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COMERCIO
Argentina y la receta para exportar más: Planes post pandemia. ¿Vaca Muerta, el objetivo?
ENERNEWS/MINING PRESS/Infobae
25/06/2020

MARTÍN DINATALE

Un pedido expreso a las embajadas, la creación de un Consejo de Comercio Internacional, mayor diálogo con las cámaras empresariales y la diplomacia del federalismo. Todas estas y otras tantas variantes más empezó a poner en juego el canciller Felipe Solá en las últimas semanas para apuntalar el período post pandemia hacia un único objetivo: potenciar las exportaciones de productos de la Argentina al mundo y logar que la crisis económica no afecte tanto a las arcas del Estado.

Solá dejó de concentrar su agenda en los varados argentinos por la pandemia y delinea una estrategia para que ingresen dólares de las exportaciones en lo inmediato.

“El Estado debe acompañar a los exportadores, crear las condiciones y ayudarlos, porque son ellos los que pagan quincenas y generan divisas. Ayudar a la exportación es un complemento de las políticas para generarles a los empresarios capital de trabajo para proteger los empleos existentes y producir nuevos empleos. Con la agroindustria, por ejemplo, hay que gestar un proyecto permanente entre el Estado y los sectores productivos.”, expresó a Infobae el canciller Solá en relación a los planes oficiales de aumentar las exportaciones agrícolas.

Claro que la coyuntura interna de la Argentina que hoy encuentra a los sectores del campo molestos por la intención que tenía Alberto Fernández para avanzar con una eventual expropiación de la cerealera Vicentin o el tipo de cambio dólar exportación-peso podrían jugar en contra de esta apuesta fuerte de la Cancillería.

 

Los referentes de la Mesa de Enlace del campo se reunieron recientemente con el ministro de Agricultura, Luis Basterra, para exigir mejores condiciones en la exportación de granos o carnes. Se quejaron por un dólar que entre retenciones y tipo de cambio exportador termina siendo de 50 pesos, por lo que no les resulta conveniente en estos momentos.

También hay malestar en el campo por la decisión del Gobierno de avanzar con la expropiación de Vicentin y esto podría jugar en contra de las exportaciones o en las inversiones extranjeras en el país. Marcelo Elizondo de la consultora DNI grafica perfectamente este escenario: “Las empresas extranjeras están preocupadas aunque no sorprendidas por lo que ocurre con Vicentin. Pero no ven nada diferente de lo que esperaban de un gobierno relacionado con Cristina Kirchner”, dijo. También este especialista en comercio exterior, deslizó a Infobae que la situación de Vicentin o cualquier intento de intervención estatal en lo privado complicaría el acuerdo de libre comercio Unión Europea-Mercosur a futuro con sus potencialidades de exportaciones incluidas.

De todas maneras, en el Gobierno hay un marcado optimismo sobre la oportunidad que podría generar la post pandemia en un mundo que necesitará de países productores de alimentos como la Argentina. Bajo esta línea, el canciller Solá ya instruyó a todas las embajadas que fijen los mecanismos necesarios para el fomento de los productos argentinos. Para esto, armó una suerte de “mapa de oportunidades de negocios” donde se destacan aquellos lugares donde más productos hacen falta y donde la Argentina pueda ocupar esos mercados.

En este sentido, Solá dijo que para alcanzar una estrategia de diversificación de productos y mercados y ponerla en práctica “resulta imprescindible contar con información confiable que permita una correcta toma de decisiones”. “El acceso a información fidedigna se hace aún más imperioso en tiempos de emergencia como los que vivimos en estos momentos a raíz de la pandemia del COVID-19″, agregó.

De esta manera, el canciller remarcó que con la colaboración de las representaciones diplomáticas argentinas en el mundo se implementó ese mapa de negocios que es “un trabajo de sistematización de las oportunidades de exportación que se abren y se abrirán durante y después de la pandemia”, dijo.

Este mapa que desarrolló la Secretaría de Relaciones Económicas, a cargo de Jorge Neme, permitiría armar un plan de exportaciones en el largo plazo y con la mirada puesta en la post pandemia.

Neme explicó a Infobae: “Argentina tiene que estar conectada al mundo de manera pragmática, potenciando las economías regionales y al sector exportador argentino, defendiendo a los sectores productivos. No creemos en el concepto de estar abiertos al mundo sino conectados. Necesitamos conectarnos desde una posición activa, que defienda nuestros intereses, teniendo en cuenta la necesidad de desarrollar las economías regionales y las pymes, con foco en la generación de empleo de calidad”.

