(Por Daniel Bosque*) No pic-nic, como dijeron los ingleses de la lamentable guerra de Malvinas. La reforma a la Ley de Hidrocarburos prometía ser un trámite exprés, como tantos otros, en la cuasi escribanía que tiene montada la Casa Rosada en el Parlamento, pero lleva casi tres meses sin arrancar en el Congreso y ya preocupa al sector petrolero.
La Ley Galuccio que, según argumentan en YPF, se propone dar garantías a los inversores frente a iniciativas como las de Neuquén, de capturar para Gas y Petróleo (GyP) todas las áreas vencidas, se proponía barajar y dar de nuevo en el suculento negocio petrolero.
El proyecto que alienta la petrolera líder ha provocado todo tipo de cortocircuitos entre la Nación y la fracción de la Organización Federal de Provincias Hidrocarburíferas (OFEPHI) que resiste la metida de mano en el bolsillo, tal como definen al proyecto. Están enterrando la política de Nestor Kirchner, dicen en las provincias disonantes, recordando que la Ley Corta, de 2006, afinó más el reconocimiento de las soberanías provinciales sobre el oil&gas argentino. Quienes conocen el paño de este litigio saben que hay dos planos, el mediático de los proscenios locales donde por estas horas se están diciendo todo tipo de cosas, y el de la negociación pura y dura, donde asesores bajo paraguas cruzan borradores de contrapropuestas en los temas sensibles, por no decir innegociables, para Neuquén y Chubut, básicamente, a quienes han seguido, con menos frontalidad, Río Negro y Mendoza.
Canon, derechos de acarreo, rol de empresas provinciales, volumen de regalías encabezan la letra chica de lo que hoy separa. Pero no es lo único: en Buenos Aires se entusiasmaron y vinieron por todo dicen en las provincias, y dan como ejemplo la regulación del agua para el fracking, que según el art. 32 del polémico proyecto quedaría en manos de la Secretaría de Energía de la Nación.
El último brief, “el borrador Zannini”, el cuarto que la Nación cruzó con los gobernadores díscolos, parecía acercar posiciones, pero un par de datos/gestos de la realidad han tirado por la borda el approach. Entre ellos, el tour de Sergio Massa a Vaca Muerta, quien estrenó allí el discurso federal pro Constitución del ’94 (“los recursos son de las provincias”), y el reciente debate de Clarín en el Malba, donde hay el neuquino Jorge Sapag se despachó con todo contra la Ley de Hidrokarburos, como la rebautizó el MPN, en compañía de impresentables para el gobierno como Daniel Montamat y José Luis Aranguren.
Entre uno y otro hito, Cristina, fiel a su impronta redobló la apuesta con la receta de la década: secarle el aljibe a los rebeldes. A las cuatro provincias que no quieren su ley las dejó afuera del salvavidas financiero trimestral con que viene auxiliando a los estados federales. La jugada no venció a los insatisfechos pero alineó a los que no sacan los pies del plato: como Daniel Peralta, que supo ser ninguneado por CFK (la última vez a fines de 2013, en Santa Cruz) y ahora está siempre listo. Juan Manuel Urtubey recibieron aplauso, medalla y pesos en la presentación del refinanciamiento a las provincias. Petroleras.
Convénzanlos les pidieron Axel Kicillof y Julio De Vido a las petroleras con ilusiones en el shale/tight y a las que no se anotaron en esa carrera pero están más holgadas de números con los retoques al precio del gas en boca de pozo y al aggiornamiento de las pizarras de combustibles que pasaron de la cola a la cabeza en la comparativa de la región. No nos pidan eso, pónganse de acuerdo ustedes, ha sido la respuesta empresaria en una mesa que sirvió para conocer caras hasta ayer extrañas, como las de Mariana Matranga y su staff filo camporista que obligó a deletear de la agenda al team de Daniel Cameron, de notable permanencia en el cargo pese a todo lo que aquejó al área energética en la década importada.
No todos opinan igual, es sabido, y si hay algo que molesta al gobierno es escuchar el ya mencionado Aranguren. El líder de Shell en la Argentina salió este fin de semana a respaldar las reivindicaciones de las provincias, y pegó donde más irrita al kirchnerismo: antes de pensar en otra Ley de Hidrocarburos, cumplan con la vigente, y largó su largo listado de acciones/omisiones a contrario sensu. Como tantas otras veces, salió a demolerlo Julio De Vido, quien proclama que “os neoliberales” quieren quedarse de nuevo con YPF después de 2015.
