Ray Kurzweil, director de Google, ha anticipado que en 2030, ya nomás, buena parte de nuestro cacumen nos bajará estandarizado de la nube, por imperio de un chip subcutáneo, en un pestañeo. Mucho antes, los argentinos de hoy se pueden jactar de su inmensa nebulosa en nociones básicas y fundamentales: de cara a las elecciones que vienen nadie explica a nadie que se hará en el país, con qué plata y con quien.
En plena cuenta regresiva de candidatos sin plataformas, la reciente declaración del Foro para la Convergencia sobre el rol del Estado a futuro ha sido un marcar la cancha del mundo de los negocios pero también una concesión graciosa a banderas hoy en el poder. Cosas de la política, en otros foros, como Davos, los mismos actores despotrican contra un estado de cosas que ahuyentan inversiones mientras se brifean con ardor informes como el de CEPAL, que registra una caída del 41% de la inversión bruta en la Argentina.
En las bolsas nunca faltan motivos y después de la comentada digresión de Anselmo Gabbi en la Embajada de Italia, el Merval pegó un brinco revancha del mayo negro. Sin embargo el acuerdo Ma-Ma nunca prosperó , y Mauricio Macri y Sergio Massa parecen más cerca del aborrecimiento que de la boda.
Mientras los jotes se devoran los restos mortales del Frente Renovador, el establishment lamenta la suerte del tigrense al que antes, encuestas en mano, las empresas le retiraron los fondos para hacer campaña. Nadie como Massa había armado un elenco superpoblado de economistas notables, cuya foto sepia podrá mostrar a sus nietos como una reliquia de la incomprensión.
¿Quién va a invertir ahora? se preguntan apesadumbrados los empresarios frente a los mimos de Daniel Scioli a Axel Kicillof, a quien la UBA podría darle por ganada la Cátedra de Desaciertos tras su paso por Hacienda. Los números no dicen eso, se ufana il mondo K blandiendo los índices de confianza sin atender a la desaceleración y a la pérdida de rentabilidad de la producción que ha fulminado, particularmente, a las economías regionales.
Haber domado el potro blue y que la inflación no vaya de alta a altísima tiene matices: mes a mes, Ricardo Echegaray bate records de recaudación (que torna en el 40% del PBI, con Ganancias como ariete) y la emisión monetaria ya crece al 30% versus la mitad de un “año normal” en Argentina. Subsidios, vencimientos de deuda, retraso cambiario son algunas de las preguntas básicas de la prensa a los candidatos, las respuestas generalmente, van al córner. No se pagará ahora, pero el juez Griesa, un amigo de la casa, acaba de agregar más sal, con su reclamo de oblar US$ 5.400 M a los bonistas.
La inflación no existe, mi amor. En vísperas de las PASO, el gobierno no ha querido aguaceros y pulseó fuerte a los actores de la puja salarial. La reciente huelga de Aceiteros ha devenido en una chapucería política de costos notables. La patronal había concedido el 35% reclamado pero el aumento no fue homologado por el gobierno. El capricho ha sido pagado por los productores que debieron costear el bloqueo a 140 barcos, a razón de US$ 80.000/día cada uno. El flete marítimo de la soja que salga ahora tendrá un plus en el fee las navieras.
La huelga en la boca de salida del pool sojero que es modelo mundial terminó con un 27% y otro 8% no remunerativo. Que empiece con tres, que empiece con dos, la solución de aquí a fin de año en todas las negociaciones será el gap negroide para llegar a diciembre y variados pichuleos como quién pagan plus de obras sociales que oxigenen al poder sindical encorsetado por el gobierno.
Reutemann y Del Sel. Dupla del PRO en Santa Fe.
¿Hay vida después de las PASO? Obviamente, pero además del inminente cierre de listas y del tren massista que ya descarriló, este junio quita el sueño en otros frentes. Como en Santa Fe, donde Miguel Del Sel gusta, entretiene y hace dudar por su impericia haciendo ilusionar al FPV con volver al triunfo anhelado y en primera vuelta. El siempre enigmático Carlos Reutemann advierte que la alianza socialismo-kirchnerismo es evidente al tiempo que describe el sistema actual: “a las provincias a las que no se someten no les cumplen con la coparticipación federal del 34%, es el humor y la chequera. Si usted dice a todo que sí, va. Y si no, lo ponen en la vereda de enfrente y marche preso. Cada tres meses reúnen a todos los gobernadores, y les refinancian lo que deben de estos años que han vivido de los créditos”.
La otra provincia donde se votará es en Río Negro, en la cual a pesar de toda la parafernalia de apoyos, Scioli incluído, a Miguel Pichetto, el rebelde Alberto Weretilneck todavía muestra aire en las encuestas, tan poco que la moneda todavía está en el aire. La gran palanca electoral del ex aliado K ungido tras el crimen de Soria, por estas horas, es el nuevo tractorazo de los frutihorticultores que pagaron el pato por las represalias comerciales de Brasil. “La provincia no puede vivir arrodillada…la Nación nos traicionó…el petróleo no tiene que ser el reemplazo de nuestra fruta” serán sus mensajes de aquí a las elecciones del domingo.
Último cuadro de M&F: Pichetto segundo pero cerca.
Mientras avanza inexorablemente el cronograma electoral, los empresarios y el arco resistente al gobierno no cesan en su imaginación. Tampoco los acérrimos enemigos, como Clarín, que ya coló en la agenda la resurrección del caso Nisman y promete escarbar en otros de los agujeros negros de la década. Nada que sorprenda, después de Lanata por TV comenzará otra semana de desconciertos en un colectivo que ya tachó a Massa, no termina de confiar en que llega Macri y mira inquieto las piruetas de Scioli para llegar como sea.
La gran pregunta es si el bonaerense es un gran estratega que le dirá a la trama actual gracias ahora seguimos nosotros, como hizo Kirchner con Duhalde, o sufrirá su cohabitación con su mano atada y bien atada, como diría Francisco Franco. Por eso hablan todo el tiempo con todos, incluidos los barones del PJ de las provincias, que les cuchichean que están hartos de cómo se manejaron políticas y les ruegan paciencia hasta 2016 antes de sacarse fotos afectuosas con Cristina, Axel, Julio, Aníbal y sus compañías.
Hay una imagen que quita el sueño al establishment: la de Cristina Kirchner muerta de risa bajo los papelitos en la noche del 25 de octubre. Así es la vida.