En una abierta diferenciación del gobierno de Mauricio Macri, el secretario de Relaciones Económicas de Solá añadió: “Estamos ante una forma distinta de relacionarse a la idea de estar abiertos al mundo que a la Argentina no le sirvió de nada. Estuvimos abiertos al mundo cuatro años y no recibimos nada. Ninguna inversión importante que haya modificado nuestra economía. Sí creo que tiene que haber clima de negocios y reglas claras, las empresas necesitan un horizonte previsible, un marco macroeconómico consistente y financiamiento”.

Por otra parte, el canciller Solá emitirá en estos días una resolución interna para constituir el Consejo Federal de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional. Según pudo saber Infobae, se trataría de un espacio público-privado para que “se genere un ámbito de diálogo abierto con las provincias sobre temas de límites, pasos, agenda de comercio internacional, promoción de las producciones regionales y otros ejes para aumentar las exportaciones”.

Este Consejo público-privado funcionaría en paralelo a la Agencia de Inversiones que está abocada a promover desde el Estado productos argentinos en el mundo y a financiar proyectos de desarrollo de negocios para empresas locales.

 

Por su parte, el presidente de la Agencia de Comercio e Inversiones, Juan Usandivaras, señaló que está llevando adelante un ambicioso programa de asistencia técnica con un enfoque de carácter federal que tiene que ver con la formación de capacitadores en planes de negocios internacionales e inversiones. Ferias virtuales.

El programa anual de capacitación originalmente previsto tanto en forma presencial como vía streaming, se está desarrollando de esta última forma. Se dictan al menos cuatro capacitaciones semanales para distintos niveles de empresas, desde las que se inician hasta aquellas que pretenden acceder a mercados menos tradicionales y en sectores específicos. Durante el mes de mayo hubo 10.000 inscriptos, principalmente de empresas pequeñas y medianas.

El Programa de Asistencia Técnica integral a empresas ha dado comienzo con la convocatoria de las distintas provincias para seleccionar candidatos que formarán el equipo profesional de asistencia.

También se impulsó la semana pasada desde la Cancillería un proyecto para potenciar las exportaciones de los sectores productivos. Junto al Inaes (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) y representantes de Confederaciones Cooperar y Coninagro la Cancillería puso en marcha un esquema de desarrollo de una política integral para que las cooperativas posicionen sus productos en el mercado externo.

“Son los empresarios los que exportan, y el Estado debe acompañarlos, porque eso fortalece el proceso productivo”, dijo Solá en el lanzamiento de este proyecto en referencia a las cooperativas. Y añadió: “En el entramado exportador y en el de la producción, las cooperativas son un actor clave, tanto en el sector agrícola como en el de servicios”.

A la vez, Mario Cafiero, presidente del Inaes, dijo: “Hoy vemos al sector cooperativo y mutual como un tercer motor de nuestra economía. Este relevamiento para conocer la Oferta Exportable Cooperativa Argentina es un paso que damos en conjunto con Cancillería y las confederaciones, que nos permitirá identificar el aporte y las potencialidades del modelo asociativo en la generación de divisas, tan necesarias para nuestro país, y diseñar políticas públicas específicas, que acompañen a las cooperativas que ya vienen exportando, para que puedan crecer y que se puedan fortalecer en un proceso de integración con otros actores de la economía social como son las mutuales”.

En tanto, el subsecretario de Promoción del Comercio y las Inversiones, Pablo Sivori, expresó: “La Argentina necesita ampliar la base de productos y mercados si quiere incrementar las exportaciones. La base de commodities no tiene margen para crecer más porque la agricultura pampeana está al límite de productividad y más tierra no hay, ahora si hay mucho espacio para avanzar en producción y exportación en las economías regionales, manufacturas industriales, industrias basadas en conocimiento y servicios. Todos bienes que tienen un valor por unidad producto muy superior a los granos”.

Además, la Cancillería y los frigoríficos exportadores acaban de avanzar en un acuerdo para agilizar las exportaciones de carne a Israel y preservar el mercado israelí de carne vacuna con certificación kosher. Así fue como se gestionó el ingreso al país de 98 rabinos que avanzaron en la certificación kosher a la faena de seis plantas frigoríficas. Las exportaciones argentinas de carne de origen vacuno a Israel alcanzarán en 2020 las 24.0000 toneladas y un valor cercano a los USD 170 millones.

El presidente Alberto Fernández expresó ayer que “hay que profundizar el desarrollo del Mercosur post pandemia”. Se refería concretamente a la idea del Gobierno de buscar en bloque la exportación de alimentos en mercados como África, Asia o América Central. Una variante que está en la carpeta de muchos funcionarios del Palacio San Martín y también en el Ministerio de Economía que lidera Martín Guzmán.

“La Agencia de Inversiones y la red diplomática apuntan a fortalecer el Mercosur y a la vez generar oportunidades comerciales en mercados hoy poco atendidos en relación con su potencial para la Argentina, como países de América del sur y Central, del Caribe, de Africa, de Asia central y, por supuesto, la India”, dijo Solá a Infobae.

