China, como economía emergente y en desarrollo, se destaca como el único que ha logrado mantener su crecimiento en el 2020, y se estima lo seguirá haciendo al cierre de este año
Tras la recesión económica global de 3,3% en 2020, este año se presenta con altas expectativas a nivel mundial. De acuerdo con las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento global será de 6%, lo que representaría un rebote de aproximadamente 9%.
Este pronóstico se fundamenta, principalmente, en agresivos estímulos fiscales impulsados por las economías más desarrolladas y una reactivación aguardada para el segundo semestre de este año. La misma se encuentra asociada a los planes de vacunación en todo el mundo.
Esta expansión económica a escala global está sujeta no solo al resultado de la lucha entre virus y vacunas, sino que también al grado en que las políticas económicas, desplegadas en medio de una gran incertidumbre, puedan limitar los daños duraderos causados por esta crisis histórica, así como a la evolución de las condiciones financieras (Perspectivas de la economía mundial. Abril 2021).
Cabe señalar que las economías avanzadas como Estados Unidos y los países de la zona del euro figuran con las perspectivas más elevadas en este grupo. En tanto que China, como economía emergente y en desarrollo, se destaca como el único que ha logrado mantener su crecimiento en el 2020, y se estima lo seguirá haciendo al cierre de este año.
En cuanto a América Latina y el Caribe, la perspectiva económica del FMI ubica a la región con un crecimiento potencial de 4,6% para el 2021, tras hundirse 7% en el 2020. Los grandes exportadores de América del Sur como Brasil, Argentina y Perú experimentarían una expansión económica impulsada por el repunte de la manufactura mundial, que ya había comenzado el proceso en la segunda mitad de 2020. Perú figura como el país con mayor crecimiento proyectado. En tanto que Paraguay con 3,5%, se ubica por debajo del promedio sudamericano (2,8%).
Precios, tasa de desempleo y políticas expansivas
Los indicadores de precios y empleo a nivel mundial permiten dimensionar, en parte, los efectos negativos de la pandemia. Al desatarse la crisis sanitaria, países como China iniciaron un proceso de caída en su tasa de inflación, que en la prepandemia se ubicaba en un nivel de 5,4% y con algunos meses deflacionarios durante el 2020. En lo que va de 2021, los precios ya han superado, de acuerdo con los últimos datos oficiales, al 1%.
Para el caso de Estados Unidos, el país también registró un desplome en el nivel de precios durante los primeros meses de la pandemia. Sin embargo, en el último cuatrimestre de 2020, se observa un incremento de la inflación como resultado de la política de expansión introducida por el gobierno. La inflación sigue en aumento en este 2021.
La reactivación económica es también producto de la intensa campaña de vacunación, los agresivos estímulos fiscales implementados por la Casa Blanca y otras políticas públicas de reactivación económica.
Con respecto al empleo, en Estados Unidos, el país había registrado 15% de desempleo al inicio de la pandemia, porcentaje que fue disminuyendo paulatinamente a lo largo de 2020. A este año ya se encuentra en proceso de estabilización, aunque no a la tasa de la precrisis, debido a que la economía se encuentra con problemas para la generación de mano de obra.
Esto, a diferencia de otros países como los que integran la Unión Europea, donde las políticas laborales han sido más agresivas y han logrado contener la tasa de desempleo durante el 2020 y actualmente, así como lo lograron Japón y China.
En todo el mencionado contexto, la Junta de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED por sus siglas en inglés) había lanzado un ambicioso programa de expansión monetaria.
Entre la serie de acciones destacó la reducción y mantenimiento hasta el 2023 de la tasa de interés de referencia de Estados Unidos en el rango de 0,00% y 0,25%, los mismos valores establecidos en el pasado tras la crisis financiera de 2008. Recientemente, el Comité de Política Monetaria de la FED anunció que no retirará las medidas de estímulos implementadas en la pandemia, en tanto no retroceda el desempleo y la inflación se mantenga por encima de la meta de 2%.
En lo que respecta a la tasa de cambio real del dólar estadounidense, que mide el valor de la moneda norteamericana con relación a una canasta de monedas extranjeras, la misma también comienza a verse afectada.
Cuando en enero de 2020, la pandemia azota al mundo, el dólar se encontraba en altos niveles. Con el correr de los meses experimenta una caída que posteriormente se va moderando. Sin embargo, no logra recuperarse con respecto a la prepandemia. A finales de mayo se encontraba en 10% por debajo a lo observado a finales de 2019.
El excedente de dólares se refugió, en parte, en inversiones como acciones y bonos internacionales dentro de los países del primer mundo. Por ende, las bolsas entraron en un proceso de clara recuperación cuando solo a principios de marzo de 2020, los dos indicadores de bolsas más importantes, Dow Jones y S&P 500 se habían desplomado a valores históricamente bajos. Sin embargo, durante este 2021 y salvo la leve caída por la comunicación de la FED, se han registrado aumentos por encima del 80%, valores que superan incluso a los de la prepandemia.
