Pasaron dos meses, queda uno. El blanqueo de capitales está lejos de haber alcanzado el resultado que esperaba el Gobierno al momento de presentarlo en sociedad. Hasta el viernes pasado, se registraron 50,8 millones de dólares en la ventanilla de canje Certificados de Depósito para la Inversión (Cedin), pero más de un tercio de ellos (US$ 18,4 millones) ya fue convertido nuevamente a dólares. Es decir que, por ahora, el blanqueo engordó en apenas 32 millones de dóla- res las reservas del Banco Central.
Los funcionarios habían dejado trascender que esperaban no menos de US$ 4.000 millones.
No hay datos certeros sobre la suscripción de los bonos para in- versiones en el sector energético (Baade). De ese instrumento del blanqueo solo trascendieron las presiones de Guillermo Moreno (mentor del blanqueo, su principal defensor, en definitiva, el responsable del éxito o de su fracaso) sobre cerealeras y entidades financieras.
De este bono se dijo que Moreno esperaba aportes de no menos de US$ 100 millones por parte de los agroexportadores y otros de US$ 500 millones del sector financiero.
Por ahora no hubo novedades.
Pero las expectativas siempre estuvieron volcadas sobre los Ce- dines. Moreno los imaginó como un posible sustituto del dólar blue, una herramienta para reactivar la construcción y, en definitiva, una cuasi-moneda que reanimaría determinados circuitos de la producción vinculados a la construcción.
Por lo visto, otra vez la realidad resultó distinta a la que imagina- ron los funcionarios. Los últimos números sobre el Cedin, recopilados el viernes por la agencia TELAM, indican que lse suscribieron US$ 50.801.758 dólares. Y que de ese monto, US$ 18.319.700 dólares ya fueron convertidos nuevamente a billete.
El equipo del blanqueo. Moreno, Kicillof, Lorenzino, Marcó del Pont y Echegaray salieron a dar la cara para anunciar el plan y promocionarlo como una gran medida reactivadora.
Quiere decir que ese monto se volcó a algún tipo de transacción inmobiliaria. Una cifra que es insignificante para reactivar un sector que cayó en picada desde el momento en que el Gobierno estableció el cepo cambiario (noviembre de 2011).Detrás de los u$s 51,4 millones que se blanquearon mediante los 1.498 Cedin, (de los cuales 324 por un valor de u$s 19.070.000 ya fueron cobrados), se esconde una pulseada que por ahora ha resultado fútil. Empresarios y algunos funcionarios entre ellos Moreno siguen negociando. A sólo algunas horas de transcurridas las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) donde el oficialismo se llevó la peor parte, el secretario de Comercio había sorprendido en el teléfono a grandes empresarios.
Les pidió (el verbo se queda corto) que hicieran todo lo posible por traer los dólares para la próxima suscripción del BAADE y, a su manera, hasta les prometió que haría su parte para conseguir alguna de las condiciones que ponen las empresas. En rigor, les pidió poner la plata primero.
Sin embargo, hasta ahora, no se conoce resultado de esas gestiones. Uno de esos puntos obedece al tipo de cambio y la posibilidad de vender los BAADE en la Bolsa. Aún no está reglamentada la cotización del bono y, por ende, la variante de negociarlos en el mercado secundario no está vigente. Por otro lado, existe temor de entregar los dólares y que la liquidación que haga el Gobierno sea al tipo de cambio oficial de $ 5,67, si bien la suscripción de los títulos se hace en dólares.
En este sentido, el principal inconveniente que ven es que por cada dólar que traigan no hay cotización en la Bolsa. Por supuesto, en el sector empresario tienen la convicción de que no quieren figurar en ningún listado de blanqueadores. Sostienen en las firmas que existe un severo temor reputacional en torno a la operatoria.
En lugar de eso, existe la convicción en las principales empresas que, si se trae dinero, esos recursos serán en blanco. A cambio de los dólares, las empresas piden una normativa espejo que replique la utilizada para el blanqueo pero que contemple casos del dinero declarado.