Se fue 2013, uno de los años más complicado que recuerde la minería mundial. Comienza un nuevo ejercicio en el que exploradoras y operadoras, junto con proveedores y gobiernos, intentan reflotar proyectos e inversiones. Un escenario en el que Argentina se agregan conocidas dificultades. Cómo continua el desarrollo minero es la gran pregunta. Y el mayor desafío.
Se ha ido 2013 y ha llegado otro año. En una transición que trae tanta incertidumbre como debates acerca de qué es lo que pasó y cómo seguirán las cosas en la minería. No sucede sólo en Argentina, en los foros internacionales está al rojo vivo el cabildeo del futuro, después de que inversores, compañías y bancos soportaran su severa descapitalización en el ejercicio que se fue.
Diversos expertos y voces autorizadas coinciden, con matices, en sus pronósticos. Los acertijos de China, el primer consumidor global de metales van a ser decisivos en el futuro del cobre, hierro, niquel, zinc, platino y demás minerales industriales. Y las políticas inescrutables de la Federal Reserve (FED) serán decisivos en el porvenir del valor de los metales preciosos.
No son los únicos factores determinantes, pero existe un consenso en que aquel superciclo ha terminado y que con el oro a US$ 1.200/oz y el cobre a US$ 3.15/lb todo negocio debe ser revisado hasta el cansancio para evitar sorpresas. Consensos, o coincidencias, faltaron en los últimos días del año en la minería argentina.
Las autoridades nacionales y provinciales, nucleadas en la Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI) proclamaron un “balance positivo” para 2013, sólo explicado desde necesidades políticas. Ignoró el resumen las conocidas interrupciones de Vale, en Potasio Rio Colorado y Barrick en Pascua Lama yel enfriamiento de los proyectos de exploración más maduros. En cada uno de los casos hubo “crisis importada”, pero el contexto macroeconómico de la Argentina y las duras regulaciones en el manejo de divisas complicaron más el cuadro.
La inflexibilidad del gobierno nacional con el holding brasilero que reclamaba cambios diferenciales, exenciones y compensaciones a un fisco que le debía devoluciones de IVA de US$ 800 millones, por ejemplo. Vale, finalmente, desarrollará su proyecto Carnalita en su propio país. Distinto es Barrick, quien comenzó 2013 sufriendo sanciones judiciales y ambientales en Chile por su gran proyecto de oro y plata binacional, para reconocer, hacia mediados de año sus dificultades financieras para seguir adelante y finalmente suspender las obras en el último trimestre.
Entre los dos, no hay menos de US$ 10.000 de inversión frustrada o postergada, pero la cifra fría no alcanza a describir el perjuicio en las provincias de Mendoza y San Juan: sólo la construcción de las dos minas demandaba 15.000 empleos y el concurso de dos centenares de empresas locales. Otros notables proyectos de la minería argentina, como Agua Rica, Pachón, Los Azules o Navidad, sufren retrasos por la combinación de la realidad de sus empresas propietarias y las dificultades/incertidumbres para las inversiones mineras en el país.
En la misma línea, la Secretaría de Minería de la Nación ha subrayado, en diversos foros y medios, el notable potencial geológico de la minería argentina. Los mineros nunca han dudado de esa cualidad, pero la reciente estadística del SNL Metals Economics Group ha traído la novedad de que Argentina ha salido del Top Ten de la exploración mundial, un segmento que ha desacelerado un 30% en el último año. Para los empresarios del sector en las medidas que se tomen o se dejen de tomar estará la clave del devenir de la minería en el próximo lustro.
Y por eso las mineras miran y comparan lo que ocurre aquí y, por ejemplo, en las minerías maduras y no exentas de problemas de Chile y Perú. Analizan las nuevas medidas fiscales o reguladoras y prestan atención a las versiones sobre cambios en la legislación minera. Cuestiones como el Impuesto Inmobiliario Minero en Santa Cruz, la ley del Compre Minero Local, en San Juan o el Fondo de Desarrollo Minero en Catamarca, no son menores e incidirán en la inversión futura. Sin contar las complicaciones macro de la Argentina, por todas conocidas, que han determinado los sonados en la conducción económica y política de la Nación.
El adiós del detestado Guillermo Moreno alentó esperanzas en algunas empresas, pero la rebelión policial/saqueos/salariazo/efecto dominó le han complicado el debut al trío Jorge Capitanich/Axel Kicillof/Augusto Costa. La necesidad de divisas e inversiones genuinas del país es de una magnitud innegable, pero la pregunta es qué tratamiento recibirán los US$ que opten por radicarse aquí. Cada vez parece más clara, por ejemplo, la política de promoción de los hidrocarburos no convencionales y ese es un espejo en el que a la minería le gustaría mirarse.
