Se registró un temperatura de 34,5§, 0% de humedad y ráfagas de 100 k/h. Hubo 70 focos de incendio en el Valle de Lerma, incluida la Capital. La zona afectada fue la oeste y la sudeste. El Samec atendió 27 personas y hubo un solo deceso. Los cerros San Bernardo y el 20 de Febrero ardieron y Edesa cortó el servicio para evitar riesgos a las casas y a las antenas de radio.
La jornada se tornó turbulenta ayer cerca del mediodía. Hubo incertidumbre y pánico por las fuertes ráfagas de viento que, según el Servicio Meteorológico Nacional, llegaron a una velocidad de 100 k/h. “La tempestad de polvo”, como la describió el meteorólogo Ignacio Nieva, dejó un operario muerto en Campo Quijano, 27 personas heridas, 8 focos de incendio en Capital (incluidos los que devoraron la vegetación de los cerros San Bernardo y 20 de Febrero). Cerca de 70 se registraron en todo el Valle de Lerma.
Para hoy se espera que los aviones hidrantes sobrevuelen los cerros para terminar de apagar el fuego. Se espera que las condiciones del tiempo se mantengan con los vientos calmos y baja temperatura.
La Municipalidad capitalina recibió el aviso de alerta ocurrió a las 11 de la mañana, comentó Gastón Galindez, subsecretario de Prevención y Emergencia, quien mencionó que a las 12 el viento Zonda ya había ingresado por la zona sudeste. Esa y la zona oeste fueron las áreas más criticas porque fueron acorraladas por los incendios, como las laderas de ambos cerros.
Las llamaradas se propagaron tanto que hoteles aledaños al San Bernardo autoevacuaron sus instalaciones y Edesa, a pedido de Defensa Civil, cortó el suministro eléctrico en el 20 de Febrero porque las llamas se acercaron demasiado a las antenas.
El coordinador de Defensa Civil, Marcelo Cunibertti, explicó al cierre de esta edición: “El fuego está controlado, pero no apagado. Va a ver guardia de cenizas por la noche”.
El avión y el helicóptero hidrante no operaron ayer por la condiciones del tiempo. Se espera que hoy desde las 7 sobrevuelen las laderas de los cerros, según lo acordado por el Comité de Crisis que encabezó anoche el gobernador Juan Manuel Urtubey.
Daños y saldo en los servicios
El viento que azotó a la ciudad tuvo una víctima fatal, un operario que trabajaba en una antena de canal 8 de Campo Quijano. Las fuertes ráfagas lo tiraron al piso y falleció por los golpes.
El Samec asistió a 27 personas en Capital. Y aunque todas están fuera de peligro, algunas siguen en observación. Son 15 los evacuados en esta ciudad, mientras que en Rosario de Lerma hubo 16. La comisaría de San Lorenzo ayudó a otras 25 personas de los barrios San Rafael, Atocha I y II a salir de sus casas.
Según la evaluación que hizo el Comité de Crisis hubo caída de postes, cables cortados y de agua; también voladura de techos.
A partir de las 13 hubo cortes de luz en el Valle de Lerma y en la Capital. Hugo González, gerente de Relaciones institucionales de Edesa, explicó a El Tribuno que hay unos 100 postes caídos en la ciudad y que el servicio se restablecerá de a poco. Aseguró que la energía seguía cortada, al cierre de esta edición, en las laderas de los cerros por seguridad.
Voceros del Ministerio de Seguridad señalaron que “hay 30.000 usuarios sin luz a pesar de que las cuadrillas seguían trabajando”. También se informó que hoy no abrirán las escuelas Normal y Almirante Brown y en el colegio Timoteo. En el resto, los directivo tendrán la opción de no dar clases si así lo consideran.
El aeropuerto después del temporal retomó su actividad a las 19.30.
Pocos recursos y la asistencia de los vecinos
La precariedad de los sistemas de seguridad de la ciudad capital volvió a hacerse patente ayer cuando los fuertes vientos arreciaron sobre los distintos barrios, causando destrozos e incendios.
En el barrio Gran Bourg el fuego se expandió con gran velocidad por los pastizales. A la falta de recursos de los bomberos y la Policía -que intentaban apagarlo con tachos y chicotes-, se sumó el corte de agua. El humo obligó a los vecinos a abandonar las casas, mientras el fuego comenzaba a descender hacia el barrio La Unión. Los vecinos del borde de los pastizales de esa barriada tuvieron que autoevacuarse también, cuando las llamas se acercaron a sus hogares. “De pronto hacía un calor infernal y no podíamos respirar, así que atinamos a llevarnos a los chicos a otro lado”, narró un hombre que peleaba contra los focos de fuego en el campo arrasado.
En el barrio Portezuelo, hacia el este, repentinamente los habitantes se encontraron en medio de las llamas que se extendían sobre la ladera del cerro San Bernardo. El incendio se había iniciado en el 20 de Febrero y el viento lo expandió hacia el cerro vecino, cuya vegetación ardió tan rápido que no dio tiempo para tomar recaudos y muchos debieron salir de sus casas. En esa zona se quemaron varias construcciones y quinchos construidos sobre la cota permitida. La falta de agua permitió que las llamas no pudiesen ser controladas y algunas personas tuvieron que ser socorridos por ahogamiento con humo. Las llamas que se habían iniciado en la ladera oeste de los cerros, pronto se extendieron sobre el resto de las serranías del Mojotoro, permaneciendo encendidas hasta altas horas de la noche.
Vecinos de la calle Solá, que bordea esas serranías, se autoevacuaron cuando cambió el viento y las llamas volvieron a avivarse. Esto causó mucho temor entre vecinos del barrio Tres Cerritos que veían asomar al fuego hacia la ladera este de las serranías. En todos los casos el personal de socorro tuvo que luchar con botellitas de plástico, chicos improvisados con ramas y sortear alambrados privados.
En cifras
1.800 llamadas recibió el servicio de emergencia 9-1-1, entre las 11 y las 19 de ayer.
2.800 personas fueron las que trabajaron para sofocar los incendios en la ciudad y el Valle de Lerma.
2 menores, uno de 13 y otro de 2 años, fueron asistidos en el Materno Infantil por heridas leves a causa del temporal.
7 es la hora en la que se espera que el avión y el helicóptero hidrante sobrevuelen hoy los cerros San Bernardo y 20 de Febrero.