iEco Clarin
En una reunión con el ministro de Planificación,
Julio De Vido, directivos de la petrolera rusa
Gazrprom aseguraron que analizan invertir en
Argentina en todos los segmentos de la producción gasífera (extracción, transporte y distribución).
Según Planificación, del encuentro participaron el
CEO de Gazprom, Gerard Cristophe, el director de
Operaciones, Joe Bradford, el de Hidrocarburos,
Keith Martin, y el presidente del consorcio,
Carlos Veronessi.
El encuentro ocurrió luego de un convenio firmado en julio entre
Enarsa y Gazprom para colaborar en todo tipo de actividad energética, tanto en gas como en electricidad y energías alternativas.
Un directivo de Gazprom,
Alexander Medvédev, aseguró recientemente que se abrirá "en breve" una filial en
Brasil para hacer negocios con
Petrobras y con
Argentina, Bolivia, Perú y Venezuela. Y ratificó el interés del grupo en negociar con
Repsol, que tiene una fuerte presencia en Sudamérica.
Estos pasos integran la estrategia global de Gazprom para alcanzar una cuota del 25% del mercado mundial de gas para 2020, para cuando prevé producir entre 80 y 90 millones de toneladas anuales de
GNL.
La sede corporativa que Gazprom construye en San PetersburgoGazprom dice que quiere invertir en el país, pero ¿Qué pasó con los convenios firmados con Rusia en 2008?
Urgente 24
El anuncio se produce a practicamente un año de la visita de la Presidente
Cristina de Kirchner a Rusia en cuyo marco se firmaron algunos acuerdos en materia energética de los cuales no se supo más nada.
En las últimas horas trascendió por parte del Gobierno Nacional, a través de la agencia oficial Télam, que el monopolio del gas ruso, Gazprom, "manifestó su intención de invertir en la Argentina".
Según el cable noticioso, en una reunión con el ministro de Planificación Julio De Vido, los representantes de la estatal rusa manifestaron la intención de invertir en el país "en todos los segmentos de la producción gasífera, ya sea tanto en la extracción, como en transporte y distribución".
El anuncio se produce a practicamente un año de la visita de la Presidente Cristina de Kirchner a Rusia en cuyo marco se firmaron algunos acuerdos en materia energética de los cuales no se supo más nada.
Se trataban básicamente de 'memorandums de entendimientos' para posteriores acuerdos.
Mediante uno de ellos la petrolera
Lukoil invertiría US$15 millones para la infraestructura de almacenaje de combustibles y sería proveedor del fuel oil que utilizan las centrales termoeléctricas. De esta forma se irían reduciendo las compras a
Pdvsa de Venezuela, cuyo fuel oil, está comprobado, no cumple con las normas argentinas. Al día de hoy la usinas siguen utilizando el nocivo producto suministrado por la estatal bolivariana.
En ese entonces se hablaba de que la petrolera rusa podría abastecer con “un millón de toneladas” del combutible para la generación de energía eléctrica.
Según informó el diario Perfil, para la importación del combustible, Enarsa se asoció con una empresa llamada Pobater, que según el bisemanario, es una “empresa fantasma”.
Según informaba Perfil “
Jorge Sambucetti, su representante y partícipe de la firma de la carta de intención con Lukoil en el marco de la visita de Estado de Cristina Kirchner en diciembre, asegura no saber quién es el dueño de la empresa, ni dónde tiene sede (ver aparte). Sambucetti es el dueño de
Rutilex Hidrocarburos Argentinos S.A., más conocida como RHASA. Si el empresario firmó en nombre de
Pobater y no en el de su compañía fue porque la nebulosa existencia de la primera es incluso más potable que la fama de Rutilex”.
Sambucetti fue procesado en 1999 por contrabando cuando era presidente de
Rhasa. Aún así, durante el gobierno de
Néstor Kirchner, Sambucetti también estuvo involucrado en la compra de combustibles a
Venezuela.
Otro de los acuerdos fue con Rosneft, la compañía estatal en el segmento petrolífero. El convenio incluía que la petrolera se asociara con Enarsa en proyectos de exploración en la plataforma marítima.
El caso de la estatal rusa, número uno en el negocio petrolero en el país, es el de un socio buscado para las exploraciones off shore (costa afuera). "Ellos tienen el know how para este tipo de trabajos", decían los funcionarios argentinos respecto de los petroleros rusos. Rosneft tuvo muy buenos resultados en
Brasil y Venezuela.
Lo más sorpresivo de la visita fue el deseo de Gazprom de partcipar en la construcción del demoradisimo
Gasoducto del Nordeste (GNEA). Esta intención fue notificada por el primer ministro ruso, Vladimir Putin, a Cristina de Kirchner durante una reunión que mantuvieron.
Desde Enarsa manifestaban un tiempo después que al tratarse de “cartas de entendimiento” esto siginificaba que había intención de llevar a cabo los proyectos, pero que no había fecha estimada sobre cuando comenzarían a realizarse.
El vicepresidente de Gazprom, Alexander MedvedevDel archivo Enernews
GAZPROM APROVECHA LA POSICIÓN DE REPSOL EN IBEROAMÉRICA
América Economía
Repsol YPF podría convertirse en la puerta de acceso al mercado de
Latinoamérica y España para Gazprom. El presidente de la compañía española,
Antonio Brufau, y el consejero delegado de la rusa,
Alexei Miller, se han reunido esta semana en
Buenos Aires, según han asegurado fuentes oficiales de la compañía española a Americaeconomica.com. Además, Repsol busca una vieja aspiración de la empresa:
Rusia. Ambas compañías firmaron hace unos años un principio de acuerdo para estudiar el posible desarrollo de proyectos conjuntos en el negocio del gas y petróleo en
Europa, Latinoamérica y África, además de otros proyectos de gas natural licuado (GNL).
