En Sullair Argentina están comprometidos con la sustenibilidad y son conscientes del impacto ambiental de su actividad. Miden su propia huella de carbono, toman acciones concretas para reducir su emisión de los gases de efecto invernadero y participan activamente en proyectos ambientales de compensación para lograr el objetivo último: la sustentabilidad.

¿Qué huella dejan en el medio ambiente como resultado de sus  actividades y de sus decisiones? ¿Cómo podrían disminuir ese impacto?; y más: ¿cómo podrían compensar lo que no pueden reducir?

“Lo primero es conocer nuestra huella y para ello realizamos la medición de la misma, utilizando el método establecido por GHG Protocol, medimos el alcance 1: emisiones directas, por ejemplo, el consumo de gas y de combustible de nuestros vehículos, alcance 2: emisiones indirectas bajo el control de la organización, como por ejemplo la energía que compramos para llevar adelante nuestras actividades y alcance 3: emisiones indirectas que no están bajo el control de la organización, como por ejemplo, traslado de personal e insumos”, detalla Silvia Parrotta, Gerente de Calidad, Ambiente y Seguridad (CAS) al repasar los orígenes de lo que fue la primera medición de la huella de carbono de la empresa.

La iniciativa, que vale destacar no la ordena su legislación pero sí su propio compromiso medioambiental, tomó forma en el año 2022, cuando comenzó la titánica tarea de medir la huella de carbono generada por la empresa durante todo el año anterior (siempre se mide a año vencido).

TRES ETAPAS HACIA LA DESCARBONIZACIÓN: MEDIR, REDUCIR Y COMPENSAR
“Primero hay que conocer nuestros datos y para eso medimos tres alcances: las emisiones directas que están bajo el control de la organización (por ejemplo, el consumo de combustible de nuestros vehículos), las emisiones indirectas que ocurren afuera de la organización pero están bajo nuestro control (como la energía que compramos) y, finalmente, las emisiones indirectas que no están bajo el control de la organización pero sí ligadas a ella (como las actividades tercerizadas, los insumos o productos, etcétera)”, explicó Carina Fernández, Jefe del Área Ambiente.

Medir fue un trabajo extenso que requirió de la colaboración de todos en la compañía. Desde verificar qué gas utilizan nuestras heladeras hasta revisar cada consumo eléctrico interno y los traslados del personal hacia el trabajo, cada detalle fue considerado.  

“La recolección de información requirió de la implementación de una metodología específica para obtener datos confiables y ver la evolución. Claramente, esto fue un trabajo y un esfuerzo de toda nuestra comunidad”, destaca Silvia.

Pero esta recolección de datos es apenas el comienzo. A ella le sigue la reducción, etapa que implica definir una estrategia climática con acciones concretas para reducir las emisiones: desde la eficiencia energética en los establecimientos, maquinarias y procesos, hasta el desarrollo de energías renovables como la instalación de paneles solares.

Finalmente, para las emisiones que no pueden reducirse, Sullair se enfoca en la compensación. Entre las acciones más efectivas se encuentra la restauración forestal. Actualmente, Sullair Argentina participa en dos proyectos clave, seleccionados por su seriedad y magnitud.

El primero ocurre en el Norte (Las Yungas, Jujuy), donde realizan una restauración de bosques nativos en una zona que contaba con autorización de desmonte; y el segundo en el Sur (Cholila, Chubut), donde la plantación se realiza sobre zonas devastadas por incendios.

Para dimensionar los alcances, cabe apuntar que sólo con el proyecto en Jujuy se estaría compensando el 100% de las emisiones de alcance 1 y 2 de todos los predios de CABA (Goncalves Días, Luján, Santa Maria), todas las sucursales y la planta de San Luis, donde fabrican compresores.

Todas las personas que forman parte de Sullair Argentina están comprometidas con la sustentabilidad reduciendo su impacto ambiental. Los resultados motivan a seguir trabajando cada día para llegar a la descabonización.