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ACTUALIDAD
(Escribe Daniel Bosque) Choripanes, globos y huelgas esperando al WEF
03/04/2017
MINING PRESS/ENERNEWS

DANIEL BOSQUE*

Prometen los que saben que será menos declamativo y más práctico que el recordado Mini Davos de septiembre pasado. Se viene el World Economic Forum para América Latina en Buenos Aires, con los argentinos Alejandro Bulgheroni y Eduardo Elzstain como co-chairmans más un invite a tono:  “Es la primera vez que la reunión se lleva a cabo en Argentina, en un momento en que el país se vuelve a entrar en los mercados internacionales de crédito y se prepara para presidir el G-20 en 2018”.

Es decir, continúa el marketing de la revolución copernicana de Mauricio Macri, a pesar de que puertas adentro la economía no termina de arrancar y agobia un clima sociopolítico de división profunda, azuzado por las elecciones de octubre. Este domingo la nomenclatura M sonreía aliviada y desafiaba a acosadores por la aceptable performance del #1A, la movida en su apoyo convocada por sospechosos espontáneos afines. Gesto low risk de un sector que venía perdiendo por paliza la presencia en las calles a manos del peronismo y la izquierda.

Cosas del ADN argentino: si los gorilas, fachos, neoliberales y globoludos, tan denostados por el pejotismo K & Co. dieran con algo tan embriagador para esta raza como el humo de los choripanes (sándwich de chorizo de vaca o de cerdo), despreciados por el PRO gobernante, la pelea sería más pareja. Pero los pretendidos modernizadores de la Argentina enfrentan obstáculos menos pituitarios y gastronómicos: como que una amplia franja de la población sufre el ajuste del cinturón y vuelve a escuchar a La Cámpora, Cristina, el FPV y compañía. Dicen que Durán Barba está feliz con esa dialéctica y al fin siempre hay un Rasputín detrás del trono que canta la justa. Como el Coti Nosiglia del frustrado Alfonsín, o los Alsogaray que le soplaban a Menem aquello de que “hay que achicar el Estado para agrandar la Nación”.

 

Entre el WEF de septiembre y el Latin WEF de estos días hay un par de diferencias. En aquel muchos pensaban que hoy estaría Hillary y no Trump y su muro loco. Y casi todos los acertijos se ocupaban de que sería de Europa post Brexit, camino que comenzó a transitarse esta semana. Y como ser corteses no cuesta nada, los visitantes abandonaron Ezeiza con promesas de inversiones de US$ 250.000 millones en Argentina. Los que vuelvan, podrán apreciar una Buenos Aires en pausa, por la huelga matera (sin movilizaciones) que le regalará la CGT peronista a MM.

 

LA GERENTECRACIA

El mediático Julio Bárbaro en su enésima migración, ahora al FR de Sergio Massa, ha dicho que gobierna una “gerentecracia”. Y el macrismo se lamenta de que hagan lo que hagan sus camisas celestes, todo está sospechado. La excepción es María Eugenia, cuya única piedra en el zapato, después de haber domado a los barones del conurbano, son hoy los maestros. La escuela pública es un desastre, despotrica el gobierno; los salarios son miseria, replican CTERA y satélites, de inocultable camiseta K. En el mutuo castigo los dos vienen perdiendo y la última carta bonaerense será un aumento salarial por decretazo.

La aldea es tan global como llena de pillos: el fujimadurazo de Caracas, desandado por sus propias fisuras, liberó debates en varias latitudes. En EspañaPodemos faltó a la condena  general a quienes lo habían financiado; y  en Argentina  es probable que nueve de cada diez acólitos del kirchnerismo nac & pop se inclinen ferviente y emocionalmente por el chavismo. De Stalin para acá no es novedad que el progresismo se tapa los ojos ante lo evidente y tampoco lo es que la derecha se lo factura debidamente: El “íbamos hacia Venezuela y frenamos a tiempo” ha vuelto a ser leit motiv de quienes se horrorizan por un regreso de Cristina y su banda de músicos. El saltimbanqui Bárbaro tal vez acierta  cuando dice que el clima hoy es más decadente que destituyente ejemplificando con el túnel del tiempo en que arreció a 41 años del golpe militar.

Este paroxismo, que sostiene que Macri es basura y dictadura, influye en el ánimo empresario: Estamos esperando a ver qué pasa, repiten ¿En octubre? No, en agosto, porque en las PASO se verá cómo juegan Massa, Randazzo y otros alternativos a la furia K, la bete noire de esta película. En tanto, la Avenida de Mayo se parece cada vez más a 2001 y 2002, pero con marchas más portentosas, mejor organizadas, más ruidosas, entre otras cosas porque están fondeadas con los fondos públicos de Carolina Stanley. Cría cuervos y te sacarán los ojos.