Industrias, flujo mundial de comercio y commodities
El sector industrial también experimentó una recuperación. Los indicadores del petróleo y el cobre han mostrado un despegue con fluctuaciones desde el inicio de la pandemia, en 2020.
En el caso del precio del crudo, el WTI, indicador del valor del petróleo en EE.UU., viene registrando un crecimiento que hace solo algunos meses se encontraba al mismo nivel antes de la pandemia. En las últimas semanas ha llegado a superar la mencionada barrera, lo que refleja una mejora de la economía estadounidense, anulando, en parte, la incertidumbre provocada por el eventual aumento de la oferta del crudo, si se levantan las sanciones contra Irán. Recientemente, el acuerdo entre los aliados de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha presionado a la baja los precios.
Por su parte, el cobre sufrió los efectos de la depresión económica causada por la crisis sanitaria. Al inicio de la pandemia y durante sus primeros meses, había tocado valores por debajo de US$ 2,50. Este precio comienza a repuntar, con algunas leves caídas, en concordancia con una reactivación de la actividad industrial, a decir una mayor demanda por este mineral.
Desde este año se observa un proceso de recuperación del flujo mundial de comercio. En todo este proceso de recuperación, los precios de ciertos productos alimenticios, sobre todo de commodities, también han registrado valores en crecimiento.
La soja se presenta como un caso a destacar, al considerar que China, el principal comprador del grano a nivel mundial, se encuentra en proceso de recomponer sus stocks. Esta situación ha elevado la cotización, lo que se ha traducido en el mejor precio que se haya tenido en la última década. Al cierre de 2020, la semilla cotizaba a casi 450 US$/ton y en 2021 ha superado, en un determinado momento, los 570 US$/ton.
Esta auspiciosa valoración también se trasladó a los precios del maíz y el trigo. La demanda es similar a la que se empieza a dar en el negocio de la carne, cuando por el 2018 se obtenían valores relativamente importantes. Actualmente, la gran demanda china por la carne bovina está generando un valor de precio relativamente distinto al que se registraba anteriormente y del que se abordará más adelante.
Comercio fronterizo: Brasil, Argentina y Paraguay
Brasil y Argentina son la piedra angular del comercio fronterizo en Paraguay. La dependencia existente del país con el Brasil está anclada por el “drive” industrial que le genera el gigante sudamericano, con exportaciones, sobre todo, de productos de nivel intermedio, de granos y de carne.
Al observar el comportamiento del PIB de ambos países durante la pandemia, la economía de Brasil se había desplomado, llegando incluso al 10% de caída. En tanto que el Paraguay había verificado una contracción de 0,6%, con un rebote esperado para este 2021 en torno al 3,5%. Sin embargo, en este mismo proceso, el real brasileño se devalúa frente al dólar estadounidense en alrededor del 30%, lo que hace perder competitividad al Paraguay con respecto al Brasil.
En cuanto a Argentina, y sin entrar a detallar su comportamiento económico que se ha deteriorado a causa de la serie de medidas públicas implementadas, el país experimenta una severa depreciación de su moneda de aproximadamente 100%.
Oferta y demanda en Paraguay
Los datos reportados en el Indicador Mensual de la Actividad Económica del Paraguay (Imaep) y el Estimador de Cifras de Negocios (ECN) revelan que la economía ha experimentado un rebote de 8% en marzo del 2021 al comparar con el mismo periodo de 2020, cuando se habían registrado la mayor caída de 13%.
La cifra positiva revela la mayor actividad registrada en estos meses, lo que no significa que la economía se haya recuperado de la crisis, sino que se encuentra en un proceso de compensación de las pérdidas registradas durante el primer año de la pandemia. En abril, se observó un crecimiento aún mayor de 19,3% y en mayo, aunque registró una reducción, la tasa siguió siendo positiva de 12,4%.
En cuanto al comportamiento de los sectores económicos, los datos del ECN muestran que son tres los de mayor crecimiento: (1) los materiales de construcción, porque han tenido una dinámica importante como se mostrará más adelante; (2) los servicios de telefonía móvil, debido a la demanda por minutos o por internet, y finalmente, (3) el sector de equipamientos para el hogar que, tras mantenerse en números negativos durante el 2020, ha comenzado a ganar terreno en los últimos meses de este 2021.
Los más afectados
Los sectores más afectados siguen siendo las grandes tiendas de vestir, que aún registran caídas, además de la venta de combustibles, comportamientos asociados a una contracción de la demanda por medidas sociales restrictivas. Las ventas de los supermercados también se han deteriorado (lenta muestra de recuperación), fundamentalmente a causa del contrabando, que compite de forma ilegal con muchos productos nacionales.
Tras más de un año de bajas o nulas expectativas, en las últimas semanas, el activo plan de vacunación con la liberación de la franja etaria, ha mejorado levemente las perspectivas de los agentes económicos.
De continuar con el ritmo de inoculación, el escenario podría tornarse cada vez más auspicioso. Sin embargo, el acompañamiento del Estado con planes y políticas agresivas de reactivación económica serán claves en este proceso.