Algunos analistas señalan que con este acuerdo la gasista rusa estaría buscando acceder al negocio de la distribución de gas en la UE y recuerdan que ha buscado entablar relaciones similares con otras grandes empresas energéticas de la región.
Mientras desde la empresa rusa han asegurado en un comunicado que en el encuentro entre Brufau y Miller se ha tratado la participación de la petrolera española en proyectos de gas natural licuado (GNL) en la península rusa de
Yamal, así como posibles intercambios de activos.
La compañía rusa ha indicado en su comunicado que podría invitar al grupo español a colaborar en el desarrollo de depósitos de gas y en la construcción de una planta de GNL, en el contexto de las conversaciones que Repsol y Gazprom mantienen desde hace meses.
La reunión de Brufau y Miller se ha producido en
Buenos Aires, en la
24º Conferencia Mundial del Gas, un encuentro que reúne a los principales hombres del negocio energético de todo el mundo. Ambas compañías han quedado emplazadas a celebrar el próximo mes de diciembre, al más alto nivel, una nueva ronda de negociaciones.
En su visita a finales del año pasado a
Madrid, marcada por la controversia acerca de la entrada de grupos rusos en el capital de Repsol, el vicepresidente del Gobierno de la
Federación de Rusia, Alexander Zhukov, citó Yamal como uno de los posibles ámbitos de participación de la petrolera española.
Gazprom, que acaba de obtener licencia para comercializar electricidad en España, anunció unos meses después, un acuerdo con Gas Natural, participada en un 30% por Repsol, sobre el mercado de GNL y el intercambio de gasoductos.
Además, el número uno de Repsol se ha reunido con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el marco de la 24º Conferencia Mundial de Gas. A pesar de la visita relámpago, Brufau ha tenido tiempo para reunirse con los hombres más poderosos del mundo energético.
Mientras Brufau se encuentra en Argentina, el presidente del Grupo Petersen, Enrique Eskenazi, que posee un 15% de YPF, esta en Madrid, donde ha afirmado que si las circunstancias se dan, su intención es seguir adelante con la compra prevista de otro 10% de la filial argentina de Repsol, para alcanzar una participación del 25%.
El empresario argentino apenas ha estado un día y medio en Madrid, pero su paso por la capital española ha dejado a la prensa económica repleta de análisis sobre el futuro corporativo de Repsol YPF. El magnate argentino quiso cerrar su estancia con una emotiva conferencia organizada por la Casa de América, desgranando las líneas maestras de sus principios éticos y convocando a todos los empresarios españoles a participar en su máximo sueño: la unión definitiva entre la
Península Ibérica e Iberoamérica.
Pero esto no ha sido todo porque esta ha sido la semana de Repsol YPF. La petrolera hispano argentina ha tomado la delantera en la batalla por el petróleo en aguas cubanas del
Golfo de México. Fuentes de la compañía presidida por Antonio Brufau han asegurado a Americaeconomica.com que pronto iniciarán un segundo proyecto de prospección en la zona.
Sin embargo, la compañía no ha fijado una fecha concreta para este nuevo proyecto, ya que las negociaciones para renovar las licencias con el Gobierno cubano “son lentas y es complicado acelerar el proceso”.
En las aguas de esta Zona Económica Exclusiva de la isla ya hay instaladas compañías asiáticas (
China, Vietnam o India ya han entrado en el negocio), españolas (Repsol YPF) y latinoamericanas (la venezolana Pdvsa y, más recientemente, el gigante brasileño Petrobras).
El Golfo de México también ha despertado el interés de algunas petroleras estadounidenses que se han unido en los últimos tiempos al lobby antiembargo para intentar que
Washington les permita instalarse en una zona muy prometedora, al menos sobre el papel ya que, de momento, el único crudo que puede considerarse rentable en el país caribeño sigue siendo el terrestre.
Un hecho que podría cambiar sólo con la participación de empresas extranjeras que tengan la llave a la financiación, como es el caso de Repsol, que ya llevó a cabo sondeos en la zona en 2004 junto con Cupet, la petrolera estatal cubana.
Los resultados fueron positivos y se encontraron reservas de alta calidad, aunque sin la viabilidad necesaria para comenzar la explotación comercial.
El
Servicio Geológico de EEUU estima que las reservas en la zona podrían ascender a 9.300 millones de barriles de petróleo, aunque los geólogos cubanos son más optimistas y elevan esta cifra a los 20.000 millones de barriles, según señaló recientemente el director de exploración de Cupet,
Rafael Tenreyro.
Para los expertos del sector, aún queda un largo camino por recorrer para que
Cuba puedea convertirse en exportador de petróleo, un negocio que además podría contribuir a cambiar las relaciones del país con EEUU, gran consumidor de energía que cuenta con la ventaja de la cercanía geográfica a la isla.
Según los analistas, Cuba tiene una necesidad de 150.000 barriles diarios, 93.000 de los cuales recibe ahora de su aliado Venezuela. En condiciones normales, y cuando la producción en aguas marinas sea una realidad, un acuerdo de petróleo le daría a Cuba el 40% de la producción.
Eso implica que los nuevos pozos tendrían que producir más de 230.000 barriles diarios sólo para reemplazar la contribución venezolana. Sólo después de eso Cuba puede pensar en exportar petróleo.