El paro de los camioneros dejó ayer prácticamente vacíos los surtidores en las estaciones de servicio. Las de YPF, f ueron las primeras en quedarse sin una gota de nafta . Las Shell y Esso, según una recorrida hecha por Clarín , todavía tenían algo de nafta “premium” o de gasoil. En ese marco, el Gobierno se esforzaba por instalar la falta de gas en hospitales (ver El gas, eje del relato oficial ).
Eso si, para acceder a estos combustibles, los automovilistas debieron resignarse a hacer largas colas frente a los surtidores . Los faltantes hoy se van sentir con más intensidad , teniendo en cuenta que ayer fue feriado y hubo un menor movimiento de vehículos.
Las pocas estaciones de servicio que ayer tenían algo de nafta debieron atender una demanda mucho mayor a la habitual con lo cual, los litros disponibles tenían las horas contadas en las expendedoras de continuar la medida de fuerza dispuesta hasta las 11 horas de mañana. Una fuente de las petroleras dijo que la situación es “delicada” ya que “hace más de 30 horas que no sale un camión” .
En la estación de servicio Shell de Independencia y Lima, a las cuatro de la tarde, la cola para cargar obstaculizaba el tránsito en la avenida 9 de julio.
“A este ritmo en dos horas se nos acaba” , contestó un empleado sobre la disponibilidad de combustible en esa estación. La única donde había los dos tipos de nafta: súper y premium.
“La nafta se acabó a las dos de la tarde” , contó otro empleado en la YPF de Solis y la avenida San Juan, mientras despachaba lo único que tenía: gasoil “Euro” a $6,299 el litro. En la Esso, de Santiago del Estero y Juan de Garay, calculaban disponer de combustible hasta las siete de la tarde aproximadamente, estimó uno de sus expendedores tras relatar las colas de automovilistas que se registraron allí en los últimos dos días.
Según el presidente de la Federación de Entidades de Combustibles de Buenos Aires (FECOBA), Luis Malchiodi, “en 24 horas” los surtidores quedarían vacíos . “El abastecimiento a las estaciones de servicio ya es bastante precario y escaso en épocas normales, con lo cual, la situación ahora se agrava porque el combustible llega únicamente por camiones”, señaló.
También, en declaraciones radiales, Rosario Sica, de la Federación de Empresarios de Combustible (FECRA), dijo que “si continúa el paro, mañana (por hoy) habrá dificultades” y añadió que “las reservas no alcanzan para 36 horas” .
En algunas zonas, el stock duró menos todavía. En los barrios de Chacarita y Colegiales, por ejemplo, las YPF estaban con las mangueras colgadas por la falta total de naftas. Sólo algunas estaciones de Shell, expendían gasoil, como las de Alvarez Thomas y Avenida de los Incas o la de Cramer y Elcano. Mientras que la estación “afortunada” (también Shell) de Jorge Newbery y Forest se disponía a abastecer a una cola que se extendía a lo largo de cuatro cuadras . En la zona de Once, también los automovilistas pasaron por similares peripecias. “Después de recorrer varias estaciones con la poca nafta que tenía en la reserva, decidí quedarme a hacer la cola en la Esso de Rivadavia y Anchorena”, comentó Alejandro M., un automovilista que cronometró 45 minutos de espera para llenar su tanque. El titular de la asociación que nuclea a las estaciones independientes (AESI), Manuel García, se sumó a las críticas contra el paro: “Dejar al país sin combustible es una medida muy grave que traerá serios inconvenientes . Va a caer muy mal en la gente, más si proviene de un sector como el de los camioneros que anda muy bien ”, opinó.
Las empresas petroleras quedaron en el medio del conflicto entre los transportistas y los camioneros, y los perjudicados fueron los usuarios que ayer debieron hacer filas de hasta dos cuadras en las pocas estaciones de servicio que todavía tenían combustible para vender.
Lo más llamativo de esta situación fue el absoluto silencio en el que se refugió la Fedeeac, la cámara que agrupa a los empresarios del trasporte, la «patronal» contra la que supuestamente va dirigido el paro de camioneros. La entidad empresaria se corrió del centro de la escena y dejó que la pelea sea entre sus trabajadores y el Gobierno nacional.
