DANIEL BOSQUE

“Nuestro razonamiento moral se parece más al de un político en campaña que al de un científico en busca de la verdad”, dice el psicólogo estadounidense Jonathan Haidt.

 En la Argentina 2015,  la expresión de ideas, hasta el cierre de esta edición, ha quedado en manos de otros actores, ajenos a la política pura y dura. La Iglesia Católica ha censurado la farandulización de los presidenciables, que prefieren bailar con sus esposas a recoger el guante que les arrojó el Foro de Convergencia Empresaria sobre el rol del Estado (que tanto cambió en la era K) y el diseño futuro del país. Apenas Mauricio Macri ha esbozado hoy en La Nación vagas líneas de su gobierno después de rebotar, como era previsible, la apelación de Sergio Massa para enfrentar juntos la kontinuidad.

Daniel Scioli, en tanto, se pasea por los núcleos empresarios reiterando su identidad de par y sus promesas de que en 2016 las cosas cambiarán, sin mayores precisiones en homenajes a los comentados 30 puntos que bajó la Casa Rosada al FPV, un compendio de cosas públicas que deben quedar bajo el paraguas en la campaña. Bailar en la tele y hablar en lo posible poco.

Los que marcan la cancha no son los que vienen sino los que están: Axel Kicillof usa el big stick de los fondos sindicales administrados por el Estado para cerrar su selección sub-30 (por ciento) antes de que empiece la Copa América aunque otros gremios, como los mineros de AOMA y varios sindicatos públicos del Interior se están escapando del corset. Y Enrique Vanoli, quien tiene estabilidad asegurada a menos que lo echen, ha prometido que en 2016 el BCRA revisará las remesas de utilidades “caso por caso”. Hasta entonces, nada.

El retiro nada espiritual de la FCE y su sonora declaración, comentario obligado de los coffee break de las empresas, es el que tiene más prensa, pero no el único. Las fundaciones Dar, del sciolismo, y Pensar, del macrismo no hacen otra cosa que alentar encuentros entre políticos y hombres de negocios.

La primera está en permanente gira en las provincias, donde viene urdiendo un tejido cada vez más firme, como se vio en San Juan con la alfombra roja que le tendió José Luis Gioja a Daniel Scioli se observará en Mendoza esta semana con más contactos entre Paco Pérez, empresarios y sciolismo. El re-re Juan Manuel Urtubey ha dicho que no habrá doble comando y es el tip que postean los operadores a sus jefes pejotistas que hoy prenden velas por la gran apuesta de evitar el balotaje.

Enfrente, el macrismo sigue agrandando círculos. Uno de ellos es el de referentes de la minería, que compartirán en Buenos Aires un encuentro de solos y solas para imaginar como sigue la política nacional y la del sector en la bisagra 2015-2016.

Los 20 y pico mineros invitados miran tanto lo que asoma en la gran elección como en los próximos comicios de la CAEM. Martín Dedeu ha dicho que no seguirá y aunque nadie confiesa candidatura ya hay media docena de nombres. El tema es cuando votar: la actual conducción es proclive a posponer hasta después del verano próximo, cuando ya se sepa quién conducirá el país, pero estatutos en mano y mensajes de Julio A Roca mediante, no es improbable que el comicio se llame para después de agosto, cuando estén listos los balances de la entidad que estipula la IGJ.

Hasta entonces, seguirán los debates. “Lo que sobran hoy son grupos trabajando en propuestas para la minería que viene, y lo llamativo es que, con matices, todos coinciden en cuáles son los grandes temas a resolver”, dice un movedizo asesor político en materia minera. El otro dato curioso es que ningún político con posibilidades mira con malos ojos el desarrollo minero, como pudo palpar ayer la misma CAEM en su visita al Senado, a instancias del sanjuanino Roberto Basualdo.

En medio de tantas previas y con las PASO y otros comicios provinciales en cuenta regresiva, la minería tiene otra cita en Malargüe Mining. El foro organizado por Nivaldo Rojas aspira a ser otro ámbito de discusión y a la vez caja de resonancia sobre cómo está y cómo debería estar la minería en la Argentina, según el juicio de los empresarios.

Otro retiro para nada espiritual, aunque siempre es bueno llevar una estampita en el portadocumentos. Ora et labora, como decía San Juan Bosco.

Director Mining Press / Enernews

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