Mayores costos y una caída en productividad marcan 2011 de la industria de cobre chilena
DF
El mundo entero está inquieto ante una posible desaceleración de la economía china. Considerada el motor de la actividad mundial durante los últimos años, al mirar la relevancia del gigante asiático para
Chile la cuota de incertidumbre es aún mayor.
Con casi un tercio del total de los envíos de cobre que el país exportó al mundo en 2011,
China y su escenario actual imponen una serie de desafíos a la industría minera local.
Y los datos no son muy alentadores. Según el anuario 2011 de la Comisión Chilena del Cobre (
Cochilco) por segundo año consecutivo las empresas mineras registraron un aumento en sus costos.
Según el índice que publica dicha entidad, la industria chilena de cobre anotó un incremento de 12,2% por este ítem durante 2011, en comparación al año anterior. Si bien esta cifra es menor al aumento observado en 2010 (15,4%), la variación no baja de los dos dígitos.
Entre las empresas con mayor alza en sus costos, destaca en primer lugar
Anglo American Norte con un incremento de 37,7%, seguida muy de cerca por
Quebrada Blanca con un 36,1% y
Escondida con 31,8%. Mientras que en las mineras que tuvieron caídas en sus costos,
Candelaria anota un descenso de 8,5%, sumando su segundo año a la baja en este índice.
Los Pelambres, en tanto, tuvo una caída de 6,2% en sus costos unitarios de cobre, revirtiendo el alza del ejercicio anterior.
Codelco, por su parte, también se incorporó a la pequeña lista de empresas mineras con menos costos. Tras el aumento de 25,9% registrado en 2010, durante el año pasado la cuprera estatal marcó una baja de 1,1%.
De acuerdo al análisis de la directora de Cochilco, María Cristina Betancourt, las mayores eficiencias de las mineras se deben principalmente a un mejor manejo de los temas “micro”. “A nivel de industria, los procesos y tecnologías son los mismos, el tema es la administración de los recursos, por ejemplo, cómo distribuyes los turnos, la gestión del agua, el transporte, la energía, en fin, todos esos temas influyen en los costos… y algunos son más eficientes en optimizar al máximo sus procesos productivos”, asegura.
Productividad laboral a la baja
Sin embargo, el índice de productividad laboral de esta industria también ha registrado variaciones negativas. En este sentido, Quebrada Blanca anotó una caída de 30,5% en la productividad de sus trabajadores. Luego, Escondida continuó con la tendencia de descenso de los últimos cuatro años, marcando su mayor baja en ese lapso, con –28,7%. Más atrás, la eficiencia laboral de Collahuasi se mantuvo con resultados negativos al caer 17,5%.
A diferencia de estas compañías, Codelco fue la única firma del levantamiento que hizo Cochilco que tuvo una variación positiva en la productividad de su dotación con 5,8%.
Sumado a lo anterior, el aumento del costo de la electricidad también es relevante para una industria que cada año consume más. Al respecto, Betancourt señaló que se trata de un gran desafío, ya que el aumento de la producción, va de la mano de un aumento del uso de este recurso.
¿Precios altos para siempre?
En un contexto donde los precios internacionales del mineral se han mantenido altos, pareciera que nada podría poner en riesgo este positivo escenario.
No obstante, el aumento de 16,4% en el costo unitario de producción de cátodos pone una luz amarilla ante una eventual bajo del precio del mineral rojo. En 2011, este costo se acercó casi al 50% del valor promedio al que se tranzó el cobre durante ese año.
Con todo, en Cochilco son optimistas. Betancourt señala que aunque hay un riesgo en el actual escenario mundial. “Nosotros en este minuto tenemos una proyección de US$ 3,85 para el precio del cobre que no la hemos cambiado, al menos, por ahora. Porque no hemos visualizado factores estructurales que nos hagan cambiar este precio, el que, además, está pensado en el largo plazo”, dice.
Betancourt asegura que de gatillarse una crisis mayor, que pueda impactar la demanda de cobre en China, el efecto que se vería en el corto plazo afectaría principalmente a los flujos de caja de las compañías mineras, “lo que eventualmente puede impactar en la ejecución de algunos de sus proyectos de inversión “, explica. En los últimos 11 años el precio promedio de la libra de cobre fue de US$2,48, lo que indica, a juicio de Betancourt, que la industria puede resistir una baja.