Al caer la noche, el panorama se agravó aún más porque los empleados de esas estaciones comenzaron a informarles a los que estaban en los últimos puestos de la fila que seguramente no iban a alcanzar a cargar porque se les estaban agotando las existencias. En la mayoría de los casos la gente se retiraba en paz, pero hubo otros -como en una estación de servicio del barrio de Belgrano, sobre la avenida Del Libertador- en los que varios automovilistas reaccionaron de manera violenta a la noticia.
«Esta noche (por anoche) se termina la nafta que queda. La gente salió a comprar ante el conflicto y el stock está por acabarse», le dijo a este diario Carlos Infante, vocero del grupo que encabeza Cristóbal López y que es dueño de 330 estaciones de servicio de la marca Oil compradas a la brasileña Petrobras.
El espectáculo de las colas de autos se repitió a lo largo de todo el país, pero fue más evidente en las provincias. De todos modos, agravó la situación de escasez la desaparición de numerosas expendedoras de combustible en el territorio porteño, en cuyos terrenos hoy se levantan torres de departamentos.
No sólo los automovilistas se vieron afectados por la medida de fuerza: también los usuarios de gas envasado, que comprobaron un incipiente desabastecimiento de un producto que básicamente es utilizado por los sectores de menores recursos. Cerca del 70% de ese mercado está en manos de YPF Gas, una compañía subsidiaria de la petrolera que fue reestatizada el mismo día en que Repsol fue desalojada de la empresa.
Apresuramiento
Fuentes de las empresas del sector afirmaron que las colas no se debieron a una supuesta escasez de nafta y gasoil sino a que los consumidores se apresuraron a llenar los tanques de sus vehículos ante la posibilidad de quedarse sin combustible a corto plazo. Lo mismo habría sucedido con las garrafas y bombonas en las que se vende el gas envasado.
El panorama en los principales puntos de venta de nafta del área metropolitana arrojaba sólo dos imágenes: carteles de «no hay combustible» en algunas y larguísimas filas en las que aún tenían stock de nafta y gasoil.
Las fuentes de las petroleras aventuraron que en cuanto se solucione el conflicto sindical, el abastecimiento se normalizará en cuestión de horas en Capital y GBA. En cambio, en las provincias -y por una razón de distancia- esa regularización tardará algún tiempo más.
En diálogo con este diario, Rosario Sica, presidenta de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA) lamentó la situación, advirtió que «sólo hay reservas para 36 horas» y responsabilizó tanto al secretario general del gremio de camioneros, Pablo Moyano, como al vicepresidente Amado Boudou por el agravamiento del conflicto.
«Ambos tuvieron actitudes y discursos violentos y no conciliatorios; afortunadamente regresó al país la Presidente, y confiamos que con su intervención se encontrará una salida al problema», dijo la dirigente empresaria.
Menos crítico Manuel García, el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI) -la otra cámara que agrupa a los estacioneros-, calificó a la huelga de «medida política apresurada porque se debería haber agotado el diálogo». El dirigente agregó que «dejar al país sin combustible es una medida muy grave que traerá serios inconvenientes a los que cargan y a nosotros, los expendedores, porque todavía estamos en terapia intensiva a pesar de que se haya nacionalizado YPF».
En tanto, los camiones que transportan combustible seguían bloqueando la salida de las principales refinerías del país, como La Plata, Matanza, Campana, Dock Sud, la santafesina San Lorenzo y la cordobesa Montecristo, por citar algunas. En la de Dock Sud, por caso, unos 300 camiones bloqueaban los ingresos a la destilería. Los dirigentes del sindicato encabezados por Sergio Jerez, de la rama Combustible de camioneros, negaban que se tratara de un bloqueo y explicaban que los vehículos habían quedado allí al momento del comienzo de la medida de fuerza decretado por la secretaría general del gremio.