Entre los comentados 10 Retos 2014 en la minería mundial, que citó Deloitte, se cuentan cuestiones políticas (con los segmentos de ecología y nacionalismos a la cabeza), de management (como la crucial optimización de los RR.HH) y de costos. Para las mineras que han sobrevivido (entre Canadá y Australia suman 5.000 compañías en colapso o hibernación), la cuestión es fundamental. Por eso cada MW, impuesto o sobrecosto por regulaciones en contrataciones o empleo local, será determinante en el futuro.
En años de permanente ascenso, exploradoras y operadoras aceptaban cualquier cosa. “El lustro que viene será de ajustes en las gerencias que sobrevivieron a las reducciones de plantillas”, recuerda PricewaterhouseCoppers en un mensaje global que también vale para la minería argentina. Pero además, el desarrollo del sector minero tendrá que ver lo que suceda en la vida política y económica nacional, por eso la palabra “2015” está en todos los informes reservados y comentarios, públicos y privados. La gran riqueza mineral de la Argentina está. Llegar a desarrollarla, esta visto, es una tarea difícil, pero no imposible.
“El Perú ha dejado de ser un país con potencial minero, para convertirse en un país minero de primer orden y eso que recién estamos aprovechando parte de nuestras posibilidades. La nueva minería hoy por hoy da empleo directo e indirecto a casi 2 millones de personas, lo que quiere decir que un tercio de nuestra población encuentra su sustento diario en este sector. Del mismo modo, genera recursos para el país con ingresos por exportaciones por encima de los US$ 25.000 millones. Pero sobre todo, la nueva minería construye nuestro presente, por ello cada año se incrementa nuestra cartera de proyectos a un ritmo de 35%, alcanzado hoy un monto total de casi US$ 60.000 millones. Para el 2016 la minería habrá ecido en torno al 12% anual”.
El sector minero de Chile ve con enorme incertidumbre el futuro de su sector tras el triunfo de Michelle Bachelet. Temen la puesta en marcha de sanciones, impuestos y controles a la extracción de minerales, especialmente cobre y metales preciosos. El cobre es el más importante. El cobre supone un tercio de la producción y reservas del mundo y el 50% de la riqueza chilena. Bachelet ha prometido nuevas regulaciones, impuestos y controles, como la subida del Impuesto de Sociedades del 20% al 25%. Y subir los peajes por explotación de las minas y utilización de patentes de extracción nacionales, las famosas “royalties”.
La abolición de la Ley que exime a mineras extranjeras de altas royalties preocupa al sector, ya que supondría una nueva pérdida de competitividad. En cinco años, los costos operativos se han duplicado porque las prospecciones en Chile son cada vez más profundas, debido a mineral de menor calidad en antiguos yacimientos, sumado a las continuas subidas de los salarios e incremento de costos energéticos. Según Joaquín Villarino, del Consejo Minero, la cartera de proyectos de inversión ha caído de US$ 100.000 millones a US$ 30.000 millones.
Según Financial Times, “a retirada de inversión extranjera también nace del ajuste de malas inversiones. Los proyectos faraónicos de las grandes mineras de oro en el desierto de Atacama han quedado en papel mojado por falta de rentabilidad. Los salarios han crecido muy por encima de la productividad, alcanzando a los de Estados Unidos, pero con una productividad menor a la mitad.Y la industria es fuertemente dependiente de la importación de energía, tras el corte de suministro de gas natural de Argentina”.
En su último informe sectorial, SNL Metals Economics Group describió la involución de la exploración minera mundial en 2013. Argentina salió de los diez países líderes en presupuestos exploratorios (entró Congo). Julio Ríos Gómez, presidente de GEMERA, dijo a Mining Press qué habría que hacer para recuperarse en el ranking.
El presupuesto mundial de exploración de metales no ferrosos cayó a US$ 15.200 millones este año, un 29% más que el 2012 (US$ 21.500 millones), revela el informe .Según el estudio del Corporate Exploration Strategies (CES), a partir de los 10 mejores destinos de minería, Canadá, que está primera en el ranking, experimentó la mayor caída. Allí, el gasto en exploración cayó más del doble que en EE.UU. y Australia, disminuyendo su participación a poco más de 13%. Este es el porcentaje más bajo en 14 años.
