Reuters
La mina Veladero de Barrick Gold en Argentina tuvo tres pérdidas de cianuro entre 2011 y 2012, que fueron contenidos por el sistema de control de la mina, dijo un portavoz a Reuters el domingo después de que medios locales publicaron un documento del gobierno que describe los derrames.
Los tres fugas ocurrieron mucho antes de que el derrame de cianuro de Veladero pasado mes de septiembre, por el que la empresa con sede en Toronto recibió una multa de $ 9.8 millones. Las pruebas realizadas por investigadores de la ONU, en octubre mostraron que la fuga no se había contaminado los suministros de agua locales.
En cuanto a los tres derrames de cianuro en el 2011 y el 2012, Barrick dijo a Reuters en un comunicado que "los acontecimientos, sin excepción, fueron debidamente denunciados ante las autoridades correspondientes."
Más temprano el domingo servicio local de noticias Infobae publicó un documento del Ministerio del medio ambiente antes no liberado al público esbozar las fugas de 2011 y 2012.
"Los hechos descritos en el artículo fueron adecuadamente contenidos por nuestros sistemas de contingencia en la zona de operación de la mina", dijo el comunicado. "Ellos no representan un riesgo potencial para el medio ambiente"
No fue el único. Al derrame de más de un millón de litros de agua cianurada ocurrido el último septiembre en la mina Veladero, en San Juan, le antecedieron por lo menos tres vertidos que no se hicieron públicos en su momento. Aunque las cifras oficiales de esos incidentes son menores, en la Asamblea Jáchal No Se Toca desconfían de su veracidad, dado que la empresa Minera Argentina Gold (Barrick Gold) y las autoridades de San Juan intentaron ocultar la fuga del año pasado y su magnitud.
Según consta en un informe de la Dirección de Residuos Peligrosos que figura en el expediente de la Secretaría de Ambiente (hoy, Ministerio) iniciado tras el último derrame, en 2012 Barrick Gold presentó un "registro de contingencias" en el que cual confirmó que hubo al menos tres vertidos de cianuro antes del ocurrido entre el 12 y 13 de septiembre del año pasado.
Dos ocurrieron en 2011. El primero fue el 31 de julio, cuando hubo un desborde de solución y mineral fuera del valle de lixiviación, que es donde se separa la roca del mineral. Barrick Gold reportó que se fugaron 1.500 litros del líquido y se afectaron 20 metros cuadrados. El 29 de noviembre de ese año hubo un segundo vertido de 1.680 litros de solución cianurada que se produjo por una ruptura en la soldadura de una geomembrana.
Al año siguiente, Barrick Gold confesó que el 22 de marzo hubo otro derrame de 1.494 litros de solución cianurada en 160 metros cuadrados, que se produjo tras la quema de una bomba en el área de filtros persas. "Este suceso provoca que se corte la alimentación trifásica de la zona de filtros por 10 minutos, provocando un aumento del nivel de líquido de la nave", reportó la minera.
En la Asamblea Jáchal No Se Toca recibieron la novedad de los otros tres derrames con sabor amargo, porque nunca les avisaron y se enteraron casi de casualidad. "Tres incidentes previos al del 13 de septiembre de 2015 en la mina Veladero ratifican que las condiciones de infraestructura no son óptimas, y que los funcionarios que conocieron de ellas no actuaron conforme de su deber", lamentaron vía Facebook.
En los dos primeros casos, Barrick Gold informó que la gravedad de los incidentes fue "baja", mientras que evaluó en el tercero fue "media". Sin embargo, los asambleístas no creen ni en el balance ni en las cifras brindadas por la empresa. Y se basan en la experiencia del último derrame: un informe oficial de la la Subsecretaria de Control y Fiscalización Ambiental ocultado por el último gobierno y filtrado por sus trabajadores prueba que los cálculos de la minera canadiense sobre el volumen derramado y la concentración de cianuro fueron manipulados.
Aquella vez, Barrick Gold tardó varios días en reconocer públicamente el incidente y su verdadera magnitud. Primero lo negó. Luego lo admitió. Y después habló de 224 mil litros. Como adelantó Infobae en su momento, esa cifra en realidad marcaba un mínimo porque el cálculo había sido groseramente manipulado y sólo estimaba una cantidad de litros derramados en base a los momentos en que se detectó y se solucionó la fuga. Tal es así, que el vertido terminó siendo de unos 5 millones de litros y por lo menos 1.072.600 litros -una quinta parte- terminaron en el río Potrerillos.
"Desde el mediodía del 13 de septiembre todo el Gobierno de (José Luis) Gioja sabía que había habido un derrame y no dijeron nada. Nos enteramos a las 10 de la noche y por un mensaje de texto de un empleado de la mina. Quisieron ocultar lo que pasó", evaluó en declaraciones aInfobae uno de los integrantes de la asamblea, Saúl Zeballos, vecino de la localidad de Jáchal.
"Al otro día el gobernador dijo que no había contaminación. Y la Policía Minera salió a decir que habían sido 15 mil litros y que no habían llegado al río. Pero nosotros vimos que gente de Barrick Gold estaba tomando muestras de agua a 100 kilómetros de la mina. Es decir, sabían perfectamente todo y no lo querían decir", insistió. "¿Quién nos asegura que con los otros tres derrames nos dijeron la verdad? ¿Y quién nos asegura que no hubo otros que no fueron notificados?", preguntó.
Si hay algo en lo que coinciden los que están a favor y en contra de la megaminería en San Juan es en que Barrick Gold tuvo una pésima política comunicacional luego del derrame. Minimizar las cifras fue un error. En el mundo minero sienten que la firma canadiense le hizo un daño a la imagen de la actividad. No es menor: Veladero era considerada la mina más seguro del mundo. Y encima la minera canadiense sistemáticamente negó en público lo que terminó reconociendo en el expediente: que hubo contaminación. La credibilidad se la llevó el cianuro.