El Gobierno multó con 4 millones de pesos a Camioneros por el paro
Infobae
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, anunció esta mañana que el gremio de Camioneros fue multado con 4 millones de pesos por no acatar la conciliación obligatoria y avanzar con un paro nacional.
Además, el funcionario sostuvo que el Gobierno no recibirá a los representantes del sindicato si no deponen su actitud y levantan la huelga convocada ayer en todas las ramas. "Si ellos no levantan la medida, nosotros no tenemos nada que hablar", dijo en declaraciones a radio La Red.
Tomada fue aún más contundente. "Yo no voy a recibir a un gremio que está generando este tipo de inquietud en la sociedad".
“Nosotros vamos a actuar con todo el rigor que sea necesario”, sostuvo el ministro. Y agregó: “Estas sanciones también se han aplicado tanto a otras organizaciones sindicales como a empresas que no han acatado la legislación. La ley debe ser igual para todos”.
Tomada también afirmó que este conflicto comenzó luego del primer día de reunión en el Ministerio de Trabajo que duró 15 minutos. “Nadie duda que la organización de camioneros es un importante sindicato que representa a sectores sensibles. Eso le da fuerza pero también implica un mayor compromiso para lograr acuerdos”.
El funcionario aclaró que se trata de una negociación colectiva. “La mayoría de las organizaciones sindicales en Argentina han cerrado sus acuerdo a la fecha, Pablo Moyano, así, descalifica a sus pares. Es claro que busca otro tipo de provocación y nosotros vamos a responder con la ley”.
“Exigimos que se retome la negociación colectiva en un marco de paz. Esto se resuelve sentados en la mesa”, concluyó .
Hubo colas en todo el país
Clarín
En Posadas, Misiones, hubo largas colas para cargar combustibles. Las estaciones de YPF sólo contaban con Diesel Euro y las de Shell vendían nafta super sólo hasta 100 pesos por cliente. Hoy se agotaría el stock en todas las marcas.
En Mendoza, el abastecimiento de combustible es crítico aún en un día normal. Por eso, la preocupación entre los usuarios por el impacto de la huelga se tradujo en colas. El gremio dijo que en las próximas horas “podría empezar a faltar” combustible.
En Córdoba, el titular de la Asociación de Expendedores de Combustibles, Raúl Castellanos, dijo: “Hay algunas YPF que ya no tienen combustibles. Ya están afectadas la mayor parte de las plantas” de la región central del país y de Córdoba capital”.
En La Rioja había largas colas en todas las estaciones de servicio. Los empresarios advirtieron que tampoco habrá combustibles para las fuerzas de seguridad y para Vialidad. En Neuquén, los expendedores dijeron ayer que trabajaban al límite y que prevén que “ pronto comenzará el desabastecimiento”.
Mariotto garantizó suministro de gas en Provincia y culpó a las "internas gremiales" por las medidas de fuerza
Ámbito Financiero
El vicegobernador de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, cuestionó duramente el bloqueo a refinerías que mantiene el sindicato de Camioneros y afirmó que la medida es "un capricho, que tiene que ver con una interna gremial".
"Es un capricho, que tiene que ver con una interna gremial. Esto endurece los reclamos, que pueden o no ser legítimos", resaltó Mariotto en declaraciones a la prensa, luego de reunirse con distintos funcionarios bonaerenses y del gobierno nacional, a fin de garantizar el abastecimiento de gas y combustible en la provincia.
"Es una decisión intempestiva que están tomando los camioneros", resaltó Mariotto y dijo que las fuerzas de seguridad están "ajustándose a derecho para poder liberar este entorpecimiento que tienen las plantas".
Según dijo, "hay camioneros que están dispuestos a colaborar y van a cumplir con sus tareas como trabajadores y patriotas que son".
En ese sentido, explicó que la Gendarmería y las Fuerzas Armadas van a "prevenir y va a garantizar" que se pueda repartir el combustible.
Usuarios se quedaron sin gas
AF
En algunas localidades de la provincia de Buenos Aires fue notoria la falta de gas ayer, como es en el caso de Claromecó y Orense, en el partido de Tres Arroyos, donde los usuarios se quedaron sin el normal servicio de gas debido a la falta de recarga para la planta de Buenos Aires Gas Sociedad Anónima (BAGSA) por el paro de los transportistas.
