Sin recursos, y enfrentado con la Casa Rosada, el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, -que el martes denunció un intento de “desestabilización” contra su gobierno- envió ayer a la Cámara de Diputados provincial un proyecto para emitir un nuevo bono por 200 millones de dólares que le permita cubrir los gastos corrientes de una provincia con un déficit mensual de 100 millones de pesos.
El proyecto enviado a la Legislatura no le permitiría lograr una solución. El kirchnerismo avanza con su decisión de ahogar financieramente a la provincia y el gobernador no tiene los votos necesarios para aprobar la iniciativa. Varios intendentes de la provincia -de diálogo directo con el ministro de Planificación, Julio De Vido- ya habían anticipado que sus legisladores se opondrán a aumentar el endeudamiento provincial.
La actual situación de Peralta remite inevitablemente a lo que vivió en julio el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, por no recibir a tiempo los fondos de la Nación para pagar sueldos y aguinaldos. Para la misma época, Peralta tuvo que pedir unos 200 millones de pesos a la Nación para poder pagar los aguinaldos. El Gobierno no ocultó sus críticas sobre la administración de los fondos del gobierno santacruceño. Ayer, de hecho, la Presidenta, sin nombrar a Peralta, pidió: “Basta de echarle la culpa a los demás de lo que no son capaces de hacer”.
Ayer, la ciudad de Río Gallegos, sede de la gobernación y la Legislatura, fue un hervidero donde todos se preguntaban si se había presentado el proyecto y quién lo tenía. El texto de la iniciativa para recomponer las arcas de la provincia que supo gobernar Néstor Kirchner fue un secreto de pocos hasta que a la tarde, recorrió los cien metros que separan a los edificios de ambos poderes.
Pero la iniciativa -motorizada por el ministro de Economía provincial, Ariel Ivovich- no llegó por la mesa de entradas sino que aterrizó en la Presidencia de la Legislatura. Allí, el proyecto quedó en los cajones del vicegobernador Fernando Cotillo, enfrentado actualmente con Peralta y de buena relación con los legisladores de La Cámpora.
Más temprano, el gobierno de Santa Cruz confirmó que hoy se cumplirá con el pago de los sueldos de los trabajadores provinciales , lo que fue avisado en tiempo y forma a los principales gremios santacruceños.
El gobernador está en pleno diálogo con los municipales, estatales y judiciales, entre otros, haciendo honor a su origen sindical. Y los gremios, saben que no pueden soportar otro sacudón social -como el vivido en diciembre del año pasado- y mucho menos, no garantizar a sus bases, el cobro de sus asignaciones mensuales. No se descarta aquí que el jueves, día en que debería tratarse la iniciativa del endeudamiento, haya una masiva movilización gremial a la sede de la Legislatura.
Los problemas financieros comenzarían a hacerse evidentes el mes que viene. Es por eso que Peralta reclama la sanción de ese endeudamiento.
Pero el Gobierno nacional no tiene previsto ayudar a Peralta, quien despertó el enojo del kirchnerismo con frases como “el único que me sacará a mí es el pueblo” o su referencia a La Cámpora como “esos compañeros nunca van a militar en el lugar donde estoy yo”.
Los 24 intendentes de Santa Cruz estuvieron en Buenos Aires, donde recibieron anuncios de obras para sus municipios. Desde el entorno de Peralta sostienen que las obras sólo resultaron dos gimnasios para Río Gallegos y arreglos de veredas para las otras localidades.
El miércoles a la noche, Peralta se mostró distendido y sereno, como si supiera que ya está jugado a fondo en su pelea con el Gobierno. Así lo vieron esa misma noche cuando cenó en la residencia gubernamental de Alcorta y Piedrabuena -donde Néstor Kirchner supo vivir 10 años- con sus legisladores leales y su equipo ministerial. Habrá que ver cómo sigue la historia.
La presidenta Cristina Kirchner lanzó una dura réplica ayer contra el gobernador santacruceño Daniel Peralta, quien el miércoles denunció un complot kirchnerista para “desestabilizar” a su gobierno y antes había acusado a los cristinistas de La Cámpora de querer cargarle “el fracaso del modelo”.
“Que nadie ponga excusas y que cada uno se haga cargo de la responsabilidad de gobernar”,arremetió Cristina desde el atril de la Casa de Gobierno, en el cierre de un discurso que se extendió casi 50 minutos. Aunque no mencionó a Peralta, en alusión a la grave situación financiera de Santa Cruz y la dificultad para pagar los sueldos de los empleados públicos, Cristina lanzó una advertencia: “Podría mostrar el resultado financiero 2003 al 2007 y cómo fueron de 2007 a ahora, podría hablar de todos, como podría hablar de muchísimas provincias super bien administradas y que supieron aprovechar estos nueve años de crecimiento del país para generar inversiones en su provincia”.
Y si bien aseguró que “eso lo tiene que juzgar cada ciudadano, cada pueblo, cada provincia... que para eso está el voto y la democracia”, insistió: “ Pero basta de echarle la culpa a los demás de lo que no son capaces de hacer ellos”.
El miércoles Peralta le había apuntado a la Casa Rosada por su dificultad para pagar los sueldos de empleados públicos (en Santa Cruz, desde la época que gobernaba Néstor Kirchner alrededor de la mitad de la gente en edad de trabajar es empleada pública), habló de los que ponen “palos en la rueda” y dijo que con La Cámpora “está claro que no militamos en el mismo espacio”. Peralta tiene como vecino a Máximo Kirchner, quien conduce esa agrupación.
