Si Glencore-Xstrata decide seguir adelante con el proyecto Alumbrera-Agua Rica en Catamarca, será porque es una suerte de negocio cerrado. Aunque debe hacerse una inversión millonaria, con la infraestructura de Alumbrera, cuenta con el 50 por ciento de lo que necesita en funcionamiento.
Al menos, la mitad de lo que requiere para producir, estaría contemplado para poner en marcha Agua Rica. En contraste con Pachón (San Juan) donde todo está por hacerse, el yacimiento, ubicado en Andalgalá, tendría supuestamente ciertas ventajas comparativas.
Empero no perdamos de vista el criterio último que decide toda actividad económica: la rentabilidad. Si los números son ajustados, la inversión de riesgo es sometida constantemente al humor social por descontento en la administración de recursos y la política minera del Estado, sumado a que la seguridad jurídica no ayuda o no existe, la decisión puede ser la contraria. Es decir, apostar a otra provincia o país.
Sin rentabilidad, por más que tengamos la infraestructura montada y todo el proceso de exploración concluido con sus respectivos análisis, el proyecto Agua Rica no tiene futuro visto desde la óptica de la nueva política empresarial que se impone en el mundo.
Parecidos, pero distintos
Tenemos que meter todas las variables en la procesadora. Tracemos algunos ítems que puede contemplar la empresa y que se conocen públicamente: rentabilidad, acuerdo con los controles (no con los planteos ambientales sin fin), y el tipo de marco jurídico.
Recordemos que en la negociación hay varios actores: YMAD, Universidad Nacional de Tucumán, Provincia de Catamarca y Gobierno nacional. Por algún motivo, a este último, uno de protagonistas centrales de esta historia solemos obviar de las argumentaciones.
Alumbrera y Agua Rica se parecen, pero son distintos. En aspectos jurídicos, sobre todo, son totalmente diferentes. No obstante, es verdad que Agua Rica solo es factible utilizando la infraestructura de Alumbrera, pero ¿si el nuevo yacimiento no se construye, qué hacemos con Bajo La Alumbrera?
¿La empresa que operó por 15 años el único mega emprendimiento minero en Catamarca se está por ir de la provincia y seguimos discutiendo regalías mineras y qué hicimos con la plata? Pero hay otra cuestión. Advertimos que existe un “cierre” y un “post-cierre de mina”. Dos procesos y etapas con características e importes bastantes significativos.
En este sentido, de acuerdo con un informe de sostenibilidad de Alumbrera, el cierre de mina, actualizando montos, estaría en alrededor de 220 millones de dólares, con una ejecución o validez de cinco años. De ahí para adelante empezamos a hablar de post-cierre de mina y eso ya depende de nosotros.
¿Qué dice la documentación oficial?
Hasta aquí, ¿qué tenemos? Según algunos instrumentos legales, directamente no se contempla el post-cierre de Alumbrera por parte de la Provincia. Téngase presente que por este último proceso, Catamarca tendría un gasto de control aproximado de siete millones de dólares anuales.
No existe tampoco un seguro de incidentes ambientales, por ejemplo, por alteración de los valores del río Vis Vis (equivalente a unos tres millones de dólares anuales), para contener una eventualidad. Ni un seguro por rotura de la presa (otros 30 millones de dólares).
Estas gestiones tendrían que tener una prevención de 15 años. Mantenimiento y seguro preventivo por lo menos por un tiempo que abarque década y media, que, sumado a los cinco previos (cierre de mina), hacen un total de 20 años para darle forma al famoso post-cierre.
Este tiempo mínimo (podría ser más) y la breve descripción efectuada en estas líneas, daría un margen del orden del 60 o 70 por ciento de seguridad. Si tenemos todo lo que dijimos antes, y no hay incidentes ni accidentes durante ese período, estaríamos con altas probabilidades de que el yacimiento se cierre bien.
Negociación inconclusa
Solo para que tengamos una idea de la importancia del cierre de mina, de 40 programas de control que existen, 25 se refieren a esta etapa final. Aunque parezca contradictorio, lo cierto es que desde que se concibe un yacimiento se comienza a trabajar para clausurarlo.
El punto ahora es que para el post-cierre de Alumbrera no se llegó a ningún consenso entre la empresa y la Provincia. Es la oportunidad para hacerlo. Tras los cinco años, en los que tendremos la tutoría de Glencore- Xstrata, ¿qué pasará después?
Imagino que los estudios de ingeniería original del dique de colas están en manos del Estado provincial. Primero y principal: ¿se los pedimos a la empresa privada? Pequeño detalle saber oficialmente cómo está construida la sensible infraestructura.
Si se rompe uno de los paredones del dique, ¿podemos trazar siquiera un escenario de lo que puede pasar y la respuesta que se activaría automáticamente? Sería importante tener un panorama completo y claro de la situación para no cargar con el peso histórico de no haber asumido la responsabilidad con la premura y la seriedad del caso.
Planteos para nosotros
El tema es hasta difícil de plantear. ¿De dónde y cómo la Provincia va a hacerse de un compromiso post-cierre de mina, considerando que formamos parte de una sociedad empresarial mixta? No vaya a ser cosa que nos iniciemos un juicio nosotros mismos.
Solo preguntas elementales: si pasa algo, ¿quién se va a hacer cargo y dónde los buscamos?, ¿cuál es el respaldo o garantía para cubrir una eventualidad? Por ejemplo, si actualmente se retrobombea agua al dique de colas, ¿por cuánto tiempo más hay que hacer esa tarea, quién la va a llevar a cabo y qué costo tiene?, ¿contamos con los fondos o recursos necesarios?
Ironía inevitable
Habremos ahorrado algo para esta etapa final y extremadamente delicada para concluir como corresponde el proyecto Bajo la Alumbrera. Sin dudas guardamos un porcentaje específico de las millonarias ganancias recibidas durante tantos años para hacer frente a este proceso post-cierre de mina o pagar un seguro ambiental. Sé que el planteo es innecesario, pero, disculpen, sigo siendo muy apegado a la formalidad. ¡Hemos sido siempre tan precavidos!