La situación podría extenderse a otras localidades aledañas debido a que cuentan con el mismo sistema de la planta de almacenamiento y vaporización de gas licuado de petróleo.
Ante esta situación, los delegados de Claromecó y Orense analizaban ayer la posibilidad de que se enviaran garrafas con el fin de paliar la situación debido a las bajas temperaturas y el comienzo del invierno.
Lamentable
El delegado municipal de Orense, Raúl Ascat, señaló ayer: «Nos quedamos sin gas a las cinco de la mañana, estuvimos con la gente de BAGSA, pero si no viene el camión no habrá reaprovisionamiento de gas».
«Dejar a una población sin gas es lamentable y la gente está amargada y preocupada», agregó Ascat en declaraciones radiales.
El funcionario comunal señaló que «esto es muy grave, es invierno, hemos hecho una inversión enorme para un servicio que es económico y que te da una calidad de vida importante, pero tenemos que tener gas».
El gas, eje del relato oficial
Clarín
Frente a la crítica situación que provocó el paro de los camioneros en la provisión de combustibles, el Gobierno prefirió enfocar su discurso en el gas. Dijo que había situaciones críticas en varios hospitales de todo el país. Y puso énfasis en supuestos faltantes del fluido en las localidades bonaerenses de Claromecó y Orense.
Anoche, el vicegobernador Gabriel Mariotto anunció que iría personalmente a garantizar la provisión de gas en el interior de la provincia. Y ordenó enviar camiones con garrafas de gas licuado de petróleo a Guaminí.
El intendente de esa localidad, Néstor Alvarez, mencionó que ayer estuvieron afectadas 3.000 personas y el hospital local.
En varias localidades se dispuso el retiro de leña de viveros regionales, con cargo a la Provincia.
En Cascallares, el delegado municipal Oscar González anticipó que el gas alcanzará hasta este mediodía.
De todos modos, fuentes del gremio de Camioneros acusaron a Mariotto de exagerar la situación con fines políticos. “El gas no se termina en un día”, señalaron.
Tan sólo 10 horas después de su comienzo, el paro en el transporte de combustibles había modificado el paisaje de las grandes urbes nacionales, con colas de hasta cuatro cuadras a la vera de las principales estaciones de servicio.
Un día más tarde, ayer al mediodía, los stocks en las estaciones de servicio de todo el país habían desaparecido o caído drásticamente, según los casos. Y, en medio de la incertidumbre con respecto a la evolución de la medida por una posible acción del Gobierno, todas las fuentes del sector consultadas estaban de acuerdo en al menos un punto: hoy al mediodía no habrá naftas –súper, común ni premium– en prácticamente ninguna estación de servicio.
La sobrevida de los stocks de gasoil, en cambio, se extenderá.
Ayer por la noche, Oscar Díaz, el presidente de Cecha, la confederación que reúne a los dueños de estaciones de servicio de todo el país, lo puso en estos términos ante la consulta de El Cronista: “La situación es más complicada de lo que pensaba a la mañana. Pensé que iba a quedar combustible para el viernes. Pero realmente la gente se agolpó frente a las estaciones y generó una sobredemanda importante”.
En la misma línea se expresó Rosario Sica, la titular de Fecra, que reúne a los expendedores de la Capital Federal. “La gente cargó muchísimo combustible, así que en el caso de que siga el paro mañana (por hoy), aunque restrinjamos la venta, no llegamos al viernes, y ese va a ser un día muy preocupante”, sostuvo.
Fue un dibujo calcado en todas las provincias. En La Rioja, por caso, el presidente de la cámara de expendedores, Luis De La Fuente, sostuvo que si no se resuelve la falta de combustible provocada por el paro de los camioneros, el viernes la provincia “será un caos” ya que no habrá combustible para vender y “hay transportes de alimentos, como de leche, que son perecederos”.