Para reforzar estas propuestas exportadoras, la Cancillería viene promoviendo una serie de teleconferencias con las cámaras exportadoras y un diálogo permanente con los gobernadores.

La semana pasada Solá estuvo con el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, con quien conversó acerca de la concreción de las exportaciones de cítricos a China y porotos negros a México como así también la posibilidad de implementar futuros acuerdos en el sector cárnico.

El protocolo fitosanitario para la exportación de limón de Argentina a China comenzó a gestionarse en el 2005 y se aprobó el 16 de diciembre de 2019. Con este primer cargamento de 22 toneladas, los exportadores tucumanos esperan poner a punto la logística y avanzar sobre ese mercado chino de 1.400 millones de habitantes.

Ayer, Neme, avanzó junto al presidente de Coviar, José Zuccardi, en un esquema de trabajo para fomentar las exportaciones de productos vitivinícolas hacia nuevos mercados. “Tengo instrucciones precisas del canciller de trabajar articuladamente con los distintos sectores de la vitivinicultura y coordinar con nuestras embajadas para que las acciones de promoción comercial en el exterior sean precisas y efectivas “, dijo el secretario de Relaciones Económicas.

China aparece así como un actor central en las exportaciones de alimentos de la Argentina. El designado embajador argentino en Beijing, Luis Kreckler, arribará a China en los próximos días con la intención de potenciar el comercio y ofrecer a los exportadores argentinos una ventana de oportunidades en medio de la debacle económica de la pandemia de COVID-19. Ya tiene un plan elaborado para promover una diversidad de productos que la administración de Xi Jinping requerirá luego de los efectos negativos del COVID-19 en esa región.

El ex embajador en China durante el gobierno de Mauricio Macri, Diego Guelar expresó a Infobae: “La Argentina puede quintuplicar sus exportaciones hacia China en el curso de la próxima década. Hoy tenemos todos los mercados abiertos para nuestros productos agropecuarios como carnes (bovinas, porcinas, ovinas, aviares), granos y sus derivados (soja-porotos, aceite y harina-, cereales), productos del mar, de las economías regionales (miel, arandanos, arvejas, cerezas, limones)”. A ello, le añadió las potenciales exportaciones de minerales como el oro, cobre, potasio y lítio, mas el petróleo y el gas. “La complementariedad de nuestra economía es absoluta. Si a ello le agregamos el Mercosur juntos somos el mayor proveedor de alimentos de China”, dijo Guelar.

Claro que la administración de Xi Jinping reclamará a cambio de ello el desarrollo de proyectos “centrales y sensibles” para China en la Argentina como pueden ser la construcción de otra central nuclear, la planta hidroeléctrica de Chihuido en Neuquén, la construcción del corredor bioceánico con Chile y el desarrollo de la tecnología 5G en comunicaciones.

A estos eventuales condicionantes que habría de China para potenciar las exportaciones de alimentos de la Argentina se le deben añadir los factores internos para el sector agropecuario como el tipo de cambio o los vaivenes políticos con el campo por el caso Vicentín. Cualquiera de estas trabas siguen siendo un desafío central para la Argentina en función de que la pandemia se convierta en una gran oportunidad de negocios.

 


¿Vaca Muerta, el objetivo para aumentar las exportaciones?

El Cronista

ÁLVAREZ RODRIGO

El Gobierno busca incorporar como "endulzante" en la negociación de la deuda un instrumento cuyos pagos dependen de la dinámica exportadora. Es evidente que en la lectura oficial la sostenibilidad macroeconómica del modelo depende de esa variable. Ahora bien, ¿cómo dar el tan ansiado salto exportador?

Desde el Ministerio de Economía se afirma que para garantizar un nivel "elevado y estable" de competitividad debe sostenerse el tipo de cambio real. Surgen entonces tres interrogantes: 1) ¿Cómo hacerlo con alta inflación y sin acceso a los mercados internacionales de capital ?; 2) ¿Cuánto estimula realmente las exportaciones un tipo de cambio real alto y estable ?, y 3) ¿Cuáles son las consecuencias macro de mantener en estos niveles el tipo de cambio real en medio de una profunda recesión?

DÓLAR ALTO NO ES RECETA

Dar estabilidad a la competitividad cambiaria significa que los precios internos se muevan en línea con el dólar. De ese modo, el valor comercializable de los productos en el exterior no se altera, ya que los costos en pesos y el precio final en moneda dura van en tándem.

A su vez, se supone un sendero bien definido para el dólar, que puede ser anticipado por el mercado. Para evitar la dolarización de los agentes económicos (incluso con cepo) se necesita un nivel de tasa de interés que siga a la inflación esperada.