La tensión con Peralta seguía latente desde que en diciembre el camporismo dejó sus cargos en el Ejecutivo provincial tras denunciar un “plan de ajuste” del gobernador detrás de una reforma previsional. Y volvió a estallar con la denuncia agitada por el secretario de Seguridad, Sergio Berni, de que la policía santacruceña espía a la Presidenta. La ofensiva contra Peralta es un asunto de pingüinos en el que no osa poner la nariz ningún otro funcionario. Berni firmó el comunicado sobre espionaje; fue por orden de Cristina, que traza la estrategia con el secretario Legal, Carlos Zannini, y con el ministro Julio de Vido, encargado de atender las necesidades de los 14 intendentes de la provincia, y de armarles un plan de obras que deja afuera a Peralta.
En este reducido grupo se analizaron todas las opciones respecto de Peralta, a quien consideran un “enemigo”: el juicio político se impondría antes que una intervención federal que implicaría demasiado costo político para el Gobierno central.
Pero antes está la asfixia financiera y el camporismo en la Legislatura tiene el número de bancas suficientes para hacer naufragar el auxilio que busca el gobernador, negándole autorización para endeudarse por 200 millones de dólares.
Cristina sostuvo también que “cada gobernador es muy parecido a un presidente en su propia provincia” y “que a ningún argentino le vayan con el cuento que hacen tal cosa porque esta Presidenta los manda”.
Peralta había apuntado contra los que creen que los problemas de Santa Cruz "se arreglan tomando café a 3000 kilómetros". Sus frases no cayeron bien en Olivos . Y la respuesta llegó de boca de la jefa del Estado, al final de un discurso en la Casa Rosada.
"Cada gobernador es algo muy parecido a un presidente en su provincia, y que a ningún argentino le vayan con el cuento de que hacen tal o cual cosa porque esta presidenta lo manda", dijo Cristina Kirchner. La alusión a Peralta se hizo un poco más explícita a párrafo seguido: "Esta presidenta no manda a ningún gobernador, como nosotros nunca aceptamos que nos mandaran en Santa Cruz, pese a que estábamos con políticas siempre diferentes".
El mensaje ahondó el aislamiento de Peralta, a quien ya le habían anticipado los legisladores del oficialismo santacruceño que no apoyarán su plan de endeudamiento.
La Presidenta pareció tirarle más dardos: "Que nadie ponga excusas y que cada uno se haga cargo de la responsabilidad de gobernar -agregó-. Podría mostrar el resultado financiero de 2003 a 2007 y cómo fueron de 2007 a ahora, podría hablar de todos, como podría hablar de muchísimas provincias súper bien administradas y que supieron aprovechar estos nueve años de crecimiento del país para generar inversiones en su provincia". ¿Se refería al manejo de los fondos que tenía la provincia en el exterior y que se consumieron fuertemente en los últimos años?
Cuando Peralta encaró la gobernación en medio de la fuerte crisis de 2007 por pedido de Néstor Kirchner, lo hizo con la venia para resolver el conflicto social a partir de un blanqueo salarial reclamado por los estatales, que en algunos casos superaban sueldos en negros de hasta el 50%. Peralta asegura que algunos sectores aún no le perdonan el blanqueo salarial y suele explicar que en esa gestión se dilapidaron los famosos fondos de Santa Cruz (en 2007 superaban los 500 millones de dólares y hoy quedan menos de 100 millones).
Después de hablar una hora y media con la prensa el miércoles, Peralta ayer optó por el bajo perfil. "Ya hablé demasiado", confió a sus íntimos, y dedicó el día a evaluar las reacciones y enviar el pedido de endeudamiento a la Legislatura.
Las vías de comunicación con el gobierno nacional están cortadas, sólo el ministro de Gobierno, Ariel Ivovich, mantiene línea directa con Olivos. Él fue quien diseñó el empréstito y retó a los 22 diputados del FPV cuando les recordó: "Aprobaron un presupuesto con un déficit de 1570 millones de pesos, que hoy aparentemente desconocen".
El poderoso bloque del FPV se niega a votarlo. Mientras tanto, Peralta gana tiempo y hoy acreditará los sueldos en los cajeros a los empleados estatales. Pero en la Legislatura tiene un desafío duro.
"Mi posición es que la provincia no puede tomar más empréstito", dijo Rubén Contreras, jefe del bloque de diputados. Sobre 24 bancas, 22 las tiene el FPV, por eso la oposición Peralta la sufre desde adentro. "Creo que cada vez nos estamos endeudando más y no sé qué provincia vamos a dejar", había afirmado el diputado Atanasio Pérez Osuna.
En Santa Cruz, La Cámpora asoma con fuerza en la Legislatura y los intendentes aceitan sus contactos con los "pingüinos" con poder en el gobierno nacional. El ministro de Planificación, Julio De Vido, prometió enviarles a los intendentes 930 millones de pesos para sus comunas. Y muchos aquí apuntan a Héctor Icazuriaga, jefe de la SIDE, como responsable de las acusaciones contra Peralta que hizo públicas el secretario de Seguridad, Sergio Berni, por espionaje contra la Presidenta.
De 24 integrantes, el Frente para la Victoria tiene 22 miembros de la Cámara. Hay 12 ligados a La Cámpora.
