Río Negro está viendo los frutos tangibles del acuerdo estratégico con las empresas petroleras que operan el oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS). Según lo afirmó Alejandro Echarren, ministro de Obras y Servicios Públicos, esta alianza público-privada ya se traduce en "soluciones concretas" a través de un ambicioso paquete de obras que están transformando la infraestructura y la calidad de vida de los rionegrinos.

El ministro destacó que los primeros 60 millones de dólares provistos por el Bono VMOS están siendo invertidos en un plan de obras estratégicamente diseñado. La planificación priorizó de manera particular las zonas históricamente más impactadas por la actividad hidrocarburífera, como el Alto Valle, para atender demandas de infraestructura largamente esperadas en sectores clave.

Inversión en Infraestructura Esencial y Generación de Empleo

Los proyectos abarcan un amplio espectro de necesidades, incluyendo mejoras significativas en infraestructura educativa, sanitaria, vial y deportiva en diversas localidades de la provincia. Echarren subrayó que estas obras forman parte de una estrategia a largo plazo, orientada a generar mejoras estructurales duraderas y elevar la calidad de vida de los habitantes de Río Negro.

El impacto del acuerdo no se limita solo a la infraestructura; también está generando un impulso económico vital. El ministro defendió el rol de la obra pública como motor de la economía provincial, especialmente en un contexto donde el gobierno nacional ha discontinuado el financiamiento para este tipo de proyectos. En este sentido, se destacó un impacto significativo en el empleo, con más de 300 personas trabajando activamente en Sierra Grande gracias al avance del oleoducto y sus proyectos asociados.

Además, la Municipalidad de Sierra Grande recibirá un 5% del bono en reconocimiento a su rol estratégico en el desarrollo del proyecto VMOS. La provincia brindará asistencia técnica para asegurar que estos fondos extraordinarios sean utilizados de manera óptima en beneficio de la comunidad.

La concreción de estas obras es un claro ejemplo de cómo la colaboración entre el sector público y las operadoras petroleras puede traducirse en beneficios directos y tangibles para las comunidades, atendiendo demandas históricas y sentando las bases para un desarrollo sostenible en la provincia de Río Negro.