RICARDO ALONSO
Las organizaciones mundiales de salud y los estados nacionales y provinciales han insistido en la necesidad de una correcta higiene de manos como una de las defensas de barrera primaria contra el virus Corona que desató la pandemia.
Hay miles de videos, unos serios y otros en el campo de las "fake news", que insisten en curas que van desde la quinina hasta el café pasando por una serie de cócteles de drogas específicas.
Se mencionan purificadores de aire como los que usa la NASA en sus naves espaciales, la dialéctica del barbijo, secadores de pelo aplicados a los orificios nasales, vitaminas, viejas recetas de la abuela como el vapor de la cacerola de agua caliente, dietas alcalinas, hidroxicloroquina, gárgaras de sales, entre un sinnúmero de ideas que hasta ahora no han demostrado cabalmente ser exitosas.
Lo único que parece estar comprobado es que el más simple jabón o detergente ataca al virus y lo deja inactivo. De allí la imperiosa necesidad de lavarse correctamente las manos y las muñecas con abundante agua y jabón. Sobre todo, después de haber tocado pasamanos, picaportes, teclas de cajeros automáticos u otras superficies donde el virus tiene una gran capacidad de sobrevivir por muchos días. De ese entorno pasa a las manos y de estas al cuerpo por contacto con boca, nariz u oídos, para alojarse y luego destruir los pulmones. De allí las permanentes recomendaciones de los protocolos y comités de emergencias nacionales e internacionales.
El mundo entero está ya híper informado sobre las teorías del origen del virus más contagioso de la historia, desde la sopa de murciélago, su creación en un laboratorio, la quimera o caja de pandora, la suelta accidental o premeditada, la guerra bacteriológica mundial, la decodificación del genoma, las mutaciones, su relación con las plagas, pestes y epidemias de al menos una cada siglo, las siete plagas de Egipto, la peste negra, la gripe española y sigue la lista.
Los salteños del siglo XIX se vieron sorprendidos por el cólera y hubo una mortandad considerable entre enero y marzo de 1887. El problema eran las aguas contaminadas, esto es aguas potables que se mezclaban con aguas servidas en pozos someros, ríos o acequias.
Se bebía o bien se lavaban las verduras con esas aguas y el "cólera mórbidus" causaba estragos. Manuel Solá, en su Memoria Descriptiva de Salta (1889), reproduce el informe oficial elaborado por una junta de médicos eméritos designados al efecto. El cólera, así como las enfermedades causadas por los mosquitos que generaban el chucho o fiebres tercianas, eran el producto de una Salta sucia, insalubre y llena de charcas, tagaretes y pantanos.
Ello dio lugar a un plan de remediación que consistió en canalizaciones, rellenos, tapado de cauces pantanosos, creación de la Palúdica, todo lo cual cambió la cara de la ciudad a comienzos del siglo XX. Dado que en muchos lugares se desconocía de donde venía el cólera se dedicaban a ahumar o quemar pirita para limpiar el aire y lo único que hacían era contaminarlo. Entre las recetas para curar el cólera, cuenta Solá, se encontraban varios compuestos de mercurio, así como opio y hasta cocaína que para entonces no tenían carácter de prohibidos.
Muchas biografías de ilustres salteños decimonónicos ponen en su currículo el haber actuado como oficiales o voluntarios en la lucha contra el cólera. La receta estaba en la conocida lavandina, el hipoclorito de sodio de naturaleza fuertemente oxidante. También hoy este producto tiene una enorme importancia como un poderoso desinfectante, y además económico, para la limpieza de toda clase de objetos cerámicos, metálicos, pisos y otros donde pueda encontrarse el COVID-2019.
La lavandina se fabrica básicamente con agua y sal común (cloruro de sodio) por medio de un proceso de electrólisis. La Puna Argentina es dueña de una de las reservas planetarias de sal gema. Los jabones y detergentes tienen distintos ingredientes en su composición y uno de ellos son los boratos. Especialmente el bórax, un tetraborato de sodio decahidratado, que se encuentra en la naturaleza como el mineral tincal y del cual Salta tiene el yacimiento más importante de América Latina: Tincalayu.