Frente a la amenaza del desabastecimiento, los automovilistas tuvieron una reacción espasmódica que los llevó a llenar sus tanques. Eso se tradujo, de acuerdo con números gruesos que fueron reconstruidos por diversos dueños de estaciones, en que triplicaran la demanda para un día feriado. Por ejemplo: una boca que habitualmente vende 10.000 litros diarios despacha en un feriado, como ayer, unos 5.000 litros. Pero el despacho trepó a 15.000 litros.
En tiempos de normalidad, las estaciones de servicio más importantes suelen recibir una vez por día un camión que las abastece. Y aún así están al límite del quiebre de stock. En ese contexto, los dueños de estaciones descartaron que el uso de la Gendarmería para reactivar el suministro pueda tener efectos prácticos sensibles.
Empieza a faltar combustible y varias ciudades no tienen gas
La Nación
El inminente desabastecimiento de combustible en las principales ciudades del país y la falta de gas, con fuerte riesgo de corte del suministro , en varios municipios de la provincia de Buenos Aires son los efectos más palpables del paro de 72 horas convocado por el gremio de camioneros, una medida de fuerza que puso en emergencia a la administración de Cristina Kirchner .
"La gente cargó muchísimo combustible, así que en el caso de que siga el paro, aunque restrinjamos la venta, no llegamos al viernes", advirtió ayer Rosario Sica, presidenta de la Federación de Expendedores de Combustibles de la República Argentina (Fecra).
"En 24 horas van a faltar combustibles", alertó ayer Luis Malchiodi, presidente de la Federación de Entidades de Combustibles de Buenos Aires (Fecoba), quien aseguró que el paro de los camioneros agudizará una situación ya de por sí endeble. "El abastecimiento a las estaciones de servicio es bastante precario y realmente escaso en épocas normales", admitió el dirigente empresario.
Hasta el momento, los lugares más amenazados por la falta de combustible son las grandes ciudades. Así, la imagen de largas filas de automóviles esperando para acceder a un surtidor se repitieron ayer en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, pero también en capitales provinciales, como Córdoba, Neuquén y Formosa; y localidades del interior de Río Negro.
LA NACION realizó una recorrida por estaciones de servicio de la Capital y encontró varias en las que el combustible ya se había agotado. En las que todavía tenían, las demoras para cargar iban de los 45 minutos hasta las dos horas, ante la gran demanda. Así, en la Esso de Las Heras y Agüero, a las 11 de la mañana, la fila de automóviles llegaba hasta la avenida Pueyrredón.
Un fenómeno similar se registró en Mar del Plata, en donde locales y turistas se encontraron con la dificultad de conseguir combustible, con el agregado de que en el caso de los visitantes atraídos por el feriado nacional se sumaba la urgencia por emprender el regreso a sus lugares de origen.
Los faltantes aparecieron ya a media mañana, en especial en los puntos de venta de YPF, cuyos costos son más accesibles y, por lo tanto, más demandados. Por la tarde, el efecto alcanzó a otras petroleras. "La situación es crítica", graficó en diálogo con LA NACION Mónica Killian, presidenta de la Cámara de Expendedores de Combustible de Mar del Plata.
Otra advertencia llegó desde el sur del país. "Las estaciones de servicio están trabajando al límite", informó ayer en un comunicado la Cámara de Expendedores de Combustible de Río Negro y Neuquén, en donde trabajadores del gremio de camioneros bloqueaban las plantas de YPF de Plaza Huincul y Catriel.
Falta de gas
Otro de los efectos del paro fue la afectación del suministro de gas en varias ciudades de la provincia de Buenos Aires que dependen de la carga de gas licuado de petróleo (GLP) para asistir la red domiciliaria del fluido.
Hasta ayer, la falta de gas ya había alcanzado a 3600 personas de los municipios de Guaminí, Tres Arroyos, Lobería y Lobos. De continuar el paro hasta mañana, como está previsto, otros 8000 habitantes podrían quedar sin suministro.
La situación más grave es la de Guaminí (sudoeste de la provincia), en donde unos 3000 habitantes no tienen gas desde la noche del martes. Dos hospitales, un hogar de ancianos y unos ochocientos hogares particulares padecen la falta de calefacción y agua caliente.