TE ESCUCHO

“Ustedes son rubios y ojos azules que confunden la política con una empresa” espeta a los M la teñida mulatona FR Graciela Camaño. Camporistas y K dicen cosas mucho peores, irreproducibles aquí. Enfrente, los agravios clasistas y racistas a la liturgia peronista son terribles. El odio a Macri y los suyos es total: “No vamos a parar hasta voltearlos a estos turros” dice off the record un sindicalista que en los ’80 luchaba contra la burocracia sindical que había botoneado (delatado) a sus compañeros para que los militares se los chuparan (secuestraran/desaparecieran). Y postea un video orgulloso de la militancia peronista el cual no aparece Duhalde y tampoco Cristina y su banda de músicos.

Las patéticas escuchas CFK-Parrilli filtradas a la prensa llevan también agua al massismo que espera decantaciones. “Con esa infeliz no vamos ni a la esquina”, dicen ofendidos los caciques del PJ, pero en algún punto están presos, como en el ’73, cuando la JP maravillosa reventaba las calles de gritos y bombos.  Ni Felipe Pigna, ni Luis A. Romero, ni Santiago Kovadloff, el notable exégeta es hoy el galán Pablo Echarri, quien ha sentenciado que “no es cuestión de formas, queremos dos países diferentes”. La Argentina está recontra re mal dividida: una amplia franja que ama lo que otra ídem detesta. Macri debió haber encanado (encarcelado) a Cristina y compañía, reclaman sus fans. Que investiguen la obra pública, desafían Kirchner y Kicillof. Con Julio De Vido, por estas horas, silente. Por favor no, dicen en las contratistas del Estado que empiezan a mojar licitaciones y quieren evitar cualquier lupa, ni siquiera por los coletazos del Lava Jato que han complicado tanto a tantos en la región. Cambiemos: Marcelo Mindlin ya se ha quedado con IECSA, y le puso otro nombre. Borrón y cuenta nueva.

Todos los días alguna empresa o gobierno le promete a Macri dineros para la Argentina mientras en la calle suceden protestas y arreglar la infraestructura del país parece bastante más sencillo que solucionar el malestar doméstico. “Por culpa de los piquetes no vienen las inversiones”, ha dicho Macri volviendo de Amsterdam, doblando la apuesta.  Digan cómo les entregaron el país, sean machos, desafían Al PRO desde el establishment afín. Pero Cambiemos, además de tímido para propalar sin asco la herencia CFK-FPV, también se pegó un tiro donde más duele con su pésima gestión del tarifazo, cuyas secuelas hoy pesan en el barómetro electoral, a pesar de que Capital y GBA, aún con estos aumentos, no pagarán ni la mitad de lo que oblan los hogares en gas y electricidad en ciudades y pueblos del Interior.

A todo esto, hoy 03 de abril se cumple un año de la revelación de los Panama Papers. Que lo tiene sobreseídos a Macri y sus empresas, como a todos los evasores denunciados del planeta. El escándalo ha servido, como se preveía, para secar paraísos fiscales y direccionar ahorros a los Estados Unidos. De rebote, empujó al blanqueo de fondos de argentinos hasta casi US$ 120.000 millones, una meta del ido Prat Gay que parecía un sueño. Su sucesor, Nicolás Dujovne prepara un paquete para bajar el costo laboral argentino, que es el doble que el de los países más competitivos de la región. Ensayos ya hubo, con petroleros y automotrices, de acomodar tantos. Y hay luna de miel con Gerardo Martínez, de UOCRA, para avanzar con flexibilidades en los planes de obra pública y 100.000 viviendas.

Como le ocurrió a sus predecesores, el rostro de Mauricio versus una instantánea de hace 15 meses denota la paliza de gobernar un tejido repleto de tensiones. Y aprendiendo en el camino, cómo cuando más joven accedió a Boca Juniors y a la jefatura de Buenos Aires. Quedan pocas balas en el cargador preelectoral y la administración de origen más liberal de las últimas décadas luce cada vez más keynesiana. Los mercados hace tiempo que eligieron este modelo. Pero siguen dudando en invertir a riesgo: creen que la Argentina es fantástica, pero que el único problema es que está poblada por argentinos.

* Director de Mining Press y EnerNews

 


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