La minería chilena enfrenta importantes desafíos y oportunidades que afectan tanto a la mediana como a la pequeña minería, revelando un panorama complejo y multifacético en el sector
La minería chilena está atravesando un momento crucial, con líderes del sector señalando diversos desafíos y oportunidades. Jorge Riesco y Patricio Céspedes, presidente y vicepresidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), ofrecieron distintas perspectivas sobre el escenario al que se enfrenta la mediana y la pequeña minería en el país.
Ambos líderes coinciden en que es fundamental adaptar las normativas y políticas públicas para mejorar la eficiencia y sostenibilidad del sector minero en Chile.
Mientras que la mediana minería enfrenta barreras burocráticas y busca avanzar en grandes proyectos, la pequeña minería requiere un fortalecimiento institucional y un apoyo continuo para superar los retos de productividad y adaptación tecnológica.
Jorge Riesco, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), resaltó que la mediana minería enfrenta dos problemas cruciales: la necesidad de renovar frecuentemente los permisos ambientales, debido a sus cortas vidas útiles, y la duplicación de revisiones técnicas en proyectos de ingeniería.
Estas cuestiones generan una considerable incertidumbre respecto a la continuidad de las operaciones y demoran el avance de los proyectos. Además, Riesco explicó que la burocracia puede extender los plazos de los proyectos a cinco o siete años, a pesar de que estos podrían generar resultados mucho antes, según informó Trinidad Vera Castro en Pauta.
Sin embargo, la reciente inversión de Freeport-McMoRan, que alcanza los US$ 7.500 millones para extender la vida útil de la mina El Abra en la Región de Antofagasta, es vista como una señal positiva para el sector.
Por último, Riesco también destacó que, a pesar de las dificultades, la inversión y los anuncios importantes sugieren que la industria sigue buscando alternativas de crecimiento y avance.
Por su parte, Patricio Céspedes, vicepresidente de SONAMI y líder de la Asociación Gremial Minera de Antofagasta, abordó el papel crucial de la pequeña minería en 44 comunas del país.
Este sector contribuye con aproximadamente 50.000 toneladas de cobre fino al año, representando el 0,9% del total nacional, y sus exportaciones promedian 450 millones de dólares en los últimos cinco años.
En conversación con El Mercurio, Céspedes subrayó la importancia de la pequeña minería en términos de empleo local y desarrollo económico, a pesar de que su impacto en comparación con la mediana y gran minería puede parecer menor.
En su análisis, criticó las recientes reformas legislativas, como la Ley 21.420 y la Ley 21.649, que modifican el Código de Minería y no se ajustan adecuadamente a la realidad del pequeño minero. Estas leyes, al introducir condiciones que aumentan los costos para mantener las concesiones, han complicado la operación de los pequeños mineros y debilitado la institucionalidad que los respalda.
Además, Céspedes enfatizó la necesidad de mejorar la productividad y la sostenibilidad en el sector, destacando que las inversiones en exploración y la adaptación tecnológica son esenciales para enfrentar los desafíos actuales y futuros.