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Debate
(Opinión) BACHER (PWC): LA ELECTRICIDAD GLOBAL HACIA 2030
07/08/2012
Jorge C. Bacher, Socio de Energía - PwC Argentina Y Pablo Gil, Gerente PwC Argentina
El Cronista

En la actualidad, existen muchas dudas por parte de los líderes empresarios del mundo con respecto a los logros posibles que se derivarían de la eficiencia energética. Esto se refleja en la 12º Encuesta Global Anual de la Industria Energética ‘The shape of power to come’ de PwC en la que 72 directivos de empresas del sector –entre ellas, Electrobras, Exelon y RusHydro– de 43 países analizaron aspectos referidos a la estrategia global y las perspectivas hasta el año 2030.

¿Cuál es la agenda del directorio de la empresa eléctrica? Las inversiones futuras, las prioridades de la política energética, la accesibilidad a la energía y la seguridad del suministro, la energía limpia, la eficiencia energética, la nueva era del gas y lo denominado ‘smarter energy’.

A la luz de las tendencias para las décadas futuras, los ejecutivos del sector energético manifiestan que el crecimiento económico y poblacional, las innovaciones tecnológicas y la urbanización a gran escala conllevarán un importante aumento de la demanda energética mundial: el consumo se incrementará un 84% entre 2009 y 2035 (de 17.200, a más de 31.700 TWh). El resultado es la electrificación cada vez más extensiva en el mundo: aumentará la accesibilidad y más actividades y aplicaciones se llevarán cabo sobre la base de la electricidad.

Ante esto, las compañías del sector deberán atraer importantes inversiones para hacer frente al aumento de la demanda energética. Pero la complejidad de las mismas, las tendencias económicas globales y el actual contexto de crisis definitivamente impactarán en la escasez de capital, lo que afectará, entre otras cosas, a la financiación de proyectos de infraestructura.

Otro cambio que repercute en el mapa energético es el crecimiento continuo en algunas regiones del mundo, especialmente en el Pacífico y Sudamérica, que se contrasta con el de Norteamérica y Europa, mucho más limitado. Por ello, especialmente en los países desarrollados, las compañías deben flexibilizar sus estrategias, adaptándolas a las oportunidades de los mercados emergentes, y balanceando sus objetivos de crecimiento con sus compromisos referidos a la infraestructura y a las energías renovables en sus mercados de origen.

Durante la Conferencia de Cambio Climático de las Naciones Unidas, los gobiernos acordaron disminuir sus emisiones de CO2 para que la temperatura global no aumente más de 2ºC. Sin embargo, con las políticas energéticas actuales, aumentaría a 6ºC. Para comprender la gravedad de este punto, cabe destacar que ya con un incremento de más de 3,5º C habría graves consecuencias: subiría el nivel del mar, cambiarían los patrones de lluvia y habría sequías, inundaciones y olas de calor, entre otras cosas. Sumado a esto, las políticas de austeridad de algunos países apuntan contra la resolución de los gobiernos, sobre todo desde que la primavera árabe y Fukushima han centralizado la atención en la seguridad del suministro, con posibles impactos negativos sobre la descarbonización en la generación eléctrica.

El futuro de la electricidad tendería a distanciarse mucho de las formas centralizadas de redes que han dominado los sistemas de generación hasta la fecha. Nos estamos moviendo con mucha rapidez hacia un nuevo ecosistema energético con ‘smart grid technologies’ (tecnologías de redes inteligentes) que favorecerá al equilibrio y a la eficiencia en las diversas fuentes y formas de generación, distribución, transmisión y almacenamiento. Así se facilitará la automatización, lo que repercutirá en la reducción de costos, en la mejora de la calidad y en la optimización de la distribución.

Finalmente, corresponde resaltar tres cuestionamientos referidos a los actores del sector a la vista del escenario futuro: ¿Cómo será el impacto de la eficiencia energética? ¿Cómo se transformará la electricidad a través del smart grid? ¿Cuáles serán los alcances del transporte vehicular eléctrico?

Se evidencia que los subsidios a los combustibles fósiles por parte de diversos países continúan distorsionando los precios de energías alternativas. El smart grid junto a otros desarrollos (shale gas, power to gas) podrá modificar comportamientos entre los actores del mercado y sus clientes. Lo mismo es de esperar del transporte vehicular eléctrico, pues podrá ocurrir que la contraparte del consumidor no sea la empresa eléctrica, sino otras industrias que participan en la cadena de valor.

¿Qué deberán hacer las empresas frente a estas circunstancias? Manejarse con excelencia, o sea, ser efectivas, innovar, operar sobre sus costos, considerar los riesgos adecuadamente, mantenerse en el marco de las regulaciones, expandir el uso de la tecnología, desarrollar los talentos y manejar apropiadamente la integración de la empresa como unidad de acción.


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