Juan Ríos*
El almacenamiento de electricidad es una solución esencial para la flexibilidad del sistema eléctrico, dadas las características particulares de aleatoriedad de la fuente primaria de la generación renovable no convencional (solar y eólica), las ventajas del almacenamiento en la integración de la generación distribuida y la descongestión en redes de transmisión y distribución, permitiendo una activación rápida ante variaciones en la generación, proporcionando estabilidad y confiabilidad al sistema eléctrico.
Entre las diversas tecnologías disponibles, las centrales hidráulicas reversibles y las baterías electroquímicas como medio de almacenamiento se destacan por su flexibilidad, seguridad, sostenibilidad y eficiencia.
Aunque el abanico de tecnologías de almacenamiento es amplio tanto en características físicas como en aplicación cabe destacar las siguientes como tecnologías comercialmente maduras y de uso más extendido:
1-Centrales Reversibles: son actualmente la tecnología más implementada a escala de red. Esta técnica utiliza excedentes de energía para bombear agua a una altura elevada durante períodos de baja demanda. Posteriormente, cuando la demanda energética aumenta, el agua almacenada se libera y la diferencia de altura permite generar electricidad a través de turbinas.
2- Almacenamiento Electroquímico (Baterías): Las baterías electroquímicas de gran escala están ganando terreno rápidamente y se espera que sean la tecnología de almacenamiento dominante en el futuro cercano. Estas baterías permiten almacenar grandes cantidades de energía que pueden ser liberadas de manera controlada y eficiente, lo que las convierte en una opción ideal para complementar fuentes de energía renovable no convencional como la solar y la eólica, así como disminuir los llamados vertimientos (energía no utilizable en el sistema por restricciones operativas).
El marco actual del mercado eléctrico y su regulación, presentan ciertos desafíos para la integración del almacenamiento dentro de los sistemas eléctricos de la región (ALyC). Originalmente diseñados para operar con generación como la hidroeléctrica y la térmica convencional, gestionables y centralizadas, estos mercados tienen dificultades inherentes para incluir instalaciones de almacenamiento de manera rentable.
Para superar estos obstáculos, es fundamental establecer un marco normativo moderno, estable y no discriminatorio, el cual facilite las inversiones y promueva un sistema energético competitivo, que sea estructurado en base a lo siguiente:
1- Definición, Titularidad y Operación. Es esencial definir claramente qué constituye una instalación de almacenamiento, quién puede ser su titular y cómo deben operar estos sistemas.
2- Configuraciones de Almacenamiento. El marco regulatorio debe tener en cuenta las diversas configuraciones posibles para el almacenamiento de energía, desde instalaciones individuales hasta sistemas híbridos que combinen almacenamiento y generación.
3- Seguridad Jurídica. Las instalaciones de almacenamiento deben tener derechos y obligaciones claramente definidos dentro del sector eléctrico, asegurando un tratamiento equitativo.
4- Apertura de Mercados y No Discriminación. Es crucial garantizar que las tecnologías de almacenamiento puedan participar en los mercados eléctricos en igualdad de condiciones con otros agentes, ya sean generadores o consumidores.
A corto y medio plazo, las centrales térmicas e hidroeléctricas podrán ofrecer la flexibilidad necesaria para adaptarse a las variaciones en los perfiles de consumo. Sin embargo, a largo plazo, será fundamental realizar inversiones adicionales en otras tecnologías. Además de termoeléctricas e hidroeléctricas, con la reducción de costes y posibles incentivos regulatorios, los sistemas de almacenamiento, como baterías e hidroeléctricas reversibles, se convertirán en candidatos interesantes para proporcionar este tipo de servicio al sistema.
En América Latina y el Caribe, uno de los principales retos para la implementación de esta tecnología es la adaptación de los marcos regulatorios para garantizar oportunidades de negocio atractivas para los desarrolladores de almacenamiento a gran escala. La regulación debe ser lo suficientemente flexible y abierta para permitir un desarrollo sostenible de estas tecnologías, integrándolas como agentes clave en la transición energética.
El desarrollo y la regulación del almacenamiento de electricidad son factores cruciales para la estabilidad y sostenibilidad del sistema eléctrico en un mundo cada vez más dependiente de las energías renovables. Un marco normativo adecuado y no discriminatorio, junto con incentivos económicos y la apertura de mercados, permitirá que las tecnologías de almacenamiento se desarrollen plenamente, contribuyendo así a una transición energética eficiente y resiliente.
El apoyo y participación de CAF puede desempeñar un papel crucial en este proceso, eliminando barreras y facilitando el camino hacia un futuro energético más sostenible.
*Ejecutivo Principal de la Dirección de Transporte y Energía, Gerencia de Infraestructura Física y Transformación Digital de CAF