El gas natural ha sido aclamado como el combustible puente entre la economía del pasado y el presente representada por los combustibles fósiles y la economía de energías renovables del futuro.
Sin embargo, con los costos de las energías renovables cayendo de manera constante y considerable, el gas se enfrenta a una competencia cada vez más seria en medio de un suministro de rápido crecimiento.
En los últimos 20 años, Estados Unidos y Europa han expandido drásticamente el uso de gas natural para la generación de electricidad. Con la persistencia de los bajos precios del gas, la industria continúa planificando una nueva infraestructura de gas, incluidas las nuevas centrales eléctricas y las nuevas tuberías.
Aun cuando el uso de gas se ha expandido, las energías eólica y solar, así como las tecnologías de almacenamiento han mejorado y han caído notablemente en precio. Las recientes investigaciones del Rocky Mountain Institute (RMI) muestran que los "Portafolios de Energía Limpia" (Clean Energy Portfolio - CEP, por sus siglas en inglés), ahora son competitivas en costos con las nuevas plantas de energía de gas natural, al tiempo que proporcionan los mismos servicios de confiabilidad de la red.
Un portafolio de Energía Limpia (CEP) es una combinación de renovables, almacenamiento y estrategias de gestión del lado de la demanda, que pueden proporcionar de manera rentable los mismos servicios de confiabilidad que las plantas de energía a gas tradicionales.
Los CEP han disminuido su costo en un 80% desde 2010, y ahora son de menor costo sobre una base nivelada que las nuevas plantas de gas.
Dentro de los próximos 10-20 años, la disminución continua de los costos permitirá que los nuevos CEP reduzcan los costos operativos de las plantas de gas existentes.
Sin embargo, las empresas de servicios públicos y los productores de energía independientes están reemplazando la capacidad de retirada de carbón, energía nuclear en una base de casi 1:1 con nuevas plantas de energía a gas. Se anuncian casi 70 GW de capacidad para la construcción en los próximos cinco años, y en al menos otros 20 GW de gas, propuestos como parte de los planes a más largo plazo de recursos de servicios públicos.
La disminución de costos de las renovables, el mayor problema para el gas
Los nuevos informes del RMI analizan la economía de más de US$ 100 mil millones en inversiones planificadas en nuevas centrales eléctricas a gas y gasoductos interestatales en los Estados Unidos, en el contexto de los costos en rápida disminución para tecnologías de energía renovable y almacenamiento de baterías.
Los informes encuentran que el papel del gas como "combustible puente" ha quedado atrás; ambos tienen importantes oportunidades en ahorros de costos si las empresas de servicios públicos de los Estados Unidos priorizan la energía limpia en lugar de continuar con su actual carrera en pos del gas, así como los riesgos potenciales que enfrentan los inversores que continúan invirtiendo en nuevos Infraestructura de gas.
La inversión continua en proyectos de gas corre el riesgo de crear decenas de miles de millones de dólares en costos varados a mediados de la década de 2030, cuando nuevas plantas de gas y las tuberías se volverán rápidamente no rentables económicamente a medida que los costos de energía limpia continúen cayendo.
Los costos solares y eólicos han estado disminuyendo constantemente, pero el almacenamiento no se incluye normalmente en estos costos decrecientes.
Queda por ver si el pronóstico es demasiado optimista o no, pero parece que las energías renovables están ganándole al gas como combustible para las centrales eléctricas: probablemente el mayor escenario donde los combustibles fósiles están luchando contra las energías renovables.
Figura 1. Evolución histórica y proyectada de los costos de portafolio de energía limpia
Las preocupaciones respecto a las emisiones de metano
El segundo problema que enfrenta el gas natural son las emisiones de metano. El componente principal del gas natural es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el notorio dióxido de carbono y ha atraído cada vez más la atención de reguladores e inversores.
Los inversores en petróleo y gas han tenido mucho de qué preocuparse recientemente con la cruzada contra los combustibles fósiles que ha ganado un mayor apoyo entre los gobiernos.
Los inversores ahora necesitan garantías de que la industria es lo suficientemente fuerte como para sobrevivir a una doble ofensiva proveniente de las energías renovables y de las regulaciones.
Una forma de darles estas garantías es reduciendo los costos para que coincidan con la disminución de los costos en energías renovables. La industria del gas, al menos en los Estados Unidos, ya ha demostrado que puede hacerlo.
Varias veces este año, los precios de referencia del gas natural en el país cayeron por debajo de cero debido al exceso de oferta. Las energías renovables tienen un largo camino por recorrer para caer en territorio negativo, más aun sin tener intensión que así ocurran como ha sido el caso del gas natural.
Por otro lado, la industria del gas, tanto en los EE.UU. como en otros lugares, está buscando activamente formas de hacer que su producto sea más competitivo. Después de todo, la competencia dentro de la industria también se está intensificando, a medida que aumenta la demanda mundial de gas y las empresas y los gobiernos se apresuran a responder a esta creciente demanda.
Por lo tanto, una forma de obtener una ventaja sobre los competidores es reduciendo los costos y mejorando la eficiencia de la producción.
Otra forma es volviéndose renovable. Por ejemplo el metano recogido de los desechos y el estiércol, un tipo renovable de gas natural, es una fuente popular de energía en Europa, pero en los Estados Unidos aún no se ha establecido como una alternativa viable al gas combustible fósil. Sin embargo, gracias a los incentivos fiscales y la mejora de las tecnologías, las empresas están haciendo avances cada vez más amplios en este segmento de la industria de las energías renovables. Esto contribuiría en gran medida a resolver el problema de las emisiones de metano y ciertamente mejoraría la reputación del gas natural.
En el reporte Short Term Outlook del mes de noviembre de 2019, la EIA espera que la generación del sector de energía eléctrica de EE.UU. a partir de energías renovables distintas a la hidroeléctrica, principalmente eólica y solar, crezca de 408 mil millones de kilovatios-hora (kWh) en 2019 a 466 mil millones de kWh en 2020.
En el pronóstico de EIA, Texas representa el 19% de la energía no hidroeléctrica de EE.UU. generación de energías renovables en 2019 y 22% en 2020. La participación prevista de California en la generación de energías renovables no hidroeléctricas cae del 15% en 2019 al 14% en 2020. La EIA espera que las regiones de energía del Medio Oeste y Central vean participaciones en el rango del 16% al 18% para 2019 y 2020.
La EIA pronostica que, después de aumentar un 2.7% en 2018, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía de los EE.UU. disminuirán un 1,7% en 2019 y un 2.0% en 2020, en parte como resultado del menor consumo de energía pronosticado.
Además, la EIA también espera que las emisiones de CO2 de EE.UU. en 2019 disminuyan porque aumentará la proporción prevista de electricidad generada a partir del gas natural y las energías renovables, y disminuirá la proporción generada a partir del carbón, que es una fuente de energía con mayor consumo de carbono.
