En un contexto de dificultades financieras y cuestionamientos sobre su gestión, Petroperú busca implementar medidas para estabilizar su situación y proyectarse como un actor clave en la seguridad energética del país. Alejandro Narváez, presidente del Directorio, ha presentado un ambicioso plan que incluye reestructuración financiera, venta de activos no estratégicos y una reafirmación de la petrolera estatal en la operación de lotes petroleros.
Narváez anunció un conjunto de cerca de 20 medidas para mejorar la situación de la empresa, entre las cuales destaca la contratación de una firma internacional que liderará la transformación financiera y de gobernanza de Petroperú. En paralelo, se priorizará la venta de activos improductivos, entre ellos 29 identificados, aunque aún se evalúa si incluir el emblemático edificio en San Isidro.
Adicionalmente, se implementará un plan de reducción de costos, optimización de recursos y fortalecimiento del equipo comercial. Este último buscará recuperar la participación de mercado mediante ventas directas y enfocadas en grandes consumidores industriales, según informó Nicolás Castillo Arévalo en Perú21.
El deterioro financiero de Petroperú es notable. En palabras de Narváez, la empresa cerrará 2023 con una pérdida proyectada de US$ 960 millones, tras haber registrado pérdidas de US$ 750 millones el año anterior. Pese a ello, aseguró que no se solicitarán nuevos aportes al Estado durante su gestión.
Desde 2022, el Gobierno ha desembolsado cerca de S/18,300 millones en capitalizaciones, garantías de préstamos y otras medidas para mantener a flote a la petrolera. Sin estas intervenciones, según el ex ministro David Tuesta, Petroperú habría quebrado.
Sin embargo, el panorama fiscal para 2025 sigue siendo motivo de preocupación, con expertos estimando un alto impacto de estas medidas sobre las finanzas públicas.
Narváez reafirmó que Petroperú busca consolidarse como operador de lotes, en línea con su visión de seguridad energética. Actualmente, la empresa explota pequeños pozos en los lotes I, VI y Z-69, pero aspira a incursionar en exploración y petroquímica, donde se encuentran los márgenes más rentables del negocio, según informó Guadalupe Gamboa en Gestión.
No obstante, esto ha generado críticas, ya que algunos sectores consideran que la adjudicación de lotes debería realizarse mediante concursos organizados por Perupetro.
Un punto crítico es la estabilización de la nueva Refinería de Talara, cuya capacidad de procesamiento de 75,000 barriles diarios se encuentra aún en etapas iniciales. Según comentó Tuesta a Ricardo Guerra Vásquez de Gestión, este proceso podría extenderse debido a la alta tecnología de la planta, lo que pone en duda el cumplimiento de las metas de participación de mercado, proyectadas en 28% para 2023 y 38% para 2025.
Más allá de Petroperú, el Monitor Fiscal del Consejo Privado de Competitividad señala que el déficit fiscal se mantuvo en 4.1% en octubre y que cerrará 2023 en 3.5%, por encima de la meta gubernamental.
Esto refleja la presión de gastos corrientes y el impacto de medidas como las exoneraciones tributarias, proyectadas en más de S/24,000 millones para 2025.
Expertos advirtieron a Gestión que la estatal no genera ingresos suficientes para cumplir con sus compromisos de deuda, situación que podría requerir nuevas inyecciones fiscales en 2025. David Tuesta, presidente del Consejo Privado de Competitividad, señaló que la operatividad plena de la Refinería de Talara es clave para mejorar la participación de mercado, aunque implica un largo período de estabilización.