Para celebrar los 100 años de su presencia en la Argentina, la petrolera angloholandesa Shell, organizó -el miércoles- un concierto en el teatro Coliseo. Entre el nutrido publico había muchos empresarios, invitados especiales y ex empleados de la compañía, quienes se deleitaron con la música clásica que estuvo a cargo de la Camerata Bariloche. En la primera fila, junto al presidente de Shell, Juan José Aranguren, se ubicó Jorge Zorreguieta, el padre de la princesa Máxima. Y junto a él, el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri y su mujer, Juliana Awada.
Entre los empresarios, fue notoria la ausencia de las caras más reconocidas de la Unión Industrial (UIA). Sólo el presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi, pasó un ratito a saludar, antes de ir a la cena prevista con sus pares y funcionarios, en Tecnópolis.
A la hora del brindis, alguien recordó la frase de José Martí: “Viví en el monstruo y le conozco las entrañas”. El radical Emilio Rached, intendente electo hace diez días en Pinto y ex vicegobernador del ultra K Gerardo Zamora en Santiago del Estero, agradeció los aplausos que recibió ayer en el tradicional almuerzo del Grupo Progreso que anima el ex diputado José Bielicki en Lalín. Y soltó: “Enfrentamos a un aparato de presión que superó al que ensombreció mi provincia con los Juárez”.
Amado Boudou cambió su estrategia de comunicación para enfrentar las diversas y sucesivas denuncias que surgen en su contra. Ya no se defiende en los medios ni manda a sus abogados a hablar por él: mantiene silencio y aguanta las críticas. Hace una semana, por ejemplo, se conoció que registró en uno de sus DNI que vivía en una dirección del partido de La Costa en la que en realidad sólo hay playa. Boudou no ensayó ninguna respuesta pública al respecto. En la Casa Rosada había generado mucho enojo el modo con el que el vice respondió las preguntas de la entrevista que le concedió a TN en junio, la última que dio antes de ser procesado en la causa Ciccone. Desde entonces es más cauto para hacer declaraciones. Muy.
Con un llamativo traje de seda salvaje, Pimpi Colombo, la ex subsecretaria de Defensa del Consumidor, estuvo de lo más locuaz el miércoles por la noche en Tecnópolis. Consultada acerca de si extrañaba a Guillermo Moreno, su antiguo jefe, deslizó: “¿Cómo evitarlo?”, para añadir enseguida que está más firme que nunca en la defensa de Cristina. Eso sí, contó que está de lo más entretenida en el sindicato de Amas de Casa que fundó en 2013 para defender los precios cuidados. En la comida con la que el Gobierno celebró el Día de la Industria hubo otras “viudas” de Moreno como Beatriz Paglieri, a quien no se veía desde hace rato. Hubo otros que pasaron casi inadvertidos como el embajador de Japón, su par de Canadá y la recién llegada representante de Filipinas.
Asesora y tiene relación cotidiana con los radicales, aunque se mantiene independiente. Sin estructura propia, sabe que necesita sumar soldados para su campaña a jefe de Gobierno. Ayer, en un hotel de Retiro, Martín Lousteau reunió a los primeros 200 jóvenes voluntarios que lo contactaron a través de su página web y las redes sociales. Se dividirán en comisiones de obras públicas, presupuesto y finanzas, protección social, vivienda, educación, salud, justicia y seguridad, descentralización, espacio público y ambiente, tránsito y cultura, para elaborar proyectos.
