Ya pasaron los cinco años que el gobierno de Chile había fijado para congelar las tarifas y no emperorar la crisis provocada por el estallido social y luego la pandemia, pero generó una deuda de US$ 6.000 millones con las generadoras.
El Ministro de Energía de Chile, Diego Pardow, ha anunciado que, a partir del 1 de julio, las cuentas de la luz en el país aumentarán hasta un 62% para la mayoría de los clientes, debido a la implementación de la Ley de Estabilización de Tarifas Eléctricas.
Según el Banco Central, como consecuencia de esta alza el índice de precios al consumidor al finalizar diciembre será de 4,2 por ciento, en 2025 alcanzará los 3,6 y sólo un año después se llegará a los tres puntos esperados.
Según un estudio del mes de junio del Banco Central, durante los próximos 12 meses habrá un incremento promedio del 57% en las cuenta de la luz de los hogares chilenos. En el caso de las empresas, se espera un aumento del 39% en el primer año.
El gobierno anunció un programa de subsidios, pero éste llegará a un reducido sector de la población más vulnerable y el resto tendrá que hacer un mayor desembolso cada mes o eliminar otros gastos para compensar su presupuesto. Para mitigar el impacto del alza de tarifas, el Gobierno ha decidido implementar un subsidio de electricidad que beneficiará a casi tres millones de personas con una reducción automática del 30% en sus facturas. Las comunas seleccionadas para recibir este beneficio son Tocopilla, Mejillones, Huasco, Quintero, Puchuncaví y Coronel. Estas áreas han sido elegidas debido a la presencia de centrales eléctricas a carbón, lo que justifica la necesidad del subsidio.
Según estimaciones de expertos, una familia promedio que reciba una factura mensual de US$ 23, pagará a partir del próximo mes alrededor de US$ 33 dólares.