Bonafini denunció a Schoklender en la Justicia
La Nación
La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, se presentó ayer en los tribunales y denunció que la noche del 3 de junio "la banda" de Sergio Schoklender, su ex apoderado, se llevó documentos de la institución en un camión blindado, de forma "clandestina".
Esa fue la noche en que el juez federal Norberto Oyarbide allanó empresas y oficinas de Schoklender, principal acusado por el desvío de fondos públicos que estaban destinados a construir viviendas y que manejaban las Madres. Según Bonafini, el camión era de la fundación, que lo compró para transportar dinero destinado al pago de los sueldos de las más de 5000 personas que trabajaban en las obras.
Bonafini llegó a los tribunales de Comodoro Py minutos después de las 11 con su abogado, Eduardo Barcesat, y un grupo de Madres, que la esperaron en el pasillo mientras se entrevistaba con el juez. La reunión fue muy breve. Bonafini le dijo que se sentía "defraudada y traicionada" por los hermanos Schoklender, y pidió que la Asociación Madres de Plaza de Mayo fuera aceptada como querellante en la causa (es decir, como parte damnificada con derecho a impulsar la investigación). El juez debe decidir ahora si le dice que sí.
De acuerdo con el expediente, las Madres, como institución, son tan víctimas de esta estafa como el Estado. Así lo afirmó el fiscal Jorge Di Lello en su requerimiento de instrucción. Pero los investigadores no tienen claro aún si Bonafini tuvo alguna responsabilidad en el caso. "No podemos determinarlo todavía", dijo un funcionario que trabaja en la causa. Hoy, Oyarbide le enviará el expediente al fiscal, que pedirá que la causa se amplíe para abarcar a las personas y las empresas denunciadas por la Coalición Cívica la semana pasada.
Bonafini salió ayer muy conforme de su reunión con Oyarbide. "Estoy segura de que el juez está trabajando muy bien y vamos a llegar a lo que queremos: que los responsables vayan a la cárcel para siempre", dijo en las escalinatas de Tribunales.
No entregó todavía los documentos vinculados al proyecto Sueños Compartidos que Oyarbide le pidió hace más de una semana. Bonafini le explicó que estaban realizando una auditoría en la fundación, que estará lista en los próximos días.
Como presidenta de la Asociación, Bonafini presentó además un escrito en el que fue muy dura con Sergio y Pablo Schoklender. No sólo los acusó de ser "los arquitectos profanos del más doloroso dispositivo de traición" pese a que habían sido recibidos "como hijos"; dijo además que sustrajeron cheques que autoridades nacionales entregaron a la fundación en pago por las obras y que los "descontaron en cuevas financieras". Todo -señaló- a sus espaldas y con su "total desconocimiento".
Afirmó, no obstante, que "ni el gobierno nacional ni los provinciales y municipales" fueron defraudados, pero sostuvo que no sabe a cuánto ascienden las deudas de la fundación. Sí advirtió que tienen una "relación de correspondencia" con los "cuantiosos bienes personales" de Schoklender y sus secuaces. "Hemos ido tomando conocimiento de las múltiples propiedades, rodados lujosos -si no extravagantes- aviones y yates, empleados y adquiridos por la banda, no por necesidad alguna del proyecto Sueños Compartidos, sino por los apetitos propios e insaciables de quienes han perpetrado este obrar delictivo", afirmó Bonafini.
Dijo que de esos bienes se enteró por los medios, a los que acusó de haber difundido el caso en forma "profusa" y "malintencionada".
Afirmó, además, que acababan de advertir que tres camionetas que estaban en el garaje de la fundación (y tienen su logo) están a nombre de Meldorek, la empresa de Schoklender, y que descubrieron "otros vehículos" que usaría la banda para "beneficio personal".
En cuanto a la sustracción de documentos, Bonafini dijo que "afortunadamente" los movimientos del camión quedaron registrados en el libro del garaje, aunque no relató qué dicen esos libros.
Un dato extraño de la denuncia es que cuando se refiere a las medidas tomadas luego para preservar las pruebas (tales como precintar las instalaciones y extraer un back up de las computadoras) afirma que las realizaron "desde que se pudo tomar posesión física de la sede de la fundación". No explica, no obstante, cómo habían perdido esa posesión.
ARGUMENTOS
La "banda". Bonafini denunció que los hermanos Schoklender formaron una banda de estafadores, que sustrajeron cheques que el Gobierno dio a las Madres y los cambiaron en "cuevas". Dijo que no sabe el monto del fraude.
El robo. Acusó además a la banda de haberse llevado documentos en un camión blindado luego de que estalló el escándalo. No identificó al autor material de ese hecho.
Pedido al juez. La Asociación Madres de Plaza de Mayo, representada por Bonafini, pidió ser admitida como parte damnificada y querellante en la causa.
Defraudadas. La denuncia relata que las Madres son luchadoras de entre 80 y más de 90 años que se sienten "defraudadas y traicionadas", pero que no van a abandonar su proyecto.