Productores abogan por usar todo el recurso almacenado aunque se agoten las reservas
CAROLINA PUTELLI
En medio de la peor crisis hídrica sanjuanina de los últimos 100 años surgen discusiones sobre cómo utilizar el agua que queda en los embalses, ante la perspectiva de otro verano seco.
El agro sanjuanino utiliza el 90% del recurso para riego y se encuentra en una negociación con la Dirección de Hidráulica para definir cuánto se distribuirá por los canales en la temporada invernal.
En este contexto un grupo, representado por el presidente de la Federación de Viñateros, Eduardo Garcés, argumentó que lo mejor es liberar la mayor cantidad de posible en los próximos meses, incluso si esto significa agotar los diques.
Esta alternativa está prácticamente descartada, debido a que pondría en riesgo la capacidad de riego en el verano y hasta de próximos años, ya que no se sabe cuándo volverá a haber nevadas suficientes en cordillera.
Eduardo Martín, ingeniero sanjuanino, presidente del Comité Argentino de Presas e integrante del Instituto de Investigaciones Antisísmicas de la UNSJ, habló con DIARIO HUARPE y explicó cómo el funcionamiento de los diques determina los posibles escenarios.
Para empezar, Martín explicó que vaciar a cero los diques es imposible por la forma en la que están construidas todas las presas, no solo las sanjuaninas. Es que estas reservas tienen siempre una cota mínima de "volumen muerto". Esto quiere decir que las obras u órganos de descarga y obtención de agua, las bocas, no pueden sacar todo el líquido guardado porque están más arriba que el fondo de la represa.
Esto se construye así a propósito, ya que, según explicó el profesional, "cuando ingresa agua a la presa los ríos traen sedimentos (arena y hasta piedras de diferentes tamaños) que deben depositarse una vez que se frena el cauce". Cuando diseñan un dique como cualquiera de los tres que tiene San Juan, detalló Martín, se deja un nivel para que se vaya acumulando este material de arrastre y no sea tomado por los órganos de descarga, porque esto los obstruiría y rompería. Del volumen muerto depende la vida útil de una presa. Por lo tanto, un escenario de "diques vacíos" es imposible, siempre quedará una porción de agua aunque la misma no se pueda utilizar.
Pero además, los diques en San Juan no son solo un "tanque de agua", que se llena o vacía. Los tres embalses sobre el cauce del Río San Juan que están construidos, Ullum, Punta Negra y Caracoles, son reservas estratégicas, producen energía y funcionan como polos turísticos. Cada vez que la cantidad de agua baja de cierto nivel estipulado, una de estas funciones puede quedar sin efecto.
El objetivo turístico de los lagos es el primero en sufrir las condiciones de temporadas secas, ya que las estructuras para disfrutar de los espejos van quedando alejadas del nivel. Ullum es el que más sufre cuando esto sucede, debido que alrededor del dique más viejo y más cercano a la ciudad hay operadores turísticos. Aun así, esta es de las funciones menos "prioritarias" que tienen los diques, en comparación con reservar agua y producir energía.
También está la cota mínima productiva. Se trata del límite mínimo desde el cual las centrales hidroeléctricas pueden tomar agua para hacer circular los rotores y generar electricidad. Por debajo de este valor los diques se convierten solo en reserva de agua y ya no aportarían el equivalente a casi el 40% de la energía que consume San Juan.
Desde este punto, por debajo del límite productivo, las reservas de agua pueden llegar a agotar todo su volumen útil de agua. Este, explicó Martín es un escenario muy raro.
"Los diques y represas funcionan bien estructuralmente entre el máximo y el mínimo del volumen útil, los órganos de desagote permiten sacar todo el agua, pero eso es algo que por lo general no se hace. Están previstos para emergencias, cuando por ejemplo se detecta una falla estructural y es necesario vaciar para revisar todo", detalló. Martín aclaró que esto es el rango posible técnico, pero que los factores sociales, de necesidad energética y productivos, entre otros, son los que se tienen que tener en cuenta para definir el uso. Son las autoridades de Hidráulica, el EPSE y la Secretaría del Agua las que tienen la información y la autoridad para decidir finalmente.
Hoy por hoy, según detalló Oscar Coria de la Dirección de Hidráulica, en los tres diques hay 320 hectómetros cúbicos, el nivel operativo (en el que producen energía) es de 241 hectómetros cúbicos, por lo tanto solo hay disponibles 77 hectómetros cúbicos reales para regar. En los próximos meses habrá cierto aporte níveo, calculan que se sumarán antes de octubre lleguen cerca de 40 hectómetros cúbicos y es esa la cantidad que se podría aportar sin bajar la cota actual de los diques.
Según los cálculos oficiales, para no afectar las reservas se debe restringir a la mitad el riego durante el invierno, para llegar al verano, época de aporte del río, con cierto "aire". Los valores propuestos no convencen a productores de casi ningún rubro, que reclaman que no podrán regar lo suficiente hasta octubre.
Para peor, en los meses cálidos es cuando si hay nieve suficiente puede recuperarse del agua usada, pero no hay buenos pronósticos. Todos estos datos son con los que negocian productores y autoridades provinciales a la hora de definir cuánto se aportará en los canales en los próximos meses.