EWA KRUKOWSKA, JENNIFER A. DLOUHY y LAURA MILLAN

Las últimas tensiones comerciales entre EE. UU. y la Unión Europea subrayan cuán crítica se ha vuelto la política climática para el manejo geopolítico. La Ley de Reducción de la Inflación de EE. UU. incorpora una serie de subsidios industriales amigables con el clima para impulsar la inversión nacional, mientras que las nuevas leyes comerciales de la Unión Europea impondrán un impuesto sobre algunas importaciones con alto contenido de carbono. Las iniciativas muestran cómo las principales economías están tratando de crear incentivos para contener el daño del calentamiento global y al mismo tiempo mantener el ritmo de los cambios tecnológicos de alto riesgo.

La estrategia de salida de los combustibles fósiles de la UE, que se hizo más urgente por la  crisis energética  derivada de la guerra de Rusia en Ucrania, exige una inversión masiva en energías renovables y tecnologías bajas en carbono, mientras que el Mecanismo de Ajuste Fronterizo de Carbono planificado del bloque impondría costos adicionales a los bienes de los países. con políticas climáticas más laxas para proteger a los productores locales.

“El clima se está convirtiendo en una parte integral de numerosos sectores económicos; ya no se trata solo de energía, sino también de la industria, la agricultura, los edificios o el transporte”, dijo Joanna Pandera, presidenta del grupo de expertos Forum Energii. “El mundo necesita asegurarse de que el comercio también se rija por las reglas verdes”.

En Europa, la crisis energética y el aumento de los precios han estrechado los vínculos entre la política climática y la política económica, y los esfuerzos para implementar el Acuerdo Verde de la UE se aceleraron el domingo, cuando los funcionarios llegaron  a acuerdos provisionales  sobre el diseño de CBAM y una reforma para impulsar el mercado de carbono del bloque.

“La única forma efectiva de salir de los desafíos energéticos de Europa sigue siendo la misma: la transición a soluciones bajas en carbono, como energías renovables asequibles y de cosecha propia”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una carta a los estados miembros la semana pasada en la que se expuso el los esfuerzos del bloque para responder a su ruptura con los EE. UU. por los subsidios ambientales.

A medida que la política climática se entrelaza con los objetivos industriales, se abren nuevos frentes de disputas y las reglas sobre el intercambio de bienes ya son muy cuestionadas. Alemania y Francia instaron el lunes a la administración de Joe Biden a otorgar a Europa las  mismas excepciones  que disfrutan las naciones con acuerdos de libre comercio con Estados Unidos en un intento por resolver una disputa sobre la Ley de Reducción de la Inflación.

“Es de interés mutuo encontrar rápidamente puntos en común aquí”, según un documento firmado por el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, y su homólogo francés, Bruno Le Maire.

Junto con la disputa transatlántica, tanto EE. UU. como Europa están  sopesando los aranceles  sobre el acero y el aluminio chinos para combatir las emisiones de carbono y el exceso de capacidad global. La UE también desea formar una alianza con EE. UU. sobre estándares para vehículos eléctricos, una industria que China subsidia fuertemente, y superar la posición dominante de Beijing en tierras raras y otros recursos críticos para tecnologías limpias. 

Biden firma la Ley de Reducción de la Inflación para dar gran impulso a la transición energética

“Existe una gran oportunidad en el uso de la política comercial como palanca” para promover tecnologías más limpias, dijo Greg Bertelsen, director ejecutivo del Consejo de Liderazgo Climático. “Aquellos que no se alisten se enfrentarán a una elección”, incluida la pérdida de participación en el mercado mundial.

La Organización Mundial del Comercio subrayó el papel creciente de la política climática al centrar su informe 2022 en el impacto que está teniendo el calentamiento del planeta en el flujo internacional de bienes y servicios. El director general Ngozi Okonjo-Iweala también fue el primer líder de la OMC en asistir a las conversaciones sobre el clima de la COP, celebradas en Egipto a principios de este año.

Los líderes del Grupo de los Siete también acordaron impulsar un  nuevo club climático  para las economías más avanzadas del mundo mediante el lanzamiento de una oficina permanente que ayudará a coordinar las reglas con el objetivo de evitar disputas sobre tarifas verdes.