Vaca Muerta, el principal yacimiento de esquisto de Argentina, experimentó un crecimiento sustancial en la producción de petróleo y gas en 2024, lo que impulsó mayores ingresos por exportaciones y preparó el escenario para futuras exportaciones de GNL.

La producción de petróleo aumentó un 27% y la de gas un 23% en comparación con 2023, y la producción de crudo alcanzó los 442.000 barriles por día (bpd) a fines de año.

La producción de gas seco alcanzó un máximo de más de 2.500 millones de pies cúbicos por día (Bcfd) a mediados de año antes de caer levemente debido a los cambios estacionales de la demanda. YPF y Vista Energy siguieron siendo los productores dominantes, representando más del 55% y el 15% de la producción de petróleo de esquisto, respectivamente.

En la producción de gas, Tecpetrol e YPF lideraron con una participación combinada del 45%, pero operadores independientes como Pluspetrol, Pampa Energia y Pan American Energy desempeñaron papeles clave en el crecimiento general.

En el yacimiento de esquisto se observó un repunte de la actividad de perforación, con un promedio de 40 nuevos pozos horizontales que entraron en funcionamiento mensualmente en el tercer trimestre, alcanzando un máximo de 46 en septiembre.

Sin embargo, la actividad se desaceleró en el último trimestre, lo que elevó el total de nuevos pozos para el año a casi 400, lo que marca un aumento del 20% con respecto a 2023.

Los desarrollos de infraestructura de gas, incluida la expansión del Gasoducto Perito Francisco Pascasio Moreno (anteriormente llamado Gasoducto Néstor Kirchner), están mejorando el suministro interno y reduciendo la dependencia de Argentina de las importaciones de gas.

Con conexiones de gasoductos mejoradas y una producción en aumento, Argentina solo requiere importaciones de GNL en la máxima demanda invernal, mientras que las empresas locales se centran en futuras oportunidades de exportación de GNL.

Argentina depende de Vaca Muerta para reducir las importaciones de energía, lograr la autosuficiencia y atraer inversión extranjera, lo que lleva a un cambio de enfoque hacia el desarrollo de petróleo y gas no convencionales.

YPF, la empresa energética controlada por el Estado, ha sido fundamental en este esfuerzo, impulsando el crecimiento de la producción y representando casi la mitad de la producción de petróleo crudo del país en 2023.

YPF ha priorizado el aumento de la producción de esquisto, desinvirtiendo en campos convencionales maduros para optimizar la asignación de capital y mejorar la eficiencia operativa upstream como parte de su estrategia a largo plazo.

Además, la empresa está avanzando en las ambiciones de GNL de Argentina al asociarse con Shell para desarrollar un proyecto de GNL flotante con una capacidad inicial de 10 Mtpa, junto con acuerdos con empresas indias para posibles exportaciones.

El Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) de Argentina, aprobado el año pasado, ofrece exenciones impositivas, beneficios cambiarios y otros incentivos para atraer inversiones en infraestructura, energía y petróleo y gas.

Los proyectos deben cumplir con una inversión mínima en moneda extranjera de 200 millones de dólares para calificar, con condiciones fiscales estables garantizadas por 30 años, con el objetivo de impulsar miles de millones de dólares en inversiones.

Como parte del régimen de Ley Bases, las nuevas medidas buscan alinear los precios internos del petróleo con el Brent y otorgar a los operadores la libertad de exportar, siempre que se satisfaga primero la demanda local.

Se mantiene un precio regulado del barril “Criollo” para las ventas internas, aunque los cambios recientes del mercado, incluidas las caídas del precio del Brent y las políticas cambiarias favorables, han permitido a los exportadores lograr la paridad. El impacto a largo plazo de estas regulaciones aún no se ha materializado plenamente.

En diciembre, importantes operadores como YPF, Pan American, Vista, Pampa, Chevron, Pluspetrol y Shell confirmaron su participación en el proyecto del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), un ducto de 600 kilómetros que conectará Vaca Muerta con un nuevo puerto de exportación en Punta Colorada. Inicialmente diseñado para 550.000 bpd, el oleoducto tiene potencial de expandirse a 700.000 bpd, con una capacidad contratada que ya es de 275.000 bpd.

Con el aumento de la producción, los operadores de Vaca Muerta se centran en ampliar la infraestructura de exportación para evitar cuellos de botella y maximizar los ingresos. En 2024, las exportaciones de Medanito (petróleo de la cuenca de Neuquén, incluida Vaca Muerta) registraron su nivel más alto desde que Vaca Muerta se convirtió en una importante región productora de petróleo, aumentando al menos un 34% a partir de 2023.

Chile emergió como el destino de exportación dominante luego del lanzamiento del oleoducto OTASA en mayo de 2023, y los envíos allí se duplicaron a un promedio de 71.000 bpd, alcanzando un máximo de 94.000 bpd en septiembre.

Mientras tanto, las exportaciones a Europa cesaron después de 2022, y los envíos a los EE. UU. y Brasil disminuyeron ya que Chile ofreció una logística más sencilla.

En el ámbito de las fusiones y adquisiciones, el proyecto Southern LNG de Pan American y Golar LNG vio nuevos inversores: Pampa y Harbour adquirieron participaciones del 20% y el 15%, respectivamente, e YPF se aseguró el 15% este año. ExxonMobil y QatarEnergy salieron de cuatro bloques de Vaca Muerta y del oleoducto Oldelval, vendiéndolos a Pluspetrol, mientras que YPF adquirió los activos de Sierra Chata de ExxonMobil.

Por último, GeoPark volvió a ingresar a Argentina al adquirir participaciones en bloques clave de Vaca Muerta en las provincias de Neuquén y Río Negro, lo que indica un renovado interés inversor en el sector de petróleo y gas del país.

El continuo crecimiento de Vaca Muerta pone de relieve su papel como columna vertebral del sector energético de Argentina, impulsando una producción récord, ampliando las oportunidades de exportación y atrayendo importantes inversiones.

Con proyectos de infraestructura clave como el gasoducto VMOS y desarrollos de GNL en marcha, junto con incentivos de políticas como RIGI, la región está bien posicionada para mejorar la seguridad energética de Argentina y su presencia en el mercado global.