Todo el mundo mira a Estados Unidos y el impacto que las elecciones traerán en los mercados y las relaciones bilaterales. Aunque oficialmente el 5 de noviembre sea el día de elecciones, la mayoría de las encuestas pronostican un triunfo de Donald Trump sobre Kamala Harris pero aún nada está definido.
El sistema de voto optativo complica la concurrencia de votantes a las urnas y es uno de los principales problemas que impacta en el Partido Democráta que vio ascender a una Kamala Harris que logró imponerse como candidata de manera maratónica tras la baja de Joe Biden.
Según las proyecciones de Tina Teng en Euronews, ee espera que los mercados bursátiles mundiales experimenten una mayor volatilidad durante las horas de votación el 5 de noviembre, posiblemente similar a las reacciones observadas durante el referéndum del Brexit y las elecciones estadounidenses de 2016. En las últimas elecciones estadounidenses, los mercados se liquidaron antes del día de las elecciones, pero se recuperaron cuando Trump pronunció su discurso de victoria.
Los bonos del gobierno estadounidense sufrieron fuertes ventas en octubre debido a dos factores principales. En primer lugar, los datos de empleo de septiembre mostraron que el mercado laboral estadounidense fue más resistente de lo previsto. Tras el importante recorte de tasas de la Fed en septiembre, los precios de los bonos inicialmente subieron mientras los rendimientos caían, ya que los rendimientos y los precios de los bonos se mueven en forma inversa.
Los precios del oro operaban prácticamente sin cambios el lunes debido a la cautela de los inversores antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos y la inminente decisión de la Reserva Federal sobre las tasas de interés. El oro al contado se mantuvo firme y se situó en 2.738,27 dólares la onza a las 1053 GMT, tras haber alcanzado un máximo histórico de 2.790,15 dólares el jueves pasado.
Quien gane las elecciones estadounidenses de 2024 debería trabajar para preservar el dominio energético de Estados Unidos en lugar de correr el riesgo de perderlo, dijo el lunes a CNBC el director ejecutivo de TotalEnergies, Patrick Pouyanne.
Según Teng, una victoria de Trump sin duda introduciría más incertidumbres para las economías europeas, dadas sus posturas sobre el cambio climático, las políticas de “Estados Unidos Primero” y los aranceles comerciales.
Trump podría revocar las exenciones a los aranceles europeos sobre el acero y el aluminio, lo que afectaría negativamente a los sectores minero e industrial. El "arancel Trump" podría afectar especialmente a los fabricantes de automóviles europeos, que ya están lidiando con problemas económicos en países que dependen de las exportaciones, como Alemania.
Sin embargo, una victoria de Harris tampoco podría suponer un alivio sustancial, ya que probablemente prorrogaría la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Biden, que tiene connotaciones proteccionistas. La IRA incluye cientos de miles de millones de dólares en gastos de política climática y energética, y los créditos fiscales para los fabricantes de vehículos eléctricos estadounidenses podrían perjudicar a sus competidores europeos.
A pesar de estos desafíos, sectores como el petróleo y el gas podrían beneficiarse con una administración Trump, ya que probablemente aliviaría las regulaciones sobre emisiones, creando condiciones favorables para los productores de combustibles fósiles como Shell y BP.