(Análisis GoldMoney) – El pasado lunes Marc Faber, reconocido gestor de fondos y editor del Gloom, Boom & Doom Report, declaró que no se estaba creando una burbuja del oro. Cuando hace algún tiempo George Soros, fundador del legendario Quantum Fund, vendió gran parte de sus posiciones en oro y acciones mineras, muchos inversores empezaron a andar con cautela. Según Faber, han sido sobre todo los bancos centrales los que han alentado la vertiginosa carrera alcista en el mercado del oro. El dinero que los bancos centrales ha inyectado en los mercados financieros necesitaba encontrar alternativas de inversión rentables, entre las que se encuentra el sector de metales preciosos.
A pesar de la vertiginosa carrera del precio del oro que ya supera los 1.900$ por onza troy, Marc Faber sigue opinando que el metal amarillo no es caro. Desde de que a finales de junio terminara el segundo programa de compra de bonos de la Reserva Federal (Fed) de EEUU, muchos inversores siguen especulando con que la Fed volverá a imprimir dinero en el futuro. Lo que no se sabe es si Ben Bernanke, presidente de la Fed, anunciará o no las medidas de flexibilización cuantitativa QE3, ni cuándo las anunciará. Pero los problemas financieros y económicos de los EEUU son tan graves que ni la Fed ni el gobierno pueden quedarse de brazos cruzados viendo cómo la economía de EEUU se hunde en una recesión. Hace poco el Vicepresidente Joe Biden pidió la aprobación de un nuevo paquete de medidas coyunturales en apoyo a la economía de EEUU, que se está debilitando drásticamente. En las próximas semanas el presidente Barack Obama tiene pensado presentar planes de estímulo para el mercado laboral estadounidense. El informe sobre el mercado laboral de EEUU, publicado el pasado viernes, mostró que en el mes de agosto apenas se crearon puestos de trabajo nuevos. La tasa de desempleo oficial está estancada en un 9,1%.
Pero en los últimos dos años no sólo la Fed se ha dedicado a inundar los mercados financieros con liquidez. También el Banco Central Europeo (BCE) y el People’s Bank of China (PBC) han concedido créditos abundantes y comprado créditos tóxicos. La inflación en China ya ha alcanzado números récord. Esta es una de las razones por la que cada vez más ciudadanos chinos buscan salvación en valores refugio como el oro y la plata. En Europa hace poco el BCE anunció que compraría títulos de deuda italianos y españoles. Según el BCE, ésta ha sido una decisión necesaria para reducir artificialmente la enorme diferencia de rendimiento entre dichos bonos y los bonos alemanes. Los inversores han perdido la confianza en la dirección política de Italia, por lo que la crisis de la deuda soberana europea – en cuyo foco ahora se encuentra Italia, la tercera economía de la eurozona – se ha agudizado.
Según algunos expertos, el BCE no tiene más remedio que proteger el eurosistema a través de la compra directa de bonos italianos y españoles. Sin embargo, estos programas de compra de bonos al estilo Fed hacen sufrir al euro, que en los últimos meses ha perdido mucho valor en relación al franco suizo y al oro. Lo mismo ocurre con la libra esterlina, que desde el estallido de la crisis está sufriendo una fuerte devaluación.
Según Faber, la fulminante carrera alcista del oro es una señal de que hay importantes desequilibrios en los mercados financieros. Estos desequilibrios de la economía mundial además se han intensificado desde el estallido de la crisis, y la política no ha sido capaz de nivelarlos. Todos estos factores apoyan el desarrollo del oro – la fortaleza a la que los inversores huyen para protegerse de la continua devaluación de las divisas y del riesgo sistémico.
La recuperación de la renta variable permite un respiro en el mercado del oro, que se aleja de la zona de récords históricos que volvió a marcar ayer, por encima de los 1.900 dólares. El retorno de la confianza provoca que el precio de la onza cayera el 3%.
Las bolsas europeas y Estados Unidos recuperan la confianza y rebotan con fuerza este miércoles. La calma llega después de tres días de desplomes generalizados a ambos lados del Atlántico y con el aval al rescate de Grecia dado por el Tribunal Constitucional alemán.
Con las bolsas europeas subiendo entre el 2% y el 3% y Wall Street rebotando otro 2%, la aversión al riesgo se modera y provoca fuertes caídas en el oro, uno de los principales refugios de los inversores para resguardar su dinero de las turbulencias bursátiles. En Nueva York, el precio de la onza bajó al cierre el 3% (cerca de 60 dólares), hasta los 1.817 dólares. Durante la sesión ha llegado a caer por debajo de los 1.800.
La cotización del oro acaba con cinco días consecutivos de subidas, que le llevaron a cerrar por primera vez en su historia por encima de los 1.900 dólares, reflejo de los nervios en los mercados ante una recaída de la recuperación económica y el miedo a que Grecia no pueda cumplir con sus obligaciones.
La principal referencia macroeconómica del día en Estados Unidos se conocerá a las 20:00 horas en España, cuando la Fed publique su informe mensual macroeconómico conocido como el Libro Beige.
También sube la rentabilidad de los bonos de EEUU y Alemania
Otros dos activos que han servido de paraguas para los inversores en las últimas sesiones, los bonos a diez años de EEUU y Alemania, también relajan su demanda hoy y su rentabilidad sube este miércoles.
Después de tocar mínimos históricos ayer, el bono del Tesoro estadounidense sube por encima del 2%, mientras que el 'bund' alemán ofrece eleva hoy su rentabilidad al 1,9%.
El oro sumó una nueva caída
Reuters
El oro bajó un 3% debido a que los inversores vendieron sus posiciones del metal y compraron acciones luego de que una corte alemana no bloqueó la participación del país en el fondo de rescate financiero para la zona euro.
El oro al contado y los futuros estadounidenses llegaron a caer por debajo de 1,800 dólares la onza, antes de cerrar lejos de los mínimos de la sesión.
La ola vendedora se produjo un día después de que el metal tocó un máximo histórico de más de 1,920 dólares. El oro al contado bajó 57 dólares, a 1,815 dolares la onza.
El oro estadounidense para diciembre cerró con una baja de 55.70 dólares, a 1,817.60 dólares la onza.
Las acciones en Wall Street treparon un 2%, luego de que la máxima corte de Alemania rechazara una serie de demandas que buscaban bloquear la participación de la mayor economía de Europa en los paquetes de préstamos de emergencia.
“Creo que es un supuesto bastante válido que la gente esté vendiendo oro y comprando acciones, con los mercados bursátiles escalando ante las noticias de que Alemania participaría más activamente en el plan de rescate de Grecia”, dijo Adam Klopfenstein, estratega de metales de Lind-Waldock en Chicago.
Con fluctuaciones de más de 80 dólares, la sesión del miércoles fue la más volátil en casi dos semanas.
Los temores a que la falta de apoyo de Alemania y otras potencias económicas afecte el rescate financiero de los países europeos ayudaron a impulsar gran parte de las ganancias del oro de casi un 30% este año.
El martes, el metal llegó a un máximo histórico de 1,920.30 dólares, luego de que el Banco Nacional de Suiza (BNS) intervino para debilitar al franco suizo, lo que sacudió a los mercados financieros. Una toma de ganancias ocurrió poco después del avance del oro.
La plata cayó casi un 1%, por debajo de 42 dólares la onza. El platino cedió un 1.8%, abajo de 1,820 dólares la onza.