Salta es la primera productora de boratos en la Argentina y una de las tres provincias que lo produce en la Puna junto a Jujuy y Catamarca. Numerosas empresas procesan los boratos en la Puna y en el Valle de Lerma. La producción, además del consumo en nuestro país, se exporta mayormente a Brasil y a otros 50 mercados abiertos en los cinco continentes.
A partir de los boratos naturales que ocurren en los yacimientos de la Puna, tanto de cerros como de salares, se obtiene una amplia gama de productos industriales como el ácido bórico, perborato sódico, octoborato sódico, bórax pentahidratado, bórax anhidro, etcétera, los que tienen distintos usos en múltiples industrias.
Los boratos poseen propiedades fisicoquímicas únicas y singulares que los hacen efectivos en la aplicación de centenares de productos. Químicamente es un metaloide, esto es muestra propiedades metálicas cuando está como boro elemental, pero forma sales no metálicas con otros elementos alcalinos o alcalinos térreos. Interesa aquí señalar lo relacionado con artículos de limpieza en general y de higiene personal en particular.
Los boratos de sodio diluidos son alcalinos lo que neutraliza la acidez y favorece la acción de jabones y detergentes. La ligera alcalinidad del bórax permite emulsionar grasas y aceites y a su vez reducir la tensión superficial del agua. El bórax se comporta como un buffer, esto es que posee la propiedad de neutralizar ácidos o bases fuertes amortiguando las soluciones. En base a esa propiedad se vuelve indispensable en su uso en jabones y detergentes. Muchos productos bóricos se utilizan para fabricar detergentes de lavandería así como limpiadores domésticos o industriales.
Gracias a los perboratos, que actúan como blanqueadores, se consigue que la ropa lavada con esos detergentes quede blanca, limpia, higiénica y brillante. Sin manchas y evitando la decoloración. También se usa el perborato por su alto contenido en oxígeno activo, para blanquear pulpa para papel y textiles, pastas dentífricas, jabones en polvo, etcétera.
Además, es un efectivo reemplazo del cloro al ser menos agresivo, por su acción de ablandamiento del agua, que mantiene la alcalinidad de los otros componentes del lavado y estabiliza las enzimas digestivas de las manchas. Los boratos tienen una acción antiséptica, bactericida y fungicida. La mezcla de jabón con bórax se utilizó desde hace mucho tiempo para lograr un limpiador abrasivo para todas aquellas profesiones que trabajan con manos grasientas, caso de los mecánicos de talleres, entre otros.
Por sus propiedades antisépticas, astringentes y emulsionantes el bórax se utiliza en productos de higiene personal como talcos para pies, enjuagues bucales, champús, jabones especiales y cremas de belleza. El bórax mezclado con cera mejora las propiedades emulsionantes que favorecen la consistencia de cremas y lociones cosméticas.
Al ser alcalino lo convierte en muy útil en la formulación de sustancias limpiadoras y tónicos para la piel. El jabón de bórax elimina las bacterias, el aceite y las células muertas de la piel asociadas con procesos eccematosos, anti pruriginosos, tiñas lampiñas y del cuero cabelludo a raíz de sus propiedades limpiadoras y exfoliantes.
Se utiliza además en recetas caseras para la fabricación de cremas frías, jabones y exfoliantes por su acción de detergente suave, ya que emulsiona la grasa cutánea. Como antiséptico bucal se prepara en forma de colutorios para estomatitis y úlceras aftosas; y en forma de cremas para la prevención de recidivas en las candidiasis vaginales.
Como solución se usa en los pruritos, bromhidrosis, inflamaciones oculares y lavados nasales. Los borohidruros se utilizan en la industria farmacéutica para corticoides, síntesis de vitamina A, manufactura de hormonas, antisépticos suaves entre otros. Las sales de baño también incorporan bórax en su composición. Los boratos, y otras cadenas de valor de metales y no metales, son una de las razones por las cuales se declaró a la minería como una actividad esencial.