Shell, más allá de su historia de frontalidad con el actual gobierno central, defiende un modelo de negocio en Neuquén, que nació en 2011 cuando acordó con GyP invertir US$ 670 millones hasta 2016 en las áreas de Águila Mora, Sierras Blancas y Cruz de Lorena. En la UTE la estatal neuquina tiene de un 10 a 20% de participación y ese es el negocio que la Nación e YPF quieren reformular. “Aranguren apoya el carrying porque Shell no invierte nada para producir gas y petróleo en nuestro país; pisa las áreas para especular como si fueran una inversión inmobiliaria y no una inversión productiva”. Y ponen como ejemplo el caso de una compañía que vendió en US$ 44 millones un área concesionada por la provincia, un pase de manos con recursos del Estado.
Como se ve, negocios en pugna y munición gruesa.Así dicen en Chubut, donde ven la mano de la Casa Rosada en la filtración a los medios de la cuenta en N.Y. de Martín Buzzi. Tras lo cual le cayó la AFIP, en una declaración de hostilidades pura y dura. Devolución de gentilezas, la provincia le quitó la concesión petrolera de un campo a Lázaro Báez. Lo que más los ha vuelto locos, por estas horas, fue la bravata de Cristina, que les olió a encerrona, quien en su última homilía con los gobernadores se despachó con que el petróleo es de todos los argentinos.
Martín Buzzi, quien supo poner el pecho para iniciar el despido de Repsol desde El Trébol, asistió azorado y en primera fila al reto presidencial de la semana pasada. “No nos dijeron que iba a hablar de eso, hubo mala leche, sino no íbamos”, trinan en Rawson. La jefa de Estado lució la ley que quiere como una herramienta de transparentar el mercado abriendo el juego licitatorio con herramientas previsibles. “Pero nada dijo de cómo la Nación nos arrabatará la renta”, dicen en Rawson y en Neuquén, donde el teléfono rojo está a full.
Previsiblemente, si no hay fumata, harán punta en la declaración frontal de hostilidades los sindicalistas de Petroleros. El Mono Avila, líder de los Petroleros en Chubut, ya le puso el nombre: “Patagonia Rebelde” y Guillermo Pereyra, enfrascado también en la interna del MPN de este domingo, ya amenazó con elevar la apuesta con bloqueos y huelgas. Una advertencia que eriza la piel de las empresas que tanto esfuerzo hicieron para dejar atrás hace dos años los días duros de Santa Cruz, Cerro Dragón y Neuquén. Todavía hay mucha pólvora para gastar, de ambos lados. Miguel Galuccio, por lo pronto, ha pasado a ser persona non grata y Neuquén anunció su querella por "deslealtad comercial".
Como YPF, que ahora advirtió que Loma Campana podría pararse si no prospera la ley. Chevron que comprometió US$ 1.200 M mira azorada la pirotecnia, confiando en que todo se arreglará. Vaca Muerta, y las otras siete áreas no renovables de la Argentina son un negocio muy importante como para no ponerse de acuerdo, dicen los petroleros. Vaca Muerta, solamente, tiene recursos por 70.000.0000 barriles, equivalentes al famoso pré-sal del mar de Brasil. Y hacen falta unos US$ 20.000 millones/año para desarrollarlo en todo su potencial.
Pero en la Argentina hay muchos ejemplos de oportunidades que se perdieron por demorarse en trifulcas. En cualquier caso, el conflicto está en el peor de sus momentos. Mientras tanto, un firme competidor en la seducción a los inversores, México, ya delineó su Reforma Energética con la apertura de Pemex, que dice haber recibido ofertas de asociación de 80 petroleras. El gobierno de Enrique Peña Nieto confía licitar pronto 30 áreas y que antes del fin de su mandato habrá incrementado en un 50% su producción, hasta 3.000.000 de barriles.
No hay apuro muchachos, si quieren nuestro petróleo y gas, primero hablen con nosotros, dicen las provincias argentinas al gobierno nacional urgido por abrochar inversiones. ¿Cómo terminará esto?
*Director de EnerNews
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