Enrique Bollati
¿Minería? En principio no me pinta, pero discutámoslo
MDZ
Si quisiéramos resumir coloquialmente la posición de la mayoría de los mendocinos sobre el tema, esta podría ser la frase más adecuada.
Repasemos las encuestas. Hace unos días, nada más, hacíamos un par de preguntas en toda la provincia. La primera es si el encuestado creía que el tema del desarrollo minero en la provincia debía discutirse o si, por el contrario, creía que era un tema zanjado y ya no debía hablarse más de ello. 76,5%, más de 3 de cada 4 encuestados, consideran que el tema debe discutirse. Sólo un 23,5% cree que el tema está cerrado.
La segunda pregunta es si el encuestado se definía mayormente a favor o mayormente en contra del desarrollo minero en la provincia. Sólo un 30% se define a favor, mientras que un 70% se define, en principio, en contra. 70%.
Ahora profundicemos un poco; el 9% de los que están a favor y el 29% de los que están en contra cree que NO debe discutirse más o, visto de otro modo, el 91% de los que en principio están a favor y el 71% de los que en principio están en contra creen que el tema DEBE discutirse.
Por eso es que lo resumíamos como que "en principio no me pinta, pero discutámoslo". ¿Y cuáles son las razones para pedir que se discuta, sobre todo cuando en principio se tiene una posición negativa?
No hay certeza de si el estado provincial puede ejercer un adecuado control sobre el impacto medioambiental de las explotaciones; no queda claro cuál es el beneficio económico concreto para la provincia (y para los encuestados); etc. Pero fundamentalmente se expresa como un argumento que podría sintetizarse en que, hasta ahora, se ha escuchado sólo una campana: la de los que están militantemente en contra.
Esta es, quizás, la expresión política más madura que hemos recogido en los últimos tiempos de parte de nuestros conciudadanos: quiero escuchar la otra campana.
Ahora quisiera dejar de lado por un momento la opinión de nuestros comprovincianos y asumir la mía, personal. Y en esto tengo claro que nadie puede acusarme de defender los oscuros intereses de las mineras (que no son bebés de pecho) ya que nunca trabajé ni recibí dinero de una minera o cosa asociada, algo que no pueden decir algunos de los principales dirigentes "anti mineros".
En principio quisiera que habláramos de la defensa medioambiental. Sin duda alguna que es un tema más que preocupante, pero también, sin duda alguna, está presentado en forma falseada. ¿por qué? Porque cualquier actividad humana (todas) modifican el medioambiente. El que lee esta nota lo está modificando por el sólo hecho de leerla, ya sea en papel o electrónicamente. Es necesario industria y generación de energía detrás de cualquiera de las formas para que esta comunicación sea posible, y tanto la industria como la generación de energía modifican el medioambiente.
La pregunta, entonces, no es si se modifica el medioambiente o no, porque la respuesta es siempre "Sí"; la pregunta es ¿cuál es la modificación medioambiental que produciremos, cuál es el beneficio que obtendremos de ella y cuál el rédito entre beneficio e impacto?
Cuando labramos la tierra despejamos un área de especies nativas (las eliminamos) y promovemos el desarrollo de especies exóticas. Eso es modificación medioambiental y tendremos que concluir que hay escalas y circunstancias en que esto es admisible porque el rédito social es positivo, como el cultivo de berenjenas en Corralitos, y otras en las que no lo es, como la quema de bosques naturales en Chubut y Entre Ríos para dedicarlas al pastoreo de ganado.
Un tema para discusión, entonces, es cuál es el impacto medioambiental y cuál el rédito social de una mayor desarrollo minero y de qué tipo. Nadie quiere rifarse el futuro, pero justamente por eso es que esta dimensión aparece como una discusión pendiente. Al fin y al cabo, el principal problema de contaminación medioambiental en Mendoza es el uso incontrolado de agroquímicos y no la actual explotación minera, que representa más de un 40% del PBG de la provincia.
Otro tema: El Estado, ¿puede controlar eficientemente la actividad minera? Si analizamos el alto grado de contaminación que producen actualmente el uso desenfrenado de agroquímicos en primer lugar, y la explotación de petróleo en segundo, debemos concluir que hoy el estado no puede controlar eficientemente el impacto medioambiental de ninguna actividad productiva.
Sin embargo no es para nada iluso pensar que si se utilizaran los recursos disponibles de la UNC, la UTN y el Cricyt, sería posible establecer un adecuado control de todas las actividades productivas, y no sólo de la minería. Otra discusión que nos debemos.
Otra más: ¿cómo hacemos que la actividad genere recursos adecuados a la Provincia? Esto ya está demasiado charlado; el recurso minero es de propiedad de la provincia, de modo que cualquiera que quiera realizar una explotación de este tipo debe, naturalmente, asociarse con la provincia. Experiencias de otras provincias argentinas, como es el caso de Santa Cruz, muestran que es posible crear una Empresa Provincial de Minería que haga efectivo este rédito económico directo.
Es trillado el argumento de que la Nación sólo se queda con el 3% del producido de la explotación minera y a precios de boca de mina; lo que se oculta es que la Nación nunca se animó a subir ese 3%, porque los recursos NO son nacionales, sino de las Provincias. Hasta es discutible si debería cobrar ese 3%.
Es la provincia la que debe establecer las regalías para Mendoza, porque es un recurso provincial. Otra discusión para dar.
En síntesis: todo está para discutir, nada está saldado; ¿no les parece?