"Hay graves problemas en Guaminí. Hay ciudadanos internados en el hospital que hoy no tienen gas por el capricho de estos señores", se quejó ayer el vicegobernador de la provincia, Gabriel Mariotto.
En tanto, el intendente de Guaminí, Néstor Alvarez, dijo a LA NACION que "la situación es compleja". "Estamos tratando de solucionar esta situación grave. Compramos estufas eléctricas, repartimos leña y enviamos garrafas sociales", precisó. En el hospital Joaquín Llambías, la situación es de emergencia: sus 38 camas están ocupadas y no hay gas. En la misma situación se encuentra el hogar de ancianos municipal..
En medio del paro, el Gobierno liberó 300 mil litros de nafta para la emergencia
BAE
El gobierno nacional puso en marcha el operativo de provisión de combustible en el marco del paro de camioneros, con la salida de los primeros ocho camiones de la planta de YPF en La Matanza, que transportaron 300 mil litros para asistir a las localidades más afectadas.
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, realizó el anuncio sobre ese envío. Dicho funcionario fue uno de los encargados de llevar adelante el operativo ordenado por la presidenta Cristina Fernández.
Berni, precisó que los camiones conducidos por choferes de Gendarmería y el Ejército salieron por uno de los laterales de la plata de YPF en La Matanza, sobre la avenida Cristianía, evitando así el cerco que integrantes del gremio de camioneros realizaron sobre el ingreso, en la ruta 21, impidiendo la salida de unidades de transporte que, indicó, se encontraban vacías.
Frente a esa planta se registraron algunos incidentes cuando los manifestantes de Camioneros comenzaron a empujar a las fuerzas de seguridad contra el cerco dispuesto.
El funcionario confirmó que las ocho primeras unidades que partieron "se dirigen a diferentes destinos de la Provincia, en base a un cronograma de necesidades de abastecimiento diagramadas por el Ministerio de Planificación Federal". (ver recuadro)
En cuanto al conflicto, Berni advirtió que "uno de los problemas con los que nos encontramos, es que los gremialistas que protestan en muchos caso son patrones; es decir que los argentinos estamos siendo víctimas de las decisiones de la patronal".
GARANTÍA. Según indicó Berni, las unidades de transporte fueron conducidas hacia Guaminí, Claromecó y otros distritos seriamente afectados, por choferes de Gendarmería y del Ejército, especialistas en traslado de combustibles.
El secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, había ironizado que el Gobierno no podía disponer de choferes para manejar los transportes para los que se requiere “mucha experiencia” y añadió: “salvo que los manejen ellos”, apuntando a los funcionarios del Ejecutivo.
Dentro de las medidas que dispuso la Presidenta, Berni comentó que "también se ha decidido trasladar en aviones de las Fuerzas Armadas a otros choferes, para que aquellas patronales que acceden a entregar sus camiones en el interior puedan alcanzar el objetivo de abastecer".
"Lamentablemente se confunden los roles y estamos siendo víctimas de un movimiento de pinzas entre patronal y gremio: Desde el Gobierno no venimos a confrontar, pero el Estado no puede ser víctima de este monopolio que ahora conforman patronal y gremio", advirtió Berni.
El secretario de Seguridad de Nación coordinó las tareas en la planta de La Matanza con el fin de "garantizar la provisión en los términos acordados por la mesa de trabajo" conformado ayer por el gobierno nacional, para asistir de combustible en medio del paro decretado por el gremio de Moyano.
Tanto Berni como el ministro de Planificación, Julio De Vido, señalaron que el Gobierno ordenó el operativo para restablecer el servicio de gas y combustible en las localidades más afectadas por el paro.
Ambos resaltaron que la Presidenta incluso antes de arribar al país desde Brasil ordenó la puesta en marcha de "todos los mecanismos del Estado para garantizar el abastecimiento".
