Andrés Villarroel; Flavio Menten; Radhika Bansal Y Julia Duailibi Ameijeira
Vaca Muerta se ha convertido en la principal fuente de crecimiento de la producción de petróleo y gas de Argentina, representando ya la mitad de la producción de crudo del país y previsiblemente superará el millón de barriles por día (bpd) antes de 2030. La producción convencional, por el contrario, sigue disminuyendo, lo que ha llevado a YPF (la petrolera nacional de Argentina) a reequilibrar su cartera más hacia desarrollos de esquisto, gas natural licuado (GNL) y mejoras posteriores, al tiempo que reduce la escala de los campos maduros.
Bajo la estrategia 4x4 de YPF, las desinversiones en áreas maduras son un pilar fundamental, liberando capital para activos de esquisto de alta productividad. Como parte de este esfuerzo, YPF lanzó el Proyecto Andes, un programa estructurado de desinversión mediante el cual la compañía comercializa campos convencionales, maduros y no esenciales, a operadores más pequeños y gobiernos provinciales. Este cambio también ofrece una puerta de entrada para nuevos actores en el upstream argentino, ampliando el ecosistema más allá del puñado de grandes operadores que dominan la región de Vaca Muerta.
En la primera ronda de 2024, se transfirieron casi 90.000 barriles equivalentes de petróleo por día (bepd). La mayor parte de esta producción provino de 28 activos vendidos a operadores más pequeños, mientras que la parte restante, vinculada a otros 11 activos, se devolvió a las autoridades provinciales. En Argentina, las concesiones de activos de petróleo y gas se otorgan por un período limitado y, una vez operadas por una empresa durante un tiempo, pueden revertir a las provincias, que deciden si vuelven a licitar o gestionan directamente los activos.
La segunda ronda del Proyecto Andes, abierta en agosto de 2025, coloca 16 activos adicionales en el mercado, organizados en seis grupos: NOA (Salta), Chachahuén, Malargüe, Agua Salada, Manantiales Behr y Mendoza, con bloques operados y no operados. En conjunto, esta cartera rica en petróleo aporta cerca de 60 mil barriles diarios de producción, lo que subraya su relevancia para posibles compradores.

Se espera que esta nueva ronda atraiga el mayor interés de operadores regionales independientes de menor tamaño y mediano tamaño que ya operan en el sector convencional de Argentina, como Pecom, Crown Point Energy, Tango Energy y Oilstone Energía. Estos actores tienen una trayectoria comprobada en la adquisición y operación de yacimientos maduros en provincias como Mendoza, Río Negro y Chubut, donde pueden aplicar técnicas de inversión y recuperación específicas para sostener la producción y extender la vida útil de los activos.
Las autoridades provinciales también han expresado su apoyo, ya que las desinversiones prometen sostener el empleo local, las regalías y la continuidad operativa en áreas donde YPF ha despriorizado la inversión. La distribución geográfica de la cartera ofrecida en esta ronda resalta su importancia, con activos que abarcan Neuquén, Mendoza, Chubut, Río Negro y La Pampa. Esto no solo subraya la amplitud de la estrategia de salida de YPF, sino que también brinda oportunidades para que una amplia gama de operadores consoliden posiciones en cuencas productoras maduras.

Los activos en oferta ilustran cómo YPF está acelerando la reestructuración de su cartera, desviando capital de los clústeres convencionales hacia sus centros de esquisto y proyectos de GNL. Se espera que empresas independientes y regionales con la experiencia técnica necesaria para mantener yacimientos maduros muestren interés en la cartera.
Argentina ya superó a Brasil en valor de operaciones este año, con acuerdos de gas de esquisto, convencional y GNL que generaron una cifra récord de 5.700 millones de dólares en fusiones y adquisiciones. Con esta última ronda, YPF refuerza su papel como pilar de la consolidación del upstream argentino, a la vez que prepara el terreno para nuevos paquetes en los Andes en 2026 a medida que avanza la optimización de la cartera.