DENNY THOMAS, ISMAIL SHAKIL Y SUSAN HEAVEY
El gobierno canadiense anuncó que no permitiría la minería en sus fondos oceánicos domésticos sin una "estructura regulatoria rigurosa" y que la necesidad de recursos naturales no anula los compromisos ambientales de Ottawa.
Los nódulos del fondo marino contienen minerales críticos que se utilizan en las baterías que se necesitan para impulsar la transición del mundo hacia la energía limpia, pero arrastrarlos por el fondo del mar podría alterar los ecosistemas.
"Canadá no tiene actualmente un marco legal nacional que permita la minería de los fondos marinos y, en ausencia de una estructura regulatoria rigurosa, no autorizará la minería de los fondos marinos en áreas bajo su jurisdicción", dijeron los ministros de Recursos Naturales, Océanos y Pesca en un comunicado conjunto.
La decisión se produce después de que un informe encargado por el Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible, que incluye representantes de 14 países, en 2020 dijo que la minería en los fondos marinos no debería comenzar antes de que se realicen evaluaciones completas de los posibles impactos ambientales.
Cualquier decisión sobre si permitir la minería en los fondos marinos debe estar "informada por la ciencia" y proteger los ecosistemas al mismo tiempo que se sopesan los efectos económicos y sociales, según la declaración conjunta.
Canadá tampoco está explorando el potencial de la minería en los fondos marinos fuera de sus aguas jurisdiccionales, agregó, citando compromisos anteriores del G7.
Hablando en un evento en Vancouver, el ministro de Recursos Naturales, Jonathan Wilkinson, señaló que la estrategia de minerales críticos de Canadá, que se dio a conocer en diciembre , tiene como objetivo equilibrar el progreso económico con la gestión ambiental.
La "necesidad de Canadá de minerales críticos y otros recursos no anuló nuestra obligación de tomar decisiones basadas en la ciencia y altos estándares ESG", dijo Wilkinson, refiriéndose al documento de estrategia.
La declaración conjunta "deja en claro que nuestra posición, nuestro avance económico, no puede lograrse a costa de la salud de nuestros océanos", agregó.