La inversión en exploración de petróleo y gas se ha desplomado dos tercios en la última década, pero la industria aún tiene un papel fundamental que desempeñar en los esfuerzos de descarbonización y en el suministro de barriles con ventajas en la transición energética, según el último informe Horizons de Wood Mackenzie.

Según el informe “No country for old fields: Why high-impact oil and gas exploitation is still needed”, el mundo cuenta con abundantes recursos actuales para satisfacer la demanda, con un inventario de aproximadamente 3 billones de barriles de petróleo equivalente (boe). Esto se traduce en una vida útil de los recursos de más de 45 años para el petróleo y más de 60 años para el gas.

“Con tantos recursos disponibles, cabe preguntarse por qué sigue siendo necesaria la exploración”, dijo Andrew Latham, senior vicepresident Energy Research en Wood Mackenzie. 

“Es importante señalar que los nuevos yacimientos descubiertos no aumentarían la demanda, ya que esta no crece cuando la exploración tiene éxito ni se contrae cuando fracasa. Lo que sí se puede decir es que una exploración exitosa reduce la intensidad de carbono, reduce el costo del petróleo y el gas para los consumidores y agrega valor tanto para los poseedores de los recursos como para los exploradores. Como la demanda está demostrando ser resiliente, se necesita invertir en nueva oferta para desplazar alternativas más contaminantes”, agregó. 

REDUCCIÓN DE LAS EMISIONES DE CARBONO
Según el informe, la reducción de las emisiones de alcance 1 y 2, o las generadas en el proceso de extracción y refinación, se consigue mejor encontrando nuevos yacimientos que limpiando los antiguos.

Los nuevos yacimientos son más limpios gracias a las modernas tecnologías de descarbonización y a una mayor capacidad de producción de las instalaciones.

Lens Upstream de Wood Mackenzie revela que los nuevos yacimientos que comenzarán a producir en los próximos años tendrán una intensidad promedio de emisiones de alcance 1 y 2 de 17 kgCO2e / boe durante el período 2025-30. Esto se compara con el suministro actual de los yacimientos maduros, que promedian 28 kgCO2e / boe.

“Las posibles ganancias no son triviales”, afirmó Latham.

“La exploración durante la década actual está en camino de proporcionar el 12% del suministro mundial de petróleo y gas. Si asumimos que estos nuevos yacimientos desplazan las opciones de suministro existentes con una intensidad de emisiones típica de los yacimientos más antiguos, entonces las emisiones globales de alcance 1 y 2 en 2030 se reducirían en alrededor del 6%, o 100 Mtpa de CO2e", agregó el experto. 

RENDIMIENTO DE ALTO VALOR
La economía también ha impulsado la actividad. El rendimiento de exploración de la industria ha sido atractivo desde que se restablecieron los costos upstream hace una década.

“La exploración ha sido el medio más económico de rejuvenecer una cartera con nuevos yacimientos, en particular para las empresas que buscan recursos ventajosos o que tengan bajas emisiones de carbono y un alto valor. Esos activos tan preciados son difíciles de comprar a un buen precio; es mucho mejor descubrirlos”, explicó Latham. 

Según el informe, los retornos de ciclo completo han sido consistentemente de dos dígitos cada año desde 2015, con un promedio del 15%. Los nuevos descubrimientos de yacimientos se valoran en mucho más de lo que cuesta encontrarlos, con una creación de valor neto de más de US$ 160 mil millones desde 2015, suponiendo un precio de planificación de la industria de US$65/bbl Brent a largo plazo (casi el doble del valor de mercado actual de la supergrande BP).

En los últimos cinco años, Wood Mackenzie calcula que los precios de equilibrio promedio de la industria para la exploración rondan los US$ 45 por barril de petróleo equivalente (Brent, VPN del 10%), frente a los US$ 65  por barril de petróleo equivalente para las fusiones y adquisiciones. La brecha en el caso de los recursos con ventajas es aún mayor debido a la escasez de dichos activos en el mercado.

La exploración en aguas profundas y fronterizas es la más eficaz Las áreas fronterizas, definidas como aquellas que no tienen producción de yacimientos similares en la misma cuenca, se destacan por la escala de recursos. Más aún, la exploración en aguas profundas en cuencas fronterizas puede ofrecer las áreas más eficaces. 

Las perforaciones fronterizas agregaron más de 80 millones de barriles de petróleo equivalente por pozo, más de siete veces lo que se hace en pozos maduros, y la mayoría de ellos se realizan en aguas profundas. Los proyectos en aguas profundas tienen una alta recuperación por pozo y tienden a tener una intensidad de emisiones menor (<15 tCO2e / kboe) que los proyectos en plataformas y en tierra.

Según el informe, las aguas profundas ofrecerán la mayor cantidad de nuevas oportunidades para la exploración, ya que la mayor parte de las cuencas de aguas profundas del mundo, en aguas de 400 metros a más de 3.000 metros, apenas están perforadas.

“Las grandes petroleras se han sumado a la tendencia de la exploración en aguas profundas, ansiosas por abrir la próxima frontera. Ahora poseen casi el 70% de su superficie neta en aguas profundas y dedican una proporción similar de su gasto en exploración y evaluación al sector, explicaron. 

“Cada vez más, las compañías petroleras nacionales están siguiendo el ejemplo, a medida que prevalecen los mandatos gubernamentales de aumentar la producción y garantizar la seguridad energética nacional”, agregó Latham. 

Dentro de estos recursos sin explotar, todavía hay mucho petróleo y gas por descubrir. Si bien la industria ha estado encontrando menos en los últimos años en comparación con décadas anteriores, eso se debe a que se perforan menos pozos.

La curva de desnatamiento global revela una trayectoria casi lineal con un gradiente constante de alrededor de 30 millones de barriles equivalentes de petróleo descubiertos por pozo, incluidos los pozos secos.

Se trata de una tendencia que no ha variado en las últimas cuatro décadas y en más de 50.000 pozos. Parece poco probable que se produzca una caída abrupta de una tendencia que se ha mantenido durante tanto tiempo.

“Aún existen enormes oportunidades de exploración, pero la exploración sufre un serio problema de imagen. La percepción generalizada de que la exploración es mala para el clima amenaza todo, desde el acceso a las oportunidades y la licencia social para operar hasta la atracción y retención de talentos. El hecho de que abunden los conceptos erróneos a este respecto no significa que se puedan superar fácilmente. La exploración tiene un papel que desempeñar en la descarbonización del suministro de petróleo y gas”, completó Latham.