseo del Bajo, Rutas 12 y 3, y sigue la lista. Voceros del gobierno de Cambiemos aducen que tras la toma de control del Banco Santander y los acreedores, la constructora es otra diferente a la que fue contraparte en los sospechados manejos de la mina de carbón santacruceña.
"Medio vaso vacío o medio lleno", como gustaba decir el ex vitalicio secretario de minería Jorge Mayoral (uno de los "perejiles" que puede ir preso por haber puesto la firma en decenas de papeles y por no tener fueros parlamentarios). Al desafuero tan mentado de De Vido le hacen falta el guiño del massismo y otros bloques menores. A los 72 legisladores del FPV, sólo le haría falta una docena de voluntades para evitarlo, tarea nada sencilla, por otra parte.
En este contexto no parece fácil ir con el bisturí a fondo en el sistema de contrataciones de la obra pública del anterior gobierno y del actual, crece la impresión de que la jugada contra De Vido y sus muchachos es por ahora el misil más potente lanzado contra su jefa máxima. El mensaje del PRO a votantes propios e indecisos es prístino, de cara a las clases medias más sensibilizadas con las corruptelas y sus daños colaterales: si gana su escaño Cristina, la arquitecta egipcia también zafará de jueces y cárceles.
Todo esto ocurre mientras el gobierno iba encontrando la fórmula para apagar el fuego de Odebrecht, con la suspensión de la brasilera de la obra pública argentina. En los búnkers kirchneristas ayer relativizaban el alcance de esta pirotecnia adhiriendo a la doctrina del bigotón, de que todo emana del miedo M a perder en octubre.
Previsiblemente, como se ha dicho, quedarán más desamparados los funcionarios menores, desde Roberto Baratta para abajo, que le pusieron sus rúbricas a un gasto descomunal, otro Yacyretá del inacabable rosario argentino.
*Director de EnerNews y Mining Press.