DANIEL BOSQUE
Los más afortunados fueron los que optaron por la vía terrestre. Los trastornos del cabotaje aéreo dejaron a varios exponentes de la minería sorbiendo cafés en los aeropuertos en sus retornos desde San Juan. En los que prolongaron el tercer tiempo de un inolvidable Super Viernes al cual los más entusiastas le adjudican carácter de bisagra mientras otros prefieren la cautela.
Los empresarios de la minería en una amplia mayoría estaban más que satisfechos con su declaración “Situación de la Industria Minera Argentina” conocido el mediodía, por Mining Press antes que ningún otro medio. También en una amplia mayoría, el arco político se vio sorprendido por un documento escrito para evitar que el “Seminario Internacional de Minería y Desarrollo Sustentable” se transformara en lo que nadie quería: un aval a rajatablas de la política económica y minera de los últimos años.
La comisión redactora de los 10 puntos críticos lo había entregado la noche del jueves a Martín Dedeu con un mensaje claro. “No es contra nadie, es un mensaje constructivo de las cámaras del Interior para la Argentina que viene. Le proponemos a la CAEM que lo haga suyo”.
Minions Mineros: El Super Viernes no fue igual para todos
El texto bajó o subió, como quiera decirse, al cónclave caemista de la mañana del viernes y fue recibido con plácemes. Pero la entidad madre subió la apuesta y además de rubricarlo invitó a las empresas mineras a firmarlo. “Fue para que nadie se haga el zonzo y no quede sólo la firma de Martín. Así es como vemos la minería todos y todas”, dijeron.
El texto alejó cualquier tentación de mini siesta en el seno de la Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI), pero cuando las autoridades mineras lo estaban metabolizando llegó como réplica sísmica otro crudo cuestionamiento, proclamado por la Cámara de Servicios Mineros (CASEMI San Juan) al que adhirieron otros agrupamientos locales. “CASEMI es muy cercana al Flaco, es imposible que no estuviera al tanto de la movida de los proveedores”, dijo una reconocida fuente sanjuanina.
Con esos dos fuertes condicionantes deliberó el seminario sciolista en cuya apertura el notorio desplante a Jorge Mayoral, quien quedó sin silla en el escenario y sin mención en el protocolo fue la nota de color de la tarde.
“La venganza es un plato que se come frío”, decían en todos los corrillos en alusión a la devolución de gentilezas de Daniel Scioli y José Luis Gioja al funcionario que por primera vez fue bajado, con el guiño de los otros gobernadores y a la vista de todos, del acto sectorial más concurrido en años.
Cada uno ha dicho lo suyo en el agitado viernes cuyano. Daniel Scioli prometió ir a la caza de los US$ millones que hagan falta para cumpir el sueño minero argentino, Gioja ha destacado su vocación minera y compromiso con el sector productivo, Héctor Laplace ha dicho que sin condiciones propicias para la minería no hay trabajo y bienestar para los mineros, Alberto Salas ha dado lecciones prácticas de cómo se hace minería en Chile y como enfrentan las crisis de anti ciclo en el país vecino, Carlos Espinosa ha reafirmado el interés de los mercados de Canadá en estas fronteras mineras, pero en un contexto de ciertas condiciones.
Mayoral fue bajado del procenio, pero Rafael Dahl, de la CASEMI porteña que maneja el circuito de Sustitución de Importaciones junto a Mayoral ha defendido lo actuado en el sector minero, lo mismo que Julio De Vido, cuyas cifras eufóricas preparadas por la Secretaría de Minería de la Nación concluyeron con la aguja del aplausómetro por el piso.
Super Viernes Claroscuro: De Vido feliz, Gioja no tanto
“Se acabó la cosmética y la pavada. Le hemos dicho a Scioli que si de verdad quiere que haya minería deberá escuchar a las empresas. Esto es to be or not to be”, decían los mineros que brindaban por su valentía y claridad: por primera vez desde que el kirchnerismo reina, pusieron en palabras que, tal como va, la minería metalífera es una estrella que se apagará tan pronto se agoten las actuales operaciones.
¿Mayoral renunciará después de tamaño desaire? se preguntaban unos en los bares de la plaza 25 de San Juan al compás de los cortaditos con leche condensada, un folklore de los sanjuaninos. Difícil, decían otros, está muy abrochado con su jefe ministerial y no lo van a tirar justo ahora por la borda, en medio del tsunami, respondían otros. Alguna coincidencia había en que la entente gobernadores-Scioli ya ha recetado el fin de un ciclo.
Lo más probable es que la autoridad minera termine su mandato de dos maneras: operando fuerte desde su despacho con todo tipo de presiones a las gerencias locales y a las casas matrices, y tratando de recomponer un circuito que le abrió un cráter bajo sus pies, justo en la provincia que políticamente lo vio nacer.
La prensa nacional ha preferido poner el acento en la alianza política que consolidó el candidato del FPV con los mandatarios mineros. Pero Daniel Scioli seguramente se fue de San Juan con la sensación de que esto de amar y promover la minería no será un pic-nic. Además de lo que siempre resulta de complicado avalar una actividad polémica que en siete provincias aún está prohibida, deberá resolver las disfunciones eréctiles que le deja el gobierno, de su mismo color político.
No es lo único que le espera al prometedor bonaerense de cara a la salud del arco productivo argentino. Mientras estaba en San Juan, fuertes movilizaciones del agro en su provincia le reclamaban soluciones urgentes. En movidas similares a las que le hicieron el viernes a su gobernador anfitrión los viñateros de San Juan.
Axel Kicillof y la nomenclatura K se van al Congreso a marcar a presión al próximo gobierno y De Vido desafió a los mineros que en lo sustancial nada cambiará. “Si insisten con esta visión miope de las cosas que expresó Mayoral todos estos años, a la que logró arrastrar a unas cuantas provincias, el sueño de Scioli de traer inversiones terminará en la basura”, decía uno de los redactores de “Situación…”
“Ya dijimos lo nuestro, ahora tienen que mover los políticos”, decían como coro los mineros consultados por este diario.
Continuará
*Director de Mining Press