Las partidas presupuestarias de Australia disminuyeron 25% respecto al año anterior (menos de la disminución del 30% a nivel mundial).
Según un cable de la agencia Télam, 2014 será un año record de inversiones para la minería argentina. La comunicación está en línea con los reiterados anuncios del secretario de Minería, de que en el año entrante el sector recibirá US$ 3.855 millones.
“Para el año próximo está previsto el inicio de Lindero, próximo a la localidad de Tolar Grande, Cerro Moro en Puerto Deseado, Huyamampa (sulfato de sodio), cercano a Media Flor, y Don Nicolás en Jaramillo/Fitz Roy. Más de 25.000 millones de pesos en inversiones en todo concepto que marcarán un nuevo récord para este sector productivo de la economía nacional", informó a Télam una fuente del sector. “Esas inversiones tendrán una influencia positiva especialmente sobre las economías de las provincias de Jujuy, Santa Cruz, Salta, Río Negro, Córdoba, Catamarca, Chubut, Santiago del Estero y San Juan”, dijo la Secretaría de Minería.
Por otra parte, nuevas inversiones comprometidas impactarán en la continuidad de proyectos actualmente en construcción, como Cerro Negro en Perito Moreno (Santa Cruz), Olaroz en Susques (Jujuy), YCRT en Río Turbio (Santa Cruz), Lama en Iglesia (San Juan) y Lomada Leiva en Perito Moreno (Santa Cruz). También están previstas inversiones en proyectos en producción para incorporar nuevas tecnologías, y ampliar capacidades productivas en los proyectos Alumbrera en el oeste catamarqueño.
En esa misma situación están los emprendimientos de Veladero en Valle del Cura (San Juan); Alpat en San Antonio Oeste (Río Negro); Mina Aguilar en El Aguilar (Jujuy); San José en Lago Buenos Aires (Santa Cruz); Gualcamayo, en Jáchal (San Juan); Pirquitas (Jujuy); Manantial Espejo en Gobernador Gregores (Santa Cruz) y Salar del Hombre Muerto en Antofagasta de la Sierra (Catamarca), entre otros. Las consecuencias inmediatas de estas inversiones previstas para el año próximo será la generación de nuevos empleos, el desarrollo de proveedores locales, el fortalecimiento del proceso de sustitución de importaciones y mayor oferta exportable.
La Red de Académicos por el Desarrollo Suntentable advirtió sobre “las luces amarillas encendidas en torno a la minería argentina en el último año”. Y recordó que hay “provincias que ante dificultades de administración, eligen confrontar con operadoras mineras en búsqueda de mayores ingresos, como el caso de Santa Cruz.
La Argentina registra la carga tributaria más alta del Continente y el precio de los metales tuvo un fuerte retroceso, a la inversa de los costos de producción. Pero en lugar del diálogo provincia - Nación, se decide confrontar provincias – empresas, poniendo en riesgo inversiones comprometidas y las actuales operaciones, que pueden precipitar cierres, adelantar partidas, por pérdida de rentabilidad”.
El foro académico, integrado por expertos y científicos de diversas universidades recordó que hace una año se esperaba que el sector minero metalífero comenzaría a convertirse en uno de los principales complejos industriales del país, con la pronta puesta en marcha de Potasio Río Colorado, Pascua Lama, Pachón, Agua Rica, Taca Taca, Cerro Negro y Cerro Moro.
Tras recordar la persistente prohibición para la minería en siete provincias, recordó el rol generador de divisas y valoró la ley 24.196 de Inversiones Mineras, de 1994 que estipuló la invariabilidad tributaria. Sin embargo, apuntó que “el desdoblamiento cambiario y las dificultades de remesar libremente divisas al exterior, alejan a la Argentina de las decisiones de inversión. Produce el efecto de necesitarse casi el doble de capital que en otros países para construir una mina. A esta dificultad se le suma las dificultades para girar divisas”. La Red recordó que por cada onza de oro (32 gr), 16 gr quedan en el país para pagar los costos de la operación: salarios, insumos, proveedores, servicios; otros 8 o 9 gr ingresan a las arcas nacionales, provinciales y municipales por impuestos, tasas y regalías. Otro 7 u 8 gr ganaría el inversor, pero se le impide disponer de la utilidad. “La minería tiene mucho para darle al país. Si somos inteligentes, tenemos mucho por ganar”.
*Director de Mining Press