Lavagna: no hay dólares porque se usan para importar energía
(agencias)
El ex ministro de Economía de,
Roberto Lavagna, afirmó ayer que las restricciones a la compra de divisas son una consecuencia del "gran fracaso de la política energética" porque el Gobierno necesita ahora unos 10.000 millones dólares al año para importar petróleo y gas.
Lavagna, quien no descartó una eventual candidatura a diputado para 2013, evaluó que la polémica situación "no se arregla en un día, sino que en el mejor de los casos va a llevar entre dos o tres años".
Así el ex funcionario kirchnerista analizó en declaraciones a Cadena 3 el intervencionismo del Estado en la economía y el cepo a la compra de dólares impuesto por la Administración Federal de Ingresos Públicos (
AFIP).
"Para comprender este escenario hay que entender el origen de estas restricciones", sostuvo el economista y opinó que "ese origen es el gran fracaso de la política energética en el país" en los últimos ocho años.
"Hasta hace cinco años éramos exportadores netos de energía, y como consecuencia de precios totalmente artificiales y convenios internacionales con Bolivia, comenzamos a convertirnos en cada vez más importadores", señaló.
Indicó que la situación llegó a un punto tan crítico que la factura que hay que pagar al exterior asciende ahora "a 10 mil millones de dólares" y argumentó que "las restricciones son para generar dólares que cubran ese tremendo gasto producto de ocho años de fracaso en la política energética.
Dijo que "esto no se arregla en un día, sino en dos o tres años", aunque "es posible que el Gobierno siga respondiendo con estas medidas que provocan pérdidas de empleo, de productividad, de premios en las empresas, de horas trabajadas, entre otras cosas".
En tanto, señaló que la otra solución para generar dólares sería que entraran o dejarán de salir capitales y un cambio en la política social, "pero ninguna de esas cosas está hoy a mano".
En tal sentido, Lavagna aseguró que "si la soja no estuviera en tan buen nivel, la capacidad para generar dólares sería menos y serían necesarias medidas más drásticas".
"Así como la convertibilidad vivió con respirador artificial acumulando deuda, en este caso se vive con un respirador artificial más legítimo que tiene que ver con el precio de la soja", comparó.
Lavagna: sin la soja, la política económica "colapsa como la Convertibilidad"
iEco
El ex ministro de Economía
Roberto Lavagna afirmó hoy que "sin la soja" a 640 dólares la tonelada, la política económica del gobierno "ya hubiera colapsado, como colapsó en su momento la convertibilidad".
Además, retrucó la afirmación de la presidenta
Cristina Fernández sobre el tipo de cambio, al sostener que "sí está retrasado", reprochó el control estatal al uso de tarjetas de crédito y a las importaciones, y atribuyó el faltante de pesos y dólares en la caja oficial a la política de subsidios y la compra de energía en el exterior.
"Si no tuviéramos soja, esta política ya hubiera sido totalmente inviable", planteó Lavagna, que, en declaraciones a Radio 10. La soja "hoy está en 640 dólares la tonelada. Si no existiera ese factor externo tremendamente positivo, esta política en sí ya hubiera colapsado, como colapsó en su momento la convertibilidad, que vivía de manera artificial, del endeudamiento. Esta política vive de controles, restricciones y de la soja. Se hubiera terminado si la soja tuviera (hoy) los valores que tenía en el pasado", aseguró.
El ex titular del Palacio de Hacienda atribuyó a la "euforia oficial de los últimos años" el actual faltante de pesos y dólares en la economía nacional. "Esa euforia se pagó con los recursos que el país acumuló tras la crisis de 2001, en los cuatro años que van hasta 2006. Había superávit en pesos y en dólares, y esas dos cajas se han agotado. La caja en pesos (se fue), en subsidios, no los sociales, que tienen toda la justificación del mundo, sino a la energía y al transporte". "Se multiplicaron por 22 veces, de 3.500 millones a este año unos 90.000 millones. Es una cifra monstruosa", lamentó.
Mientras que "la caja en dólares" se evaporó "por la necesidad de importar energía, porque los errores cometidos en materia de producción de energía, donde Repsol también tuvo buena parte de la responsabilidad, hacen que el país haya pasado en cinco años de exportar a importar energía". "Este año va a costar entre 10 y 11 mil millones de dólares. Así se fueron los pesos y los dólares", resumió.
Para
Lavagna, "son errores (en la materia) de hace ya varios años que agotaron la capacidad exportadora del país y han puesto al país como importador de energía, y va a llevar años corregirlo".
Sobre la mirada oficiales sobre distintos ámbitos de la economía, el ex funcionario advirtió que "el problema no es sólo el control ligado a las tarjetas de crédito, el problema mayor es el control de las piezas y los componentes que se traen del exterior y generan un problema muy fuerte a la producción".
"Se han perdido horas extras, hubo que adelantar vacaciones, se han perdido premios. Los controles son un obstáculo en la cadena de producción que terminan afectando al bolsillo de la gente", explicó.
Tras recordar que "en la Argentina nunca ha habido un manejo y falseamiento de las estadísticas como ocurre desde 2007" en el INDEC, Lavagna contradijo la afirmación presidencial del lunes a la noche, según la cual "el tipo de cambio no está retrasado".
"Sí, está retrasado", enfatizó el economista, quien, sin embargo, se mostró en contra de una devaluación que no esté acompañada de un "plan integral".
"La devaluación sola no sirve absolutamente para nada, aunque de hecho ya se ha producido, porque así como hay precios oficiales, los que inventa el INDEC, y también hay precios reales, también hay un dólar oficial que vale para cierto tipo de actividades, y uno real, que es el que la gente ha decidido", consideró.
En esa línea, planteó que "una devaluación sola no arregla nada, hay que ponerla en el marco de un programa económico y social integral, puesto en el marco de un sistema que busca consensos y no conflictos. Muchas veces en la Argentina se ha devaluado y el remedio es peor que la enfermedad, termina con una inflación muy alta", cerró.