El BCRA se muestra reticente a elevar las tarifas para revertir la dolarización a través de instrumentos de mercado (desde compra de automóviles hasta dólares bursátiles, pasando por importaciones "adelantadas"). Entonces, la salida es restringida el acceso a los bienes que siguen la cotización del dólar o, lo que es lo mismo, endurecer el cepo.

En tanto esta inconsistencia no marítima corregida por el Central, mantener una suerte de clavija de arrastre (dólar oficial siguiendo a la inflación), como se viene haciendo hasta aquí, equivalente a darle continuidad a las restricciones cambiarias.

¿Qué nos dice la experiencia sobre el comportamiento de las exportaciones frente a un dólar alto? La foto muestra una dinámica similar a la de los países latinoamericanos de la década de los '80, por el elevado nivel de volatilidad de las variables nominales (tipo de cambio e inflación). ¿Cuál era el efecto de un tipo de cambio real y alto en esas dimensiones? Muy poco.

Un estudio sobre la economía en ese período muestra las variables macro (tipo de cambio real, términos de intercambio, diferencia entre el precio de las exportaciones e importaciones y nivel de actividad) explican solo el 20% de la dinámica exportadora.

Dentro de ese 20%, 1/4 dependencia del nivel del tipo de cambio real y su estabilidad (3/4 dependencia del producto y de los términos de intercambio). Esto es, solo el 5% de la ruta de las exportaciones (20% por 1/4) está explicado por lo que pasa con esta variable.

Dicho de otra forma, el efecto de los niveles de competitividad, entendiendo esto como un sendero virtuoso del tipo de cambio, sobre el salto exportador es muy pequeño. Esto no es así en avances avanzados, donde las variables variables "macro" explican más del 80% de la suerte de las exportaciones.

¿De qué depende el salto exportador entonces? Ciertamente la estabilidad del tipo de cambio es necesario, pero no suficiente. Se necesita políticas sectoriales. En ese "juego" hay que elegir "ganadores". Vaca Muerta es clave en esta dinámica.

LA HORA DE LA ENERGÍA

Después del agro, la Energía es el sector más dinámico y con mayor capacidad de generar divisas a partir del desarrollo a escala de Vaca Muerta. No solo opera con tecnología de vanguardia sino también impulsa la producción de bienes y servicios de un complejo entramado productivo. En los últimos siete años, el yacimiento atrajo inversiones por u $ s 27.000 millones y equilibró la balanza comercial del sector.

Hoy, Vaca Muerta es una realidad y una oportunidad. En estos años de desarrollo y trabajo, se logró un avance importante en la curva de aprendizaje. Y lo fundamental es que todos los sectores, tanto políticos como económicos, coinciden en la oportunidad que representa para el país, y la necesidad de potenciar su desarrollo.

Lógicamente, la consolidación del proceso requiere la normalización del entorno macroeconómico y un Gobierno que promueva medidas para el despliegue de todo su potencial.

SIN APRECIAR SIN SE CRECE

La persistencia inflacionaria resulta una restricción adicional importante en la búsqueda de dar el salto exportador. En la pospandemia, el Gobierno deberá incluir un programa que busque estabilizar los precios como objetivo central. No hacerlo suponga continuar con crédito escaso en pesos para las empresas, las familias y el estado, forzar endeudamientos en dólares que volverán, en forma recurrente, generar crisis en las nubes.

Pero además esta es una economía que depende críticamente del consumo y de los salarios. Al no contar con crédito ni con exportaciones al alza, ni en un contexto de volatilidad ni inversión, la actividad se mueve siguiendo la suerte de los ingresos. En la salida del Covid-19, las empresas afectadas endeudadas y difícilmente pueden recomponer específicamente los salarios. Por lo tanto, sin cierta apreciación del peso en los próximos meses no están dadas las condiciones para recuperar el crecimiento.

En suma, si el Gobierno mantiene el compromiso de no atrasar al menos levemente el tipo de cambio tendrá que convivir con alta contaminación y dependencia del endeudamiento externo. Los costos de no beneficios el peso en el margen son mayores que sus beneficios.

El salto exportador requiere que opere desde un apoyo explícito a sectores estratégicos en un nuevo contexto de estabilidad por medio de un programa macroeconómico integral que contemple, entre otras cosas, un sendero de tipo de cambio congruente con un proceso de desinflación. De lo que hablamos es de disminuir lentamente el tipo de cambio, pero desde un nivel elevado.

Todavía falta conocer lo esencial: los lineamientos de la política fiscal y monetaria. Sin embargo, la economía post-Covid-19 marcará el ritmo a ambas políticas, forzando cierta consolidación fiscal y un endurecimiento monetario.

Si se suma los gastos en niveles altos, el tipo de cambio real, con salarios privados, no aparecen los motores que sacarán la economía de las consecuencias de la pandemia. Todo a cambio de una modesta contribución al "salto exportador". El eje es otro: Vaca Muerta es el objetivo.

 


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