Mientras este martes el gran empresariado presentó el proyecto al MOP, comunidades pehuenches se organizan en rechazo a la idea que busca extraer aguas del río Queuco y llevarlas, vía subterránea, a la región de Atacama.
La plana mayor de la Corporación Reguemos Chile concurrió a la oficina de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas para entregar parte del proyecto denominado “Carretera Hídrica”.
La idea, en lo medular, busca llevar agua desde la región del Biobío y venderla por metro cúbico en la región de Atacama y así hacer frente a la severa sequía, escasez hídrica que, en este caso, afecta a intereses económicos mineros y de la agroindustria.
La idea de los gestores es entregar esta iniciativa público-privada para que el Estado la estudie, la declare de interés público, y sea licitada y concesionada.
La propuesta está referida al primer tramo del trazado, de un total de cinco. Un trayecto inicial de más de mil kilómetros de longitud, que va entre el río Queuco, en el Alto Biobío, hasta San Pedro, Melipilla, en la región Metropolitana.
A juicio de la corporación, en la zona del Biobío el agua de los ríos “es abundante y no es utilizada a su total capacidad en los meses de invierno”.
Sin embargo, desde las comunidades pehuenches ya se están organizando para rechazar y hacer frente en todos los aspectos a este proyecto que nacerá en la zona precordillerana de la provincia del Biobío.
El vocero de la comunidad de Cauñicu y miembro del movimiento “por la defensa del río Queuco”, Fredy Queupil, indicó que actuarán a través de la vía judicial e interpondrán acciones para que el Estado de Chile anule los derechos de agua que ha entregado a privados sin las previas consultas indígenas.
“Tanto la obligación de consulta y la evaluación de los impactos ambientales que generará la idea empresarial son lineas que vamos a tomar nosotros, herramientas que tenemos a disposición, porque acá se ven afectadas varias comunidades residentes. Un daño a las personas y al ciclo que cumplen los ríos, porque claramente los causes no se pierden en el mar, ya que las aguas cumplen una función muy importante para abastecer de nutrientes al borde costero”, afirmó.
Las comunidades de las cuencas del Queuco y de Alto Biobío se han puesto en alerta y se dedican a difundir el hecho a otras comunidades -ya que denuncian- tanto el Estado como los privados no han comunicado el proyecto que afectará la biodiversidad de la zona.
En la sociedad científica también ha causado preocupación y desconcierto la posible construcción de la “Carretera Hídrica”.
El investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), Cristián Frêne, señaló que “se asume que el agua del río Biobío sobra, y eso es una falacia, no sobra, porque lo que ocurre es que los ecosistemas, tanto terrestres como acuáticos, el borde costero, se van a ver afectados por una disminución importante del caudal”.
“Es una inversión demasiado costosa, que tiene un precio de operación y mantención gigante, y que la intervención en el caudal no solo podría perjudicar a la biodiversidad y actividades socioeconómicas locales como la pesca artesanal, sino que también podría provocar la pérdida de miles de litros de este valioso recurso, en caso de que la infraestructura sucumba ante fenómenos usuales en Chile, como sismos y terremotos”, subrayó.
Pese a que hace un mes se reportó que la provincia de Biobío posee entre un 20 y 25 por ciento de déficit hídrico, la iniciativa público-privada contempla un gasto total de US$20 mil millones, que incluye una infraestructura destinada a captar, almacenar y transportar el “excedente” de agua de los ríos de la región.
En tanto, este mismo martes, varios gremios empresariales del sector agrícola y canalistas de la región rechazaron el proyecto “Carretera Hídrica”.
Para dirigentes, por ejemplo, de la Multigremial del Biobío, su construcción es una “antigua mala idea” que se desechó en los años sesenta por ser inviable, tanto técnica como financieramente.
Además, replicaron lo que dicen los científicos, sobre que la idea está basada bajo una premisa equivocada; que en la zona “existiría abundancia y excedencia de agua, lo que es completamente falso”, publicó Diario U.
Alerta por megasequía
Los expertos son tajantes en decir que el próximo presidente de Chile tendrá la ingrata misión de firmar el decreto de fuerza para racionar el agua, así como van las cosas. “Cinco años más de sequía el país no los va a soportar”, dice un agroclimatólogo.
Los múltiples decretos por escasez hídrica, emergencias agrícolas y la sorpresa de las autoridades ante la tragedia de los campesinos de la zona central, no hacen otra cosa que dejar en evidencia uno de los grandes problemas de Chile: jamás estuvimos preparados para enfrentar el cambio climático.
Con un déficit de lluvias que se acerca al 80% en Santiago en 2019, el escenario no tiene por donde mejorar en los próximos años. Un estudio reciente del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) indica que la megasequía está asegurada, al menos, durante 10 años más. Por eso es que varios expertos se aventuran a decir que el drama social del cambio climático, es decir, llegar al punto del racionamiento de agua potable, es inminente.
