Qué políticas están aprovechando los países para avanzar en las transiciones hacia la energía limpia y mejorar la seguridad energética
El apoyo gubernamental y los incentivos para las tecnologías de energía limpia han alcanzado nuevos máximos a medida que los responsables políticos ponen un renovado enfoque en la seguridad energética a raíz de múltiples crisis en los últimos años, según un nuevo informe de la AIE.
La primera edición del informe State of Energy Policy 2024 ofrece el panorama global más completo y actualizado de las políticas energéticas por país y sector, destacando los cambios más sustanciales en los últimos 12 meses.
La edición inaugural muestra que los gobiernos de todo el mundo han destinado casi 2 billones de dólares en apoyo a la inversión directa en energía limpia desde 2020. Esta cifra es casi el triple de la cantidad comprometida tras la crisis financiera de 2007-2008.
El informe concluye que alrededor del 80% del gasto gubernamental directo asignado se destinó a China, la Unión Europea y los Estados Unidos.
Según el informe, los incentivos a la fabricación nacional de energía limpia son un área de inversión pública que sigue creciendo sustancialmente y representa casi el 10% del gasto gubernamental total desde principios de la década. Los vehículos de bajas emisiones, el hidrógeno y las baterías reciben las mayores asignaciones.
Entre los ejemplos destacados se incluyen la Ley de Reducción de la Inflación de los Estados Unidos, el Incentivo Vinculado a la Producción de la India y el Programa de Movilidad Verde e Innovación del Brasil, y otros países están introduciendo políticas y objetivos similares.
En el plano del consumidor, el informe concluye que el costo del apoyo gubernamental a corto plazo ascendió a 940.000 millones de dólares en el momento álgido de la crisis energética mundial.
Si bien se han flexibilizado muchas medidas de emergencia, siguen en pie programas dirigidos por los gobiernos para abordar cuestiones de asequibilidad y competitividad, en particular para hacer frente a los costos iniciales de la adopción de tecnologías de energía limpia.
“El nivel sin precedentes de apoyo a las políticas y a las inversiones en materia de energía limpia es un reconocimiento de que estas tecnologías no sólo reducen las emisiones, sino que también ayudan a salvaguardar la seguridad energética”, afirmó Laura Cozzi, directora de Sostenibilidad, Tecnología y Perspectivas de la AIE. “El aumento de las políticas comerciales y de los incentivos a la fabricación nacional también indica que la energía limpia está adquiriendo un papel central en las políticas industriales”.
En el nuevo informe se señala que, en vista de la elevada concentración geográfica de las cadenas de suministro de energía limpia (en tecnologías como la solar fotovoltaica, la eólica, las baterías y los electrolizadores), las políticas se han centrado más en apoyar la fabricación local y la seguridad de la cadena de suministro.
Esto se refleja en un aumento espectacular del número de políticas comerciales relacionadas con las tecnologías de energía limpia, con casi 200 nuevas medidas comerciales introducidas desde 2020, en comparación con menos de 40 en los cinco años anteriores.
Los ajustes de los aranceles de importación, los derechos antidumping y las medidas compensatorias, incluidos los anunciados recientemente por la Unión Europea y los Estados Unidos, representan casi el 40% de los cambios en las políticas comerciales de energía limpia desde 2020.
Las normas de desempeño energético son otro ámbito en el que la intervención política ha aumentado significativamente en los últimos años. Solo en 2023, 35 países, que representan el 20% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, aprobaron nuevas normas de desempeño energético.
Sin embargo, algunos países también han derogado normas, como la prohibición de la venta de nuevas calderas de combustibles fósiles y vehículos con motor de combustión interna, y la eliminación gradual del carbón sin control.
Estas derogaciones afectaron a alrededor del 1% de las emisiones mundiales actuales y se vieron compensadas por un mayor rigor en otras partes del mundo.