En el día de ayer, la Mandataria firmó el Decreto Supremo que aprueba la nueva estrategia a largo plazo para el sector energético en nuestro país.
Entre las principales metas a conseguir al año 2050, se busca que todas las familias vulnerables tengan acceso continuo y de calidad a los servicios energéticos. Además, que el 70% de la generación eléctrica nacional provenga de energías renovables y que el 100% de las edificaciones nuevas tengan altos estándares de construcción eficiente y cuenten con sistemas de control de energía, entre otras.
En el Patio de Las Camelias del Palacio de La Moneda, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, recibió de manos del ministro de Energía, Máximo Pacheco, el documento “Energía 2050”, resultado de un proceso de planificación participativa, que será la política nacional energética a largo plazo de nuestro país, gracias al Decreto Supremo que firmó hoy la Mandataria.
En su discurso, la Jefa de Estado destacó que este ha sido un año de intenso trabajo intenso que comienza a dar sus frutos, como esta nueva política. “Chile es un país maduro, con capacidades para enfrentar grandes retos y que frente a las dificultades somos capaces de hacer los cambios necesarios para que el país pueda salir fortalecido. Como Gobierno debemos actuar con sentido de largo plazo y hacer hoy lo necesario para tener mañana un futuro mejor", señaló.
La creación de esta estrategia es una promesa del programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet y parte de la Agenda de Energía, presentada en mayo de 2014, con el fin de construir una visión compartida para el desarrollo futuro del sector, con la validación social y técnica requerida para transformarse en la política de Estado que Chile necesita.
Para su elaboración se consideró la información obtenida a partir de agosto de 2014 en las mesas de trabajo y talleres que se realizaron a lo largo de todo el país -130 encuentros que contaron con la participación de más de 3.500 personas-; las propuestas emanadas desde el Comité Consultivo de carácter estratégico, liderado por el Ministro de Energía y compuesto por 27 actores clave del sector, cuya misión fue construir una visión compartida para el sector año 2050, que se plasmó en el documento “Hoja de Ruta 2050”, entregado el pasado 29 de septiembre; en 30 sesiones plenarias y más de 150 reuniones de los Grupos de Expertos Temáticos, junto a una serie de seminarios y talleres especializados; talleres regionales; y, siguiendo las recomendaciones de la OCDE, una plataforma virtual para convocar a una participación ciudadana.
La Presidenta Bachelet destacó la metodología utilizada, expresando que “una política como ésta, construida de manera efectivamente participativa permite que los diversos actores la sientan como propia, y eso es un pilar de su legitimidad. Nos alegra poder decir que desde hoy contamos con una Política Nacional Energética sólida para planificar y coordinar nuestros esfuerzos”.
Además, subrayó la importancia de este sector para las posibilidades de crecimiento sostenido del país y para convertirnos en una sociedad integralmente desarrollada y medioambientalmente sustentable. “Chile quiere ser líder en esta transición, y esta agenda nos muestra que podemos serlo”, aseguró.
Del mismo modo, aprovechó la instancia para “agradecer a todos quienes colaboraron y dedicaron parte importante de su tiempo para sacar adelante la política “Energía 2050”; quiero agradecerles que hayan apoyado esta tarea que trasciende el período de un gobierno específico, porque es una política de Estado, de la que todos somos parte. Una política que nos hace responsables, también, del bienestar de las futuras generaciones”.
La Jefa de Estado mencionó algunas de las principales metas que define esta política para los próximos 35 años: que el 100% de viviendas de las familias vulnerables tenga un acceso continuo y de calidad a los servicios energéticos; que al menos el 70% de la generación eléctrica nacional provenga de energías renovables; que la totalidad de los proyectos energéticos desarrollados en el país cuente con mecanismos de asociatividad entre la comunidad y las empresas; que Chile se encuentre entre los 3 países de la OCDE con menores precios promedio de suministro eléctrico; que el 100% de las edificaciones nuevas tenga altos estándares de construcción eficiente, y cuenten con sistemas de control y gestión inteligente de la energía; que el 100% de las principales categorías de artefactos y equipos que se venden en el mercado correspondan a equipos energéticamente eficientes; que se logre la interconexión de Chile con el Sistema de Interconexión Eléctrica Andina y con los países del Mercosur, entre otras.
“Son metas ambiciosas, pero justamente de eso se trata. Menos que esto sería desconocer la responsabilidad que tenemos hoy. Por eso debemos ponernos manos a la obra ya”, enfatizó la Presidenta.
Al término de su discurso, indicó que “vivimos tiempos de mucha determinación y acción. Ésa es la forma de cumplir con nuestra responsabilidad, ésa es la forma en que Chile asume sus desafíos. Para el año 2016, que se acerca, los invito a seguir trabajando por Chile, a sumar esfuerzos por el bienestar compartido, por una mejor calidad de vida para todos”.
Tras 21 meses de trabajo, ayer el ministro de Energía, Máximo Pacheco, entregó a la presidenta de la República, Michelle Bachelet, la hoja de ruta de lo que será la política energética del país en los próximos 30 años.
En un documento de más de 150 páginas se resumieron los desafíos para el sector, y uno de los principales es instalar Chile entre los tres países con menores costos de energía entre los integrantes de la OCDE. Hoy, el país se encuentra en la medianía de la tabla, por sobre el promedio del grupo y por delante del países como EEUU, Canadá, Corea del Sur y México.
“Las proyecciones a la fecha indican que si nuestro país continúa en una senda de precios descendentes en los contratos de suministro eléctrico, tanto para clientes regulados como para clientes libres, será posible alcanzar la meta propuesta”, señala el documento.
El secretario de Estado destacó los avances logrados en el sector desde marzo de 2014, señalando que durante el periodo se había incrementado la inversión y más que duplicado la cantidad de proyectos en construcción, concentrados principalmente en centrales de Energía Renovable No Convencional (ERNC).
“En marzo de 2014 había un total de 28 centrales en construcción, con 1.900 MW y el 34% correspondía a ERNC. Hoy, al cierre de 2015, hay 53 centrales en construcción con 4.200 MW, 47% de ellas funcionarán con fuentes renovables no convencionales y 18 de las centrales que se están construyendo son hidroeléctricas de pequeña escala, que forman parte del Plan de 100 Mini Hidros que se construirán durante su gobierno. El impulso a la inversión en el sector es contundente y se han duplicado las obras en construcción en tan sólo 21 meses”, dijo Pacheco.
Señaló que durante el periodo las inversiones en generación y transmisión alcanzan a US$ 13.000 millones, y destacó las bajas de precios producidas por las últimas licitaciones de suministro.
“En 2013 se declararon desiertos cuatro de estos procesos. Y en octubre de este año 2015 tuvimos una licitación en que llegaron 31 ofertas y el precio promedio fue un 40% más bajo con respecto a diciembre de 2013. Nuestro compromiso era bajar un 25% en el precio de la electricidad licitada y superamos largamente esa meta antes de cumplir la mitad del período presidencial”, dijo.
Diez metas al 2050
La hoja de ruta establece 10 metas a cumplir al 2050 en el ámbito energético. A la baja de precios se suma una fuerte reducción en la indisponibilidad de suministro eléctrico promedio, el que estima no debería superar una hora promedio anual. Hoy este índice alcanza a las 14 horas al año.
También se consideran acciones para reducir los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en busca de una baja en la huella de carbono de la economía; el acceso universal y equitativo a servicios energéticos modernos para toda la población; el establecimiento de instrumentos de planificación y ordenamiento territorial; desacople entre el crecimiento económico y la demanda de energía; edificaciones y artefactos que cumplan las normas de eficiencia energética; instalación de una “cultura energética” en todos los actores de la sociedad y que al menos el 70% de la generación eléctrica del país provenga de fuentes renovables, entre ellas, las centrales hidroeléctricas.