Se siente en gas, se presiente en naftas
Página 12
“Todos somos trabajadores pero le pido racionalidad al gremio de camioneros”, le dijo a Página/12 Néstor Alvarez, intendente de la localidad de Guaminí, que desde el martes a la noche se quedó sin la provisión de gas licuado de petróleo (GLP). La medida de fuerza del gremio que conduce la familia Moyano ya generó situaciones de desabastecimiento de combustibles en distintas partes del país. Algunas zonas de la provincia de Buenos Aires se vieron afectadas, incluso hospitales, geriátricos y casas particulares, que utilizan GLP provisto por camiones. Las distintas cámaras que nuclean a las estaciones de servicio advirtieron que si hoy no hay abastecimiento de naftas, “la situación se complicará”. Así lo señalaron a este diario Manuel García, de la Asociación de Estaciones de Bandera Blanca, y Rosario Sica, de la cámara que representa a las grandes petroleras.
La localidad de Guaminí tiene 800 usuarios (casas) que utilizan GLP. Esto abarca a 3000 personas, aproximadamente. Según denunció su intendente, el paro del gremio de camioneros impidió la llegada de los camiones con GLP que es distribuido en los hogares y hospitales. Esta localidad recibe un camión cada día y medio. Hay otras localidades que tuvieron el mismo inconveniente, como Tres Arroyos, según denunció el intendente de esa localidad, Carlos Sánchez.
El GLP también es utilizado para la calefacción o para fuego de cocinas por garrafas, uno de los insumos más usados en los sectores populares que todavía no cuentan con gas natural por cañería. La Cámara Argentina de Distribuidores de Gas Licuado (Cadigas) advirtió que “las plantas de fraccionamiento de gas licuado no podrán recibir butano y propano, por lo tanto solo aquellas plantas que posean stock podrán continuar envasando”. Hace aproximadamente tres semanas había comenzado la distribución de las llamadas garrafas sociales.
Una de las plantas donde se procesa el butano y el propano para el rellenado de las garrafas sociales es Monte Cristo (Córdoba), de la empresa YPF, que también está bloqueada desde el martes a la noche. Según indicó a este diario Rosario Sica, desde esta planta se abastece a buena parte del norte del país. “Las estaciones no tenemos suficiente stock. Con la intensidad de las cargas de las últimas horas, si mañana no hay distribución de combustibles el viernes habrá problemas”, indicó la dirigente empresaria.
Otra refinería bloqueada es San Lorenzo (Santa Fe). Desde allí se abastece a Santiago del Estero, Entre Ríos y Corrientes. “La situación de desabastecimiento puede ser mayor en el interior del país. El tema está bastante complicado”, agregó Sica.
La refinería de Luján de Cuyo (YPF) también está bloqueada. Desde allí se abastecen 14 provincias, a través de distintos ductos. Por eso el combustible que se genera allí pudo llegar a destino, aunque el inconveniente se presenta al momento de distribuir las naftas en las estaciones de servicio en cada una de las regiones. “Hay estaciones de servicio de Mendoza que tienen que ser recargadas entre dos y tres veces por semana. Si el lunes no estaban bien provistas, seguramente habrá quiebres de stock en la provincia”, indicó a este diario un directivo de la refinería mendocina.
En Neuquén, los camioneros también bloquearon las plantas de YPF de las localidades de Plaza Huincul y Catriel. “Estamos trabajando al límite”, indicaron desde la Cámara de Expendedores de Combustible de Río Negro y Neuquén.
“Estamos al borde del desabastecimiento total”, afirmó –con un tono algo caótico– Manuel García, de la cámara de estacioneros de bandera blanca. “Acá se mezcló lo político con lo gremial, es un cocktail explosivo, que se le está yendo de la mano al gremio. No puede ser que un sector afecte al resto”, agregó García.
Ayer por la noche, el gobierno nacional aseguró que logró despachar ocho camiones desde un centro de distribución de La Matanza, con 300.000 litros de combustibles. En la provincia de Buenos Aires también hubo gestiones –realizadas por Gabriel Mariotto y Alejandro Arlía– para encarar una logística alternativa y llevar combustibles a las zonas más afectadas, sobre todo aquellas localidades que reciben el GLP vía transporte en camión.