ELÍAS GARCÍA OLANO

Cuatro años después de la llegada del gas natural vehicular al Cusco (en diciembre del 2020 se inauguró la primera estación de GNV), ahora esa región dio un paso adicional con miras a la masificación en su consumo de ese combustible: el de su distribución para uso residencial.

En un proceso a cargo del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), el Fondo de Inclusión Social Energético (FISE) seleccionó al consorcio Pa-Farmin para para llevar a cabo la instalación de una Planta Satélite de Regasificación de GNL (gas natural licuefactado) en Cusco y la construcción de redes de distribución de ese producto en la ciudad imperial.

Esta iniciativa regional, en una primera etapa, permitirá la construcción de 25.18 kilómetros de redes de gas natural y la instalación de la planta antes citada, que se ubicará en el distrito de San Jerónimo, así como el tendido de ductos de conexión para dar servicio a 1,000 familias.

Esa planta podrá recibir vehículos cisterna especiales en que se transporta el GNL en estado criogénico a muy bajas temperaturas (sistema denominado gasoducto virtual), para poder regasificarlo (convertirlo nuevamente en gas) listo para su distribución a zonas de consumo.

En un reciente evento, el gerente regional de Energía, Minas e Hidrocarburos del Gobierno Regionaldel Cusco, Merciano Basilio, indicó que, tras el otorgamiento de la buena pro, el siguiente paso sería la firma del contrato de construcción, que estaba previsto para este 6 de mayo.

Desde esa fecha, indicó que correrá el plazo de un año para que se concrete la ejecución física de estas obras, las que permitirán cambiar la matriz energética del Cusco en base a la masificación con este gas seco.

Explicó que, desde el 2023, el gobierno regional del Cusco había impulsado un convenio de cooperación con el MINEM, para asumir responsabilidades compartidas (en torno a este proyecto) donde la autoridad regional se comprometió a transferir, a título gratuito, los terrenos que cumplan las condiciones técnicas para instalar la planta.

El Minem por su parte, anotó, se haría cargo del aspecto presupuestal para hacer realidad la iniciativa y llevar a cabo la subasta, la cual había atraído a 12 empresas interesadas (de las cuales tres presentaron ofertas).

GAS LLEGARÍA DESDE HOTELES HASTA MINERAS
Más allá de la distribución residencial, Basilio indicó que a medida que implementen la oferta de gas natural, esperan también una mayor demanda, que puede venir desde la cadena de hoteles que hay en la región, hasta la industria de tejas y ladrillos que abastecen a regiones colindantes.

Incluso, avizoró que podría alcanzar a proyectos mineros, como Crespo, Coroccohuayco, Azuca, Quechua (instalados en la región Cusco) y señaló que la demanda está asegurada, para que los empresarios asuman compromisos de negocios en este departamento.

EN UN AÑO Y MEDIO TENDRÍAN GAS DOMICILIARIO
En el mismo evento, el CEO de Cálidda, Martín Mejía, observó que uno de los desafíos más grandes que puede tener la ejecución del proyecto de regasificación y redes antes mencionado, en la zona urbana de Cusco, es el levantamiento de restos arqueológicos (por donde pasarán las tuberías de gas) lo que implicaría hacer convenios con el Ministerio de Cultura (MINCUL).

Superados estos y otros procedimientos a seguir, Mejía estimó que tomaría entre un año a un año y medio poder ver la llegada del gas natural a domicilios en la ciudad imperial cusqueña.

SIETE REGIONES TENDRÍAN GAS ANTES DEL 2026
Cabe recordar que Cálidda ha presentado al gobierno un proyecto que le permita extender su radio de concesión de distribución del gas de Camisea (en Lima y Callao) hasta siete regiones en el centro sur del país, que incluyen a la zona del Cusco.

Mejía indicó en que en junio próximo esperan presentar una modificación a su propuesta original, respondiendo a las observaciones que formuló a la misma el Poder Ejecutivo, y que requeriría de una inversión mayor de parte de la empresa, respecto a la inversión inicial planteada de S/1,200 millones.

De concretarse, refirió que permitirá llevar gas domiciliario a las siete regiones (Junín, Apurímac, Ayacucho, Ucayali, Cusco, Puno y Huancavelica) antes del año 2026.