El dueño del grupo Techint, Paolo Rocca, advirtió que cerrará Tenaris Siderca, su fábrica de tubos sin costura, si el Gobierno nacional habilita la importación de ese insumo para un gasoducto planificado en Córdoba. El aviso fue dado a conocer por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que a su vez lo difundió ante el riesgo para los 5 mil operarios (entre directos e indirectos) de la planta siderúrgica de la localidad de Campana.
"Nos transmitió que si abren la importación no tiene sentido mantener la planta. Y si Techint no puede frenar algo así... ¿qué queda para el resto de la industria nacional?", le dijo a este diario Abel Furlán, secretario de Prensa de la UOM nacional y líder de seccional Campana. La inquietud está en el contexto de una serie de negociaciones que mantuvieron la semana pasada, y que continuarán estos días, entre funcionarios de Córdoba, nacionales, directivos de Tenaris y gremialistas por el proyecto de Gasoductos Troncales de la provincia mediterránea.
Mientras Techint fue históricamente proveedor de tubos para los gasoductos locales, la administración del gobernador Juan Schiaretti avanzó con una propuesta de China de financiamiento para esa obra, en condiciones ampliamente ventajosas, pero a cambio de proveer la obra con tubos de origen chino. La obra se calcula que requerirá al menos 55 mil toneladas de tubos.
Tanto en el gigante industrial de Rocca como en el principal gremio de la actividad temen que el Gobierno nacional, que debe prestar un último aval al endeudamiento de Córdoba con China, convalide la operatoria por el inédito caudal de votos que esa provincia le otorgó en las últimas elecciones a Mauricio Macri. El mandatario superó en la segunda vuelta el 70% de los sufragios.
"Sabemos que la obra es importante para la provincia. Implica llevar gas por redes a los hogares y también apuntalar la lechería. Y sabemos que el financiamiento que ofrece China tiene tasas y condiciones imposibles de empatar. Pero creemos que la obra no se puede hacer a cualquier costo, y en este caso representa 5 mil puestos de trabajo. Si eso sucede nos van a encontrar en la calle", añadió Furlán.
La tensión por el gasoducto es tal que la negociación salarial nacional de la UOM pasó a un segundo plano. El gremio les reclamó a las cámaras empresarias un aumento del 35% por doce meses pero sabe que discutir con obreros despedidos es un pésimo escenario. Además, el sindicato que lidera Antonio Caló teme que si Córdoba impone su acuerdo con China terminen por imitarla otros sectores que se nutren de los tubos locales, como la industria petrolera del sur.
El dirigente explicó que Techint ofreció incluso bajar de u$s 2.500 a 1.500 dólares la tonelada de acero a cambio de sostener la obra. "A ese valor saben que no van a ganar pero al menos esperan no perder el mercado. De todos modos, no se puede competir con los precios de dumping que ponen los chinos, que evidentemente quieren ganar nuestro mercado tubular", apuntó Furlán.