NELSON ANTONIO ALVARADO JOURDE
El país destaca por los recursos mineros con los que cuenta y por sus bajos costos de producción. El último informe “Perú: sector minero” de BBVA Research agrega, sin embargo, que todavía existe espacio de mejora en aspectos vinculados a políticas que afectan al sector, como por ejemplo la regulación ambiental, el manejo de áreas protegidas, los acuerdos socioeconómicos con las comunidades, y la calidad de la infraestructura.
“La competitividad del sector podría mejorar en la medida que se materialicen algunas iniciativas en las que trabaja el Gobierno, entre estas últimas la simplificación de los trámites y procesos con una ventanilla única, la implementación de estrategias diferenciadas por proyectos, la actualización de la normatividad -por ejemplo, un nuevo reglamento ambiental para las exploraciones-, y propiciar mejores condiciones para el entorno social como el Fondo de Adelanto Social”, señala el informe.
Los resultados de la primera encuesta realizada a ejecutivos ligados a la industria minera en Perú por PwC muestran que uno de los principales desafíos para el crecimiento y desarrollo de la inversión minera en el país es solucionar los conflictos sociales en las zonas mineras.
Actualmente, BBVA Research identifica que alrededor de 50% del total de conflictos sociales en el país están relacionados con el tema minero. Por geografías, la zona sur del país registra el mayor número de conflictos sociales relacionados con la minería, una zona que también es la de mayor participación en la producción minera.
La contaminación ambiental y los acuerdos no cumplidos por parte de las empresas son las principales razones de los conflictos sociales relacionados con la minería. Como resultado de estos conflictos sociales, el documento señala que una importante cartera de proyectos no ha logrado hasta el momento concretarse, lo que representa USD 12 mil millones de inversión, equivalente a 6% del PIB.
¿Qué caracteriza a las zonas que tienen conflictos sociales relacionados con la minería? El informe de BBVA Research publica que en el 72% de ellos la mitad de la población o más es pobre, 15% de la población o más es analfabeta, y el índice de desarrollo humano es bajo (inferior a 0,50). A ello se suma que más de la mitad de la población económicamente activa se dedica a la agricultura.
Según las estimaciones, es más probable que en un distrito minero se desarrolle un conflicto social si la pobreza y la desigualdad son mayores. También incide en esa probabilidad de que la fuerza laboral empleada en la actividad agrícola sea importante.
De acuerdo con el documento, la evolución reciente del sector minero peruano se puede dividir en dos etapas. La primera fue una etapa de auge de inversiones (2011-2014). Durante estos años se empezaron a construir grandes proyectos mineros, por un monto aproximado de US$ 21,000 millones.
La segunda etapa fue de auge de la producción (2015-2017). Luego de concluirse con la construcción de minas, se inició la fase de operación, conduciendo a un mayor dinamismo de las exportaciones tradicionales mineras, al mismo tiempo que se observa una caída en la inversión minera. Sin embargo, desde el segundo semestre del año 2016, el crecimiento de la producción minera empezó a moderarse conforme las nuevas minas alcanzaban sus máximos niveles operativos.
Según estimaciones de BBVA Research, en 2017 la producción minera contribuirá con 0,4 puntos porcentuales al crecimiento del PIB, por debajo de lo alcanzado en 2016 (1,8 p.p.). Asimismo, en el supuesto de ausencia de nuevos grandes proyectos, la contribución al crecimiento del PIB en los siguientes años será aún menor.
Los precios de los metales se han recuperado desde el año pasado y viene mejorando la posición financiera de las empresas del sector. En ese contexto, es probable que la inversión minera empiece a mostrar un mejor desempeño. Actualmente se tiene una cartera de proyectos pequeños y medianos, valorizados en aproximadamente US$ 4,200 millones, que podrían empezar a construirse en el corto plazo.
BBVA Research estima en su publicación que en 2017 la cotización promedio anual del cobre aumentará en más de 25%. Detrás hay factores de demanda como el continuo crecimiento de la economía china, pero también factores especulativos en un entorno de abundancia de liquidez a nivel global.
Los vientos de cola en el mercado de cobre serán menores en 2018 con la moderación prevista de la economía china y la gradual normalización monetaria en las economías más avanzadas, pero aún así el precio se mantendrá en niveles atractivos.
“Prevemos que el precio del cobre convergerá en el medio plazo a un nivel algo por encima de USD 2,50 por libra, más consistente con los balances de oferta y demanda que estimamos. Este precio es mayor que el precio promedio histórico del cobre, lo que busca reflejar la demanda de la industria de autos eléctricos y la de energías renovables”, dice el informe.