MARIO CAPELLO *
Cada vez queda más expuesta la degradación económica y social del país, dejando a más e la mitad de los argentinos mano a mano con la pobreza. Transitamos irreflexivos frente a una cuestión que está profundamente ligada a una histórica incapacidad de aprovechar las riquezas dadas.
Desde el Grupo Sarmiento venimos señalando el costo de una mirada parcial del territorio que canceló a una de ellas, la mineral. La ciencia acaba de elevarla de categoría, ya no es sólo madre de industrias, ahora resulta esencial para detener el calentamiento global antrópico, buscando conservar la habitabilidad humana del planeta tierra. Sí, los minerales considerados críticos marcan el camino hacia energías sin emisión de GEI y electromovilidad.
Para que se entienda la magnitud de los despropósitos, Chile exportó en 2023 desde su complejo minero USD 53.000 millones; la Argentina, sumando los complejos soja, maíz, trigo, girasol, cebada y maní, apenas llegó a USD 25.000 millones. Una mayoría política y de economistas rezando por lluvias, que no baje el precio de la soja, e implorando a los productores que se apuren a liquidarla, son el resultado cultural de esa mirada estrecha que nos condujo hasta aquí.
Hoy parece amanecer un cambio de época histórico, aunque debe aclararse que no alcanza con la voluntad. Una mirada inteligente sobre el aprovechamiento de los recursos minerales es capital, si se pretende enmendar para desarrollar en serio la Argentina.
Como equipo de campaña de Patricia Bullrich sostuvimos: “La eliminación de los derechos de exportación que no tiene ningún país minero exitoso, el financiamiento del IVA de las inversiones, la reforma del Impuesto a las Ganancias y la adopción de regalías progresivas y móviles por parte de las provincias; la necesaria normalidad macroeconómica con eliminación de cepos, unificación cambiaria y libre disponibilidad de divisas: produciría un boom de emprendimientos que dispararán un notable aumento exportador.
El RIGI incluyó muchos de esos puntos que buscan establecer competitividad. El país tenía la carga tributaria efectiva más alta del mundo, lo que lo descolocaba como destino de la inversión. Pero siguen pendiente temas que apuntan en esa dirección. La eliminación de cepos con unificación cambiaria no es sólo una meta para alcanzar, es también un acuerdo político necesario que se comprometa en el tiempo a mantener una macroeconomía normal.
LAS CUESTIONES PREVIAS
Cuesta creer que las grandes inversiones que se necesitan lleguen para poder aprovechar la soja metalífera, el cobre, cuando para construir una mina además de USD 4.000 millones, el cepo cambiario manda a conseguir 30% más de lo que deberían disponer para construirla en cualquier otro lugar del mundo.
Retumba el silencio frente a la pobre explicación que justificó aumentar las regalías de 3% al 5% del valor de las exportaciones. Si como enseña el mercado, una mina de cobre no tiene renta y los costos operacionales igualan los dineros obtenidos por la venta de la materia prima, por estar en Argentina hay que trabajar a pérdida. Al igual que Chile y Perú desde el 2011, hay que tener regalías progresivas y móviles, para que los ingresos de ese origen acompañen el resultado de las empresas; altas ganancias altas regalías y bajas ganancias bajas regalías.
Llama la atención que el RIGI se haya establecido sólo por tres años, muchas de las grandes inversiones mineras necesitan más que ese tiempo para terminar evaluaciones, presentar su estudio de factibilidad y obtener la Declaración de Impacto Ambiental. También armar la ingeniería financiera, comenzar las construcciones y recién a los tres años empezar a exportar.
Tampoco vemos preocupación de las provincias por subirse al tren de los minerales críticos. Creen que el RIGI nacional es mágico y ellas no tienen nada que hacer para atraer las inversiones. ¿Qué significan? Entre 2015 y 2021 el valor de las exportaciones del primer productor mundial de cobre, Chile, tuvieron el siguiente destino: a) 62% pago de salarios y proveedores de bienes y servicios, b) 19%la adquisición de bienes de capital, y c) 20% correspondieron a ganancias empresariales y pagos de impuestos y regalías.
Dos proyectos de cobre de clase mundial en la provincia de San Juan estarían en condiciones de exportar 520.000 toneladas de cobre fino por año. Serían unos USD 6.250 millones cada año en los próximos 30, de las cuales USD 3.250 millones netos se invertirían en la provincia, superando en más de ocho veces los importantes aportes actuales de la mina Veladero.
Al no advertir las gobernaciones la necesidad de impulsar un RIGI que mejore la competitividad, sus dirigentes pueden estar proyectando beneficios de un 100x100 de cero.
¿Se superará el abandono que significó invisibilizar esa riqueza ausente en el radar de las decisiones políticas que impulsaron el histórico desarrollo económico y territorial? Seremos capaces de producir un punto de inflexión en la historia Argentina. O se seguirá sin aprovecharla. Esta vez por no entender, tras medidas torpemente decididas, y quedándonos de brazos cruzados haciendo la del avestruz.
* Ex subsecretario de Minería, y miembro del Grupo Sarmiento