La geotermia, una energía alternativa
Los Andes
La firma de un convenio de cooperación entre una empresa mendocina con una mega firma internacional constituye, en los hechos, un primer e importante paso en la posibilidad de exploración de fuentes de energía alternativa, como es la geotérmica. Según la información, con ese acuerdo se investigará el agua subterránea existente en dos zonas de Malargüe, Los Molles y el Volcán Peteroa.
Los especialistas en el tema aseguran que la geotérmica es un buen complemento para la energía hidroeléctrica y, en el caso puntual de Malargüe, están ubicadas en zonas cercanas a la futura represa Portezuelo del Viento, lo que permitiría -de concretarse el muchas veces anunciado proyecto- la utilización de la infraestructura eléctrica para alternar con una u otra fuente de generación.
A nivel internacional, la energía geotérmica es utilizada con excelentes resultados en Islandia y Filipinas, aunque en otros países, como sucedió en Inglaterra, los proyectos fueron dejados de lado por resultar económicamente inviables.
En la Argentina, a través del decreto 2818, de diciembre de 1992 se aprobó la estructura de la Secretaría de Minería, en la que se establece la Dirección Nacional del Servicio Geológico, encargada de realizar los estudios de las áreas geotérmicas y los socioeconómicos de la región de influencia. De sus resultados se establecen las posibilidades de factibilidad o viabilidad económica.
En Neuquén se creó hace dos años una central geotérmica en la zona del Copahue, con una generación de energía de 30 MW, la primera en su tipo en el país y en Sudamérica y ya hay estudios de explotación en Salta, Jujuy, San Juan, Tierra del Fuego y Bahía Blanca. En el caso de Mendoza, decidió declarar 14 áreas como reservas (en los últimos meses se han sumado 10 nuevas áreas), con el objetivo a largo plazo de explorar posibles fuentes alternativas de energía.
En total suman 100 mil hectáreas, la gran mayoría ubicada en la zona oeste, las que están siendo analizadas a los efectos de realizar las licitaciones correspondientes para que el sector privado realice las exploraciones y definir blancos de trabajo específico. Las reservas corresponden a sitios donde se han detectado aguas termales, como es el caso de Cacheuta, San Rafael, Malargüe, el Valle de Uco, Las Heras y Lavalle.
Paralelamente, debe considerarse que, según los expertos, donde hay volcanes pueden existir fuentes posibles de energía. En ese marco, debe recordarse que La Payunia, en Malargüe, es uno de los campos volcánicos más vastos de América del Sur, con un promedio de 10,6 volcanes por cada 100 kilómetros cuadrados y 800 conos contados. De todos modos, los propios geólogos se anticipan a señalar que el potencial de Mendoza es “teórico” y que sólo un mapa, producto de la exploración, permitirá cuantificar y especificar la viabilidad de futuras explotaciones.
Si bien se señaló que aún se desconoce cuál será la inversión real, se considera que para elaborar un mapa geotérmico de los depósitos de aguas termales subterráneas se necesitan inicialmente unos 150 mil dólares y que entre exploración y explotación la inversión podría ascender a 1,5 millón de la misma moneda. También se indicó que los reservorios serán explorados a lo largo de este año y que por el momento son dos las áreas con los derechos para la exploración.
En síntesis, una decisión adecuada si tenemos en cuenta que se trata de una energía de las llamadas “verde y sustentable”, que los reservorios pueden ser eternos porque se reinyecta el agua que se extrae y porque la planta generadora puede ir creciendo de acuerdo con las necesidades operativas y demandadas.