De eso sabe Patricio González, agroclimatólogo de la U. de Talca y experto del Centro de Investigación en Riego y Agroclimatología (Citra). En sus manos tiene un trabajo que expondrá en los próximos días en la Cop Regional del Maule, y donde los pronósticos son desoladores para 2025. En los cálculos, establece que el déficit hídrico se mantendrá en la zona central del país en torno al 35 y 30% para dicha fecha.
El experto indica a Publimetro que es un hecho que las condiciones que están generando esta megasequía -bloqueo anticiclónico y la intensidad de la baja subtropical- se mantendrán en 5 años. Eso es catastrófico, ya que según él, "cinco o tres años más de sequía, el país no lo va a soportar. Nosotros hemos llamado a declarar al país en emergencia climática", indica.
"Decreto de fuerza"
Recién el pasado 21 de agosto, la Dirección General de Aguas (DGA) publicó las bases para la licitación del Plan de Gestión Estratégica de Cuencas. Su idea es juntar los proyectos para ir al rescate, en un plazo de 10 años, de las 101 cuencas de Chile, enfocándose primero el las 11 más críticas. ¿Será la salvación?
"Toda esta intervención de cuencas fue algo que debió haberse hecho en los años 2000, cuando comenzaron las primeras señales de déficit: aumento de olas de calor y evaporación de agua. Ya tenemos 20 años de atraso en estas políticas", indica González. En la misma línea, Cristián Frene, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) de la U. de Chile, agrega que si bien el "plan sobre las cuencas es una buena herramienta, viene muy tarde. Ya hemos sobrepasado la capacidad de estos ecosistemas".
El Ministerio de Agricultura ha decretado emergencia agrícola para todo el territorio de las regiones de Coquimbo, Valparaíso y O'Higgins; además de nueve comunas del Maule y 17 de la Región Metropolitana. Eso sí, dicen los expertos, la realidad es que la crisis hídrica afecta a todo el territorio entre Coquimbo y la Octava Región, sólo que los recursos apenas pueden cubrir las zonas más críticas.
Así las cosas, para ambos expertos el futuro es claro: de no haber grandes intervenciones, "el próximo presidente de Chile será el encargado de establecer el decreto de fuerza para racionar el agua potable".
"El Estado chileno se confió, no pensó más allá de 4 años y así estamos. Chile está en el puesto 18 de los países del mundo con más estrés hídrico. Eso puede llevar a un racionamiento del agua potable desde el 2020 en adelante, sobretodo en las grandes ciudades como Concepción, Talca y Santiago", explica el académico de la U. de Talca.
"Es inminente que va a ocurrir. Se hablaba de 10 años más, pero viendo el estado de cuencas como la del Aconcagua, que abastece Valparaíso, el racionamiento de agua en los veranos es inminente. Sin ir más lejos, este verano se prevé muy seco y caluroso, y no se descarta que cause problemas de abastecimiento de agua potable", agrega Frene.
MEDIDAS URGENTES
Si bien el escenario parece apocalíptico, los científicos indican que aún es posible tomar medidas, aunque deben hacerse ya. Cristián Frene, investigador del IEB, parte desechando la idea de una carretera hídrica, opción que baraja el MOP.
"Es una falacia decir que el agua sobra en algún lugar de Chile", indica. Además del costoso gasto que supone la implementación de un proyecto como ese, su puesta en marcha afectaría a los ecosistemas terrestres, acuáticos y el borde costero en torno al río Bío Bío. "Ese caudal que llega al mar no se pierde, sino que es fundamental para todos los procesos ecológicos que ocurren en el borde costero”, dice.
Por otra parte, Patricio González, agroclimatólogo de la U. de Talca, señala que la construcción de embalses "son la solución para las personas del 2050". Por lo mismo, propone echar mano de inmediato a las aguas subterráneas. "Lo que se tiene que hacer es un mapa hidrogeológico de todas las aguas subterráneas de la zona central de Chile. Se desconoce el potencial, pero sabemos que está. Con eso se puede extraer agua con pozos profundos, pero de una manera bien pensada", afirma.
Frene plantea que el "Estado retome el control de la gestión del agua y fiscalice la sobreexplotación de los privados, que hacen y deshacen. Se roba agua y no está siendo bien fiscalizado. ", además de modernizar el código de aguas para establecer dos prioridades: el consumo humano y las actividades de producción básicas de las comunidades.
Otras medidas inmediata debería ser el llevar el riego tecnificado del 30% al 90% en la agroindustria, en un plazo no mayor de 3 años, dice González, y potenciar el surgimiento de acciones alternativas, como fomentar la reutilización de aguas grises y negras o la desalinización del agua, propone Frene.
"Las regiones no tienen los suficientes recursos, menos las comunas. La realidad es que Chile no tiene los recursos para enfrentar la escasez hídrica. Sería sensato declarar al país en emergencia climática y pedir ayuda al Banco Interamericano de Desarrollo o créditos extranjeros. Esto nos pilló tan violentamente que no tenemos los recursos para la mitigación·, señala el agroclimatólogo, informó Publimetro
PUBLICADO AYER
Carretera Hídrica, entre los proyectos más caros de América Latina
Bio Bio
Maximiano Letelier, director ejecutivo de la Corporación Reguemos Chile (RCH), confirmó a BioBioChile los avances en la materia: ingresarán el proyecto a concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP) y detalló que se trata de una iniciativa “privada de obra pública”.
La crisis hídrica que afecta a gran parte del planeta tiene a Chile como uno de los países más vulnerables de la región. El Gobierno -a través del Ministerio de Agricultura- ha decretado emergencia agrícola para varias regiones y los crianceros han calificado la escasez de agua como “la peor” en décadas.
La industrialización y el cambio climático han acrecentado la situación, sobre todo en la zona centro y norte de Chile. Es por ello que surgió la Corporación Reguemos Chile (RCH), una iniciativa público-privada que busca construir una “Carretera Hídrica”, proyecto que figura entre los más caros de Latinoamérica.
Maximiano Letelier, director ejecutivo de RCH, confirmó a BioBioChile los avances en la materia: este martes 3 de septiembre ingresarán el proyecto a concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP) y detalló que se trata de una iniciativa “privada de obra pública”.
Según Statista, se estiman al menos US$20.000 millones en torno a esa
¿En qué consiste la Carretera Hídrica? La Corporación Reguemos Chile (RCH) explica en su sitio web que la Carretera Hídrica permitirá “captar, almacenar y transportar el excedente de agua de los ríos de la región del Bío Bío” hacia el norte, llegando hasta la región de Atacama.
A juicio de la corporación público-privada, en Bío Bío el agua de los ríos “es abundante y no es utilizada a su total capacidad en los meses de invierno”.
Alrededor del 80% del agua trasvasada será en base al impulso propio de la gravedad, utilizando las pendientes naturales que posee la geografía de Chile, el 20% restante se trasladará a través de estaciones de bombeo o estaciones de elevación, cuya energía se extraerá a través de energías limpias (ERNC). Corporación Reguemos Chile.
El proyecto propone regar aproximadamente un millón de nuevas hectáreas, duplicando así la cantidad de hectáreas cultivables de nuestro país “y devolviendo la riqueza a las regiones de Chile”.
“El principal objetivo de la Carretera Hídrica es impulsar el desarrollo de la agroindustria en Chile y potenciar la capacidad exportadora del país, transformándolo en una potencia agroalimentaria, diversificando a su vez su matriz productiva y dependencia del cobre”, indican.
Patrocinadores. Entre los patrocinadores de la Carretera Hídrica figuran más de 25 empresas, entre ellas Agrosuper. La Cámara Chilena de la Construcción, Vinos de Chile, Sociedad Nacional de Minería (Sonami)y Fedefruta también conforman el listado.
En septiembre del año pasado, diario El Mercurio aseguró que Juan Sutil -empresario que preside el directorio de RCH- habló sobre este proyecto con los expresidentes Eduardo Frei y Ricardo Lagos, y también con el presidente Sebastián Piñera.
Según la publicación, el Gobierno demostró “muchísimo interés” para que el proyecto llegue a la Comisión de Concesiones. El Ministerio de Obras Públicas (MOP) también posee antecedentes al respecto, los cuales les fueron entregados en julio pasado.
Críticas. La idea de la Carretera Hídrica ha generado diversos cuestionamientos provenientes de agrupaciones medioambientales, comunidades mapuches y pehuenches, Sociedad Agrícola del Bío Bío (Socabío) y del diputado ecologista Félix González.
El presidente de Socabío, José Miguel Stegmeier, ha remarcado que la región, específicamente la provincia de Bío Bío, también sufre de déficit hídrico. A su juicio, se deben buscar otras medidas como aumentar la tecnificación del regadío y evitar que saquen agua de las cuencas locales.
El diputado González ha puesto énfasis en el impacto que tendría para las zonas de la región del Bío Bío el que sean intervenidas, coincidiendo que también ha sido afectada por la sequía. Dijo que “en el norte hay suficiente agua para las comunidades”, pero son las industrias mineras las que se han quedado con el recurso.
Por su parte, las comunidades pehuenches de Alto Bío Bío confirmaron que interpondrán una demanda en contra del Estado, para evitar que se construya la denominada Carretera Hídrica.