Por Pablo Fernández Blanco.
Cerro Dragón es una joya de la geología argentina. Fue descubierto hace décadas, es 11 veces más grande que la ciudad de Buenos Aires y produce petróleo como ningún otro yacimiento del país. Pero tiene una particularidad que lo hace imperfecto: el crudo que sale de sus profundidades es del denominado pesado, que rinde menos en las refinerías locales en comparación con el de otras provincias, como Neuquén, Santa Cruz o Tierra del Fuego. Por eso su operadora, PAE, la segunda entre las mayores productoras de hidrocarburos del país, detrás de YPF, exporta una parte importante. Y aunque el Gobierno llegó en diciembre a un acuerdo con las empresas, las provincias y los gremios para mantener el precio local por encima del internacional, los valores reales fuera de la Argentina castigan esa producción.
Aunque a la mayoría le cuesta asegurarlo, hoy PAE exporta a pérdida, algo que lleva incertidumbre a los planes de inversión de la empresa.
PAE pertenece a la británica BP y a Bridas, una compañía de los hermanos Bulgheroni y la china Cnooc. Hasta octubre del año pasado, según estadísticas del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), producía 15.991 metros cúbicos diarios de crudo, el 18% de la oferta local. De ese total, un 40% se exporta y sufre el castigo de la debacle internacional del precio. Ayer, el barril de petróleo tipo Brent, propio del Mar del Norte y de referencia para la Argentina, cerró a 50,96 dólares, con una baja del 0,37%, y está en los mínimos de los últimos cinco años.
El petróleo Escalante, que produce PAE en la cuenca del Golfo San Jorge, en Chubut (donde está ubicado Cerro Dragón), cotiza al valor del crudo europeo menos una penalización de 8,75 dólares por barril, según las últimas operaciones de exportación que se hicieron este mes, que se cotizaron a unos US$ 42. Sobre ese número, la empresa tiene que afrontar varias deducciones: 12% o más en concepto de regalías para la provincia sobre el precio final de venta, y 1% de retenciones a la exportación con las que se queda el Estado nacional. Si se le saca el costo de reposición de ese barril (es decir, cuánto cuesta volver a contar con el mismo volúmen) y el de producción, la cuenta está empatada o en rojo.
Así lo reconocen funcionarios públicos y ejecutivos del sector privado consultados por LA NACION. Ayer, el ministro de Hidrocarburos de Chubut, Ezequiel Cufré, mostró preocupación por el tema. En declaraciones radiales, sostuvo que "la preocupación [por los efectos locales de la caída del crudo] es grande".
Para evitar una caída en el nivel de actividad, el Gobierno dará un subsidio de 3 dólares por barril a las petroleras que sostengan la producción y las exportaciones. El propio Carlos Bulgheroni, la cara visible de PAE, le hizo el pedido al ministro Axel Kicillof en el marco de las reuniones que mantuvieron en las últimas semanas del año. Intentarán instrumentar ese auxilio en una reunión sectorial pautada para el próximo lunes.
El menor precio del crudo hará que la gobernación de Martín Buzzi sufra un recorte del 8% en sus recursos, de acuerdo con números de Chubut. Equivalen, según Cufré, a unos $ 350 millones menos en el presupuesto.
La preocupación de Chubut se extiende al resto de las provincias. Sucede que todas las gobernaciones reciben regalías sobre el precio final de venta del crudo. Como bajó, también cayeron los ingresos de las provincias. Los que participaron de las negociaciones consideran que es un mal menor. No aceptarlo hubiese implicado convalidar una caída en la actividad.
SUBSIDIO PETROLERO
En los últimos días de diciembre, el Gobierno llegó a un acuerdo con las petroleras para traducir la caída en el precio internacional del crudo en el mercado local sin afectar las inversiones, en línea con la intención oficial de apuntalar la producción y evitar la salida de divisas por la importación. Así, dispuso una baja de 7 dólares en el precio del crudo en el mercado interno, por lo que el Escalante quedó apenas por encima de los US$ 60 el barril. En otros términos: a contramano de lo que ocurrió en la mayor parte de la última década, hoy PAE recibe más por vender su petróleo en el país que por exportarlo.
Por ahora, la empresa no piensa en recortar sus inversiones. El argumento es el más común en la industria petrolera cada vez que hay volatilidad en los precios: priorizan el largo plazo. Claro que ese horizonte temporal, sin fechas precisas, será cada vez más corto a medida que pasen los días y los valores del crudo se mantengan bajos.
Las petroleras comenzaron a trabajar sobre sus costos. PAE les pidió a sus principales proveedores una rebaja importante en sus precios. El mismo camino tomó YPF, la gran jugadora del mercado. Para los contratos vigentes, reclama una reducción de entre 5 y 10%, mientras que para los nuevos, de 20 por ciento.
MISIONES ACORDÓ CONGELAR LAS TARIFAS ELÉCTRICAS
El gobierno de Misiones acordó ayer con la Nación mantener congeladas las tarifas de electricidad en la provincia durante este año, a cambio de obras públicas con financiamiento nacional, informaron directivos de la empresa provincial que presta el servicio.
Según voceros de Electricidad de Misiones SA (EMSA), el acuerdo con el Ministerio de Planificación, que conduce Julio De Vido, significará un desembolso de $ 200 millones en obras.
El acuerdo se firmará el lunes en Buenos Aires y con él Misiones se suma al acuerdo, conocido como Convenio de Convergencia, que desactivará un aumento de entre 30 y 35% que la empresa había previsto aplicar a las tarifas desde principios de este año. Entre otras obras, incluye la construcción de la línea de energía 132 Posadas